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Esta sería la relación secreta entre el secuestro de Lyan y la extradición de Pipe Tuluá, jefe de La Inmaculada: una historia de poder y narcos
En un robusto operativo sorpresa, Pipe Tuluá fue sacado del pabellón de alta seguridad de La Picota y trasladado para su extradición. Su relación con el naciente grupo de narcos del Valle de “la vieja guardia” habría sido el detonante.

El Valle del Cauca se está convirtiendo en nuevo epicentro de la guerra entre carteles del narcotráfico, en la que incluso se están reencauchando criminales de vieja data que regresaron pisando duro y cobrando deudas a sangre y fuego, todos reunidos en el naciente grupo de La Gran Alianza. A esta organización estaría vinculado el peligroso criminal Felipe Martín Silva, más conocido con el alias de Pipe Tuluá, jefe de La Inmaculada, quien está listo para ser extraditado.

Justamente, ese sería el detonante de la decisión del Gobierno de extraditar a Pipe Tuluá, quien se encontraba sentado en otra fracasada mesa de diálogo bajo el amparo de la paz total, pero sin generar avances; por el contrario, Pipe Tuluá habría seguido delinquiendo a sus anchas tras las rejas.
SEMANA conoció de una fuente cercana al proceso de Pipe Tuluá que la decisión de su extradición se habría acelerado tras conocerse su papel de mediador en el secuestro del niño Lyan José Hortúa, en Jamundí, y su presunta participación en la creación de una nueva estructura criminal, La Gran Alianza.

No se trata de un grupo criminal de poca monta. A La Gran Alianza estarían vinculados grandes capos del Valle como alias Alacrán Jr., Guacamayo y Jesús Antonio Calle, alias Comba, lugarteniente de Los Rastrojos, y Diego Rastrojo. Todos conocieron del secuestro del niño Lyan, hijo de Leonardo Hortúa, alias Mascota o Mochacabezas —segundo al mando de Los Rastrojos y asesinado en 2013—.
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Y es que la negociación con Pipe Tuluá, lejos de apaciguar la guerra en el Valle, se convirtió en un espacio de retaguardia para silenciosamente aumentar su influencia criminal, sumándose a esta organización de narcos.
Por eso, según le informó una fuente a este medio, el jefe de La Inmaculada habría hecho gestiones para la libertad del pequeño Lyan, de solo 11 años, quien fue secuestrado en un operativo cinematográfico encabezado por un grupo de narcos que, se ha establecido, era La Gran Alianza.
El secuestro del niño, que ocupó los titulares de los medios de comunicación, habría obedecido a una supuesta deuda del narcotráfico que Angie Bonilla, madre del menor, tiene con Diego Rastrojo y varios miembros de esa facción criminal.
La mamá de Lyan —apodada como la Barbie Vanessa— se habría quedado con bienes y dinero de los extraditados capos que rondarían los 37 mil millones de pesos, lo que habría generado el secuestro y el mensaje con sangre que significó la muerte de Antonio Cuadros, primo del padrastro de Lyan, quien participó en la liberación del niño de solo 11 años.
Información en poder de SEMANA advierte que el secuestro, en principio, estaba dirigido hacia Jorsuar Suárez, pareja sentimental de la Barbie y padrastro de Lyan, y fue organizado hace más de dos meses en un encuentro de los capos que componen La Gran Alianza.
La disidencia Jaime Martínez
El relato en poder de SEMANA señala que no fueron hombres de las disidencias quienes ingresaron a la lujosa vivienda de la Barbie Vanessa, sino emisarios de La Gran Alianza, que ahora trabajan en coordinación con el sanguinario frente Jaime Martínez, pues el poder de esta disidencia hace que no se mueva nada sin contar con su venia.

De acuerdo con una reveladora carta que llegó a SEMANA, y cuyo contenido fue corroborado por equipo periodístico, el cobro de la deuda con Diego Rastrojo, que habría motivado el secuestro de Lyan, se realizó a través de alias 06, jefe de La Gran Alianza.
“Se los puedo asegurar desde ya: esa investigación no avanzará porque La Gran Alianza maneja fiscales y generales a su antojo, por eso, siempre le dijeron a Angie Bonilla que ella sabía lo que pasaba, que pagara”, se lee en el documento.
Justamente, la participación de Pipe Tuluá en estas “vueltas” criminales, aun estando en la cárcel, acabó la paciencia del Gobierno.
A esto se suma la información revelada ayer, según la cual —desde La Inmaculada— se estaba realizando una ‘vaca’ que tendría como fin la libertad de su jefe, Pipe Tuluá, para pagar por la fuga de este criminal.
Plan pistola contra el Inpec

Apenas se conoció del traslado de Pipe Tuluá con fines de extradición, se reactivó el grupo criminal, comandado por este personaje, que se ha dedicado a asesinar a miembros de la guardia penitenciaria del Inpec que no comulgan o no son cómplices de sus actos ilegales tras las rejas.
Muerte a Guardias Opresores (Mago) emitió ayer un comunicado en el que advirtieron: “Iniciaremos acciones armadas contras el Inpec, debido a los traslados de nuestros guerreros y hermanos. Hemos cumplido con determinación los acuerdos establecidos, pero con los últimos hechos registrados en contra de nuestros compañeros y hermanos, declaramos objetivo militar a todo funcionario del Inpec a nivel nacional, hasta nueva orden”.