Nación
General (r) William Rincón revivió duro momento sobre el asesinato de su hijo Juan Felipe Rincón: “Aún estaba algo caliente”
Quien fuera el inspector general de la Policía Nacional entregó recientemente una entrevista en la que recordó aquel fatídico.
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El 24 de noviembre de 2025, en un sector del barrio Quiroga, al sur de Bogotá, fue asesinado el joven Juan Felipe Rincón, hijo del hoy exinspector de la Policía Nacional, el general (r) William Rincón.
El joven fue agredido brutalmente por un grupo de personas que lo esperaban en dicho sector, luego de que llegara al lugar en compañía de una adolescente. Ya en el punto, todo fue confusión y Juan Felipe Rincón terminó recibiendo un impacto de bala que acabó con su vida.
Su papá, el general (r) William Rincón, ha insistido, apoyado en algunas pruebas, que Juan Felipe fue víctima de un macabro plan de extorsión llevado a cabo por un grupo de personas que lo señalaban de abusador.
Ahora, mientras avanza la investigación para establecer responsabilidades en este crimen, el general (r) William Rincón ofreció una entrevista en el programa Séptimo día, de Caracol Televisión.
Allí, recordó con dolor cómo se enteró, ese 24 de noviembre, de que su hijo había sido asesinado.

De acuerdo con el general (r), ese día estaba en Facatativá cuando un subalterno le informó que algo había pasado son su hijo. Sin embargo, no se imaginaba que al llegar al barrio Quiroga, a eso de las 12:00 p. m., iba a encontrar a Juan Felipe muerto.
“Me trasladé en un helicóptero hacia la dirección general de la Policía desde Faca, gastamos 15 minutos. Yo tenía un presentimiento muy raro. Llegué más o menos pasadas las 12 de día acá”, dijo el general (r) William Rincón en Séptimo día, mientras visitaba el mismo punto donde murió su hijo.
Y agregó: “En este mismo lugar, donde está la cruz, ahí estaba tendido mi hijo, estaba ahí su cuerpo, aún estaba algo caliente. Cuando levanté la sábana estaba su cabecita totalmente golpeada, ensangrentada. Tenía una herida en su oreja, estaba golpeado en su boca, en sus manos. Me arrodillé ante Dios, ante mi hijo, y me puse a orar, a buscar una explicación, la verdad. Y de ahí me devolví hasta la camioneta y me senté hasta que hicieron el levantamiento de mi hijo”.