Investigación

Iván Mordisco pierde fuerza: este es el disidente de las Farc más poderoso de Colombia y que amenaza la seguridad nacional

Alias Iván Mordisco dejó de ser el disidente de las Farc más poderoso de Colombia. Fue reemplazado por un hombre que edificó otro grupo criminal para hacerle competencia.

13 de septiembre de 2025, 6:51 a. m.
El nuevo Mordisco
Alexánder Díaz Mendoza, alias Calarcá, líder de las disidencias de las Farc y hoy en día el guerrillero con más poder en el país. | Foto: SEMANA

Néstor Gregorio Vera Fernández, alias Iván Mordisco, dejó de ser el disidente de las Farc más poderoso de Colombia, aunque su nivel de peligrosidad y terrorismo sigue marcando alertas en las unidades de inteligencia del país. SEMANA revela el expediente y las alarmas del hombre que lo reemplazó en el escalafón criminal, que ahora busca construir repúblicas independientes mientras es patrocinado por las ganancias del narcotráfico, la extracción ilícita de oro y las extorsiones.

El lugar que ocupó por más de ocho años fue sustituido por Alexánder Díaz Mendoza, alias Calarcá, que tiene más territorio bajo control, recluta a más personas para sus filas, posee el respaldo de comunidades por su supuesta bondad y acumula cientos de millones de pesos a la semana por cuenta del terror que infunde entre los comerciantes, ganaderos y empresas de transporte.

Él llegó a este punto tras divorciarse y enfrentarse a tiros con Mordisco. Se recordará que ellos fueron aliados hasta julio de 2024 para posicionar a una sola disidencia de las Farc en Colombia bajo un mando horizontal, pero Néstor Gregorio Vera Fernández quería ser el comandante supremo y esto fragmentó al grupo ilegal.

Aparentemente, la ruptura también obedeció a que Mordisco no quería alcanzar la paz con el Gobierno Petro, mientras que Calarcá y sus compañeros de mando sí pretendían hacerlo, pero esa versión es cuestionada ampliamente por la opinión pública. La otra versión es que la división aconteció por problemas del dinero manchado de cocaína y la desaparición de varios kilogramos de oro.

Alexánder Díaz Mendoza, alias Calarcá, líder de las disidencias de las Farc y hoy en día el guerrillero con más poder en el país.
Alexánder Díaz Mendoza, alias Calarcá, es el guerrillero con más poder de la nación. | Foto: ESTEBAN VEGA LA-ROTTA-SEMANA

Calarcá ejerce el poder criminal mayoritario en los departamentos de Antioquia, Bolívar, Norte de Santander, Guaviare, Huila, Meta, Tolima, Vaupés, Putumayo y Caquetá, y tiene planes de expansión por otras regiones, como el Amazonas. Por su parte, Mordisco tiene en sus manos a Cauca, Nariño, Valle del Cauca y Arauca, y estaría incursionando en el Chocó para sumarse a la guerra que sostienen el ELN y el Clan del Golfo por el control territorial.

Fuentes del Ministerio de Defensa describieron a SEMANA que la fortaleza de los delincuentes debe medirse con ciertos criterios: “El criminal Mordisco tiene lazos en el Cauca, Valle del Cauca y Nariño; Calarcá, no. Si miramos en el Catatumbo, entonces cambia la diferencia. Depende de cómo se mida. Lo cierto es que Calarcá busca instrumentalizar con mayor capacidad criminal a las poblaciones”.

Otro aspecto que resaltan los funcionarios consultados es que las disidencias de Iván Mordisco han sido las más perseguidas por las Fuerzas Militares por orden del presidente Gustavo Petro, así que están más debilitadas que las de Calarcá. Esto se justifica con los ceses al fuego que autorizó la Casa de Nariño a favor de este último, que beneficiaron su expansión y fortalecimiento, como lo prueban diversos informes de inteligencia y denuncias públicas de mandatarios locales.

Para el gobernador de Antioquia, Andrés Julián Rendón, el poder de Calarcá obedece a la generosidad del Ejecutivo “por cuenta del tratamiento de angelito que le dio el Gobierno nacional con la fracasada paz total. Gracias a eso, en este departamento las disidencias Farc han crecido un 70 por ciento, y este bandido está popocho de plata”.

El terror Calarcá

A este guerrillero no le tiembla la voz para darles órdenes a sus terroristas. Así lo tienen perfilado las autoridades. Por ejemplo, el Ejército lo identifica como un hombre “sanguinario y sin corazón”, y lo prueba con las acciones terroristas con las que ha estremecido al país en las últimas semanas: masacres de uniformados y explosiones entre la población civil por negarse a pagar sus extorsiones.

Ejército identifica a Calarcá como un hombre “sanguinario y sin corazón”. | Foto: ESTEBAN VEGA LA-ROTTA-SEMANA

Su expediente terrorista suma casi tres décadas. Ingresó a las Farc-EP en 1999 como un guerrillero raso del bloque oriental y, desde entonces, se ha mantenido vigente en el mundo ilegal, principalmente en las zonas de despensa de cocaína, su principal brazo económico. En 2005 se desempeñó como cabecilla de escuadra y en 2008 escaló a la comandancia del frente 44. Sus tareas estuvieron relacionadas con los cultivos ilícitos, los laboratorios de pasta y las rutas transnacionales para mover toneladas de esta sustancia, aunque tuvo más misiones.

Los militares que lo han perseguido durante varios años narraron parte del prontuario: “Era el encargado de dirigir los cursos de entrenamiento de las estructuras armadas que conforman esta organización subversiva, garantizando la transmisión de conocimiento en explosivos, armas y táctica de combate irregular”. Con base en las pruebas, lo vinculan con activación de campos minados en 2014, emboscadas a soldados en 2015 y múltiples cobros de extorsiones a diferentes sectores de la economía.

De acuerdo con las investigaciones que adelanta la Justicia colombiana, él mantendría el mismo comportamiento, ahora apalancado con más de 3.000 hombres en armas que cumplen cada una de sus peticiones. Recientemente, se le acusó de derribar un helicóptero de la Policía en el municipio de Amalfi, Antioquia, y de asesinar a 13 uniformados; también de atentar contra la familia del gobernador de Caquetá y obligarlo a entregar altas cantidades de dinero para poder cumplir con su Plan de Desarrollo.

Un integrante de la inteligencia militar describió a SEMANA sus últimos movimientos: “Calarcá se está fortaleciendo, y por los seguimientos, pero también por las interceptaciones que hemos realizado, podemos establecer que tiene miedo por los recientes hechos terroristas que ha ordenado y las operaciones que venimos desarrollando”.

Traiciones y ventajas

A diferencia de Mordisco, Calarcá cuenta con poderosas redes de apoyo al terrorismo que son coordinadas a través de grupos de WhatsApp: civiles que, en medio de la cotidianidad, están enfilados en sus intereses por gusto o presión, pero que colaboran en sus objetivos y actúan como informantes, mensajeros, sicarios y cobran las extorsiones.

Néstor Gregorio Vera Fernández, alias Iván Mordisco, líder de las disidencias de las Farc.
Néstor Gregorio Vera Fernández, alias Iván Mordisco, líder de las disidencias de las Farc. | Foto: AFP

Si bien Néstor Gregorio Vera Fernández tenía la misma estrategia, ha perdido respaldo entre las comunidades, pues lo responsabilizan de atacar a sus aliados y líderes, prefiriendo ayudar a otros actores. “La gente le ha dado la espalda porque en los atentados con drones, cargados con explosivos, o los carros bomba, siempre cae alguien de la población civil; entonces, ya se están cansando de lo mismo. No están viendo un beneficio directo de ayudarlos”, detalló la misma fuente.

Las molestias con Mordisco no solo provienen de los civiles que alguna vez le colaboraron en su lucha armada, sino también de los propios guerrilleros. Un investigador de las Fuerzas Militares destapó los inconvenientes en esas filas: “Con el pasar de las semanas y los meses, los integrantes de las disidencias de Iván Mordisco, y hasta de la Segunda Marquetalia, que no están de acuerdo con lo que están haciendo, no se entregan a la Justicia, sino que están ingresando a las filas de Calarcá, lo que lo está volviendo más poderoso e influyente, porque le están entregando detalles de cómo funcionan estos grupos en sus zonas”.

Al parecer, Alexánder Díaz Mendoza se estaría aprovechando de la crisis que hay en el grupo de su enemigo para atraer a sus integrantes a su lucha. “Las disidencias de Iván Mordisco están en una crisis porque entre ellos se está filtrando información importante”.

Con este panorama, alias Calarcá continúa sentado en la mesa de negociación con el Gobierno Petro. Él y sus negociadores tienen suspendidas las órdenes de captura en su contra, pero los mandatarios departamentales y locales piden que sea puesto detrás de las rejas, pues habría suficiente evidencia para demostrar que sigue delinquiendo mientras busca la paz total.

Calarcá ya estuvo bajo el poder de la Justicia. El 23 de julio de 2024 fue sorprendido por el Ejército a bordo de camionetas de la Unidad Nacional de Protección (UNP) en las carreteras de Antioquia. Por el beneficio judicial que le otorgó el ente de acusación y el Gobierno, fue dejado en libertad junto con sus acompañantes; guerrilleros con peligrosos prontuarios que volvieron a las montañas del país a fin de cometer delitos bajo la sombrilla de las negociaciones para transitar a la legalidad, que hasta ahora no muestran síntomas de avance.