Hay que “quitarse la cola”, la amenaza para asesinar a quienes participaron en el atentado contra el senador Miguel Uribe Turbay

Sin saberlo, quienes participaron del plan y ejecución del atentado contra el senador Miguel Uribe Turbay se salvaron de ser asesinados, gracias a que la Policía los capturó. Todos tenían una sentencia de muerte encima, no lo sabían, pero sus cabezas tenían precio.

Así lo reveló Katerine Andrea Martínez, alias Gabriela o Andrea, la mujer que fue capturada por el atentado al precandidato presidencial y que estaba por internarse en las selvas del Caquetá. Ella le reveló a la Fiscalía detalles de la investigación y cómo terminó metida en el plan para asesinar a Miguel Uribe Turbay.

Alias Gabriela contó cómo conoció a Elder José Arteaga, alias el Costeño, cabecilla de la red de asesinos y que es buscado por la Fiscalía. Fue alias el Costeño quien ubicó a Katerine Andrea para ofrecerle la posibilidad de participar del plan asesino. Ella no se negó y ahora tampoco se niega a contar todo el entramado criminal.

Advirtió que alias el Costeño tenía un plan después de concretar el atentado contra Miguel Uribe Turbay. Mientras se movilizaban en un carro, dos horas después del atentado, alias el Costeño le dijo a Katerine Andrea que tenía que “quitarse la cola”, haciendo referencia a que era necesario asesinar a quienes conocían el plan criminal.

Alias Andrea o Gabriela reveló cómo fue ella la encargada de llevar el arma de fuego hasta el sitio de reunión con el menor de edad que disparó. El punto era una esquina a solo unos pasos del parque El Golfito, donde estaba Miguel Uribe Turbay dando su discurso. Fue allí y en el interior de un carro, donde le entregó el arma de fuego a alias el Costeño, la misma que luego pasó a las manos del menor.

“Dijeron que necesitaban acabar con la cola, que primero iba a ser el venezolano del Spark gris y luego el menor de edad. Yo le pregunté que por qué iban a matar al del Spark gris y me dijo que él ya tenía antecedentes con él, que era muy chismoso, que soltaba la lengua, que la gente se podía enterar por boca de él de que nosotros estábamos implicados en el caso del senador”, dijo la única mujer capturada por estos hechos.

En su declaración, alias Andrea explicó que por llevar el arma le iban a pagar hasta 10 millones de pesos, luego de confirmar que el senador Miguel Uribe falleciera, pero como quedó con vida, el pago se redujo a 600.000 pesos. Nunca le pagaron, siempre fue una promesa criminal.

“Elder le dice al muchacho que no fuera a oprimir nada, porque él ya se le había programado para que disparara seguido, no tiro a tiro, sino seguido, como en ráfaga. Ahí le pasa el arma al muchacho, le dijo que se la guardara en el pantalón y que no oprimiera nada. Elder le dijo que solo la tocará cuando la fuera a utilizar en el parque”, se lee en la declaración de alias Gabriela.

Katerine Andrea Martínez espera convertirse en testigo de la Fiscalía. Le imputaron cargos, no aceptó su responsabilidad y ordenaron su reclusión en una cárcel, pero la Fiscalía la llevó al búnker para garantizar su seguridad y que sus declaraciones se completen de cara a identificar los autores intelectuales del atentado.