Nación
Esta es la sustancia tóxica hallada en los cuerpos de las dos estudiantes muertas en un misterioso caso en Bogotá
SEMANA conoció los resultados de los análisis de laboratorio practicados a los cuerpos de las menores de edad.

La misteriosa muerte de dos estudiantes del prestigioso colegio Los Nogales, en confusos hechos ocurridos en el barrio Rosales, de Bogotá, empieza a aclararse poco a poco. SEMANA confirmó este sábado que la sustancia en los cuerpos de las dos menores es talio, un metal muy tóxico que es usado en la fabricación de dispositivos electrónicos.
A esa conclusión llegaron los expertos luego de varios días de análisis de todo tipo, en los que se descartaron rastros de droga y también una intoxicación por consumo de alimentos. El gran interrogante que tendrá que resolver ahora la Fiscalía cómo las estudiantes terminaron ingiriendo esa sustancia química que terminó acabando con sus vidas.
También se deberá comprobar si se trató de una muerte violenta derivada de un homicidio o de un accidente trágico que tiene consternado al país. Precisamente, Medicina Legal advirtió que se investiga la presunta hipótesis de que pudo tratarse de un envenenamiento.
Sobre esto, SEMANA habló con las víctimas en esta trágica historia y fueron ellas quienes advirtieron y les pidieron a las autoridades prestar atención a esta nueva versión, que se aleja mucho de las hipótesis preliminares que apuntaban a un accidente por intoxicación, pero que ahora está más cerca del envenenamiento.
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El abogado Santiago Ronderos, representante de la familia de Emilia, una de las víctimas, insistió en que es necesario investigar todas las versiones, principalmente las que ahora tienen peso en los análisis forenses y que están en poder de la Fiscalía.

“Debido a la reacción de las niñas a este veneno, que es lo que —consideramos— en algún momento consumieron, que precisamente se trata de una sustancia tóxica o posiblemente una droga sintética, ya que en este estudio preliminar de toxicología se descartaron las drogas más comunes, cocaína, marihuana y opioides… Por lo que estaríamos ante una posibilidad alta de un envenenamiento”, advirtió Ronderos.
La Fiscalía, que asumió desde el pasado fin de semana la investigación, avanza en la indagación para resolver el caso. Hay pistas clave que los investigadores del CTI recogieron en las visitas al apartamento del exclusivo sector. Videos de seguridad, fotografías y la evidencia física recolectada hacen parte del material que ha permitido a los agentes trazar algunas teorías del suceso.
Con el giro que dio la historia pierde cualquier peso la primera hipótesis que se manejó sobre una posible intoxicación por un domicilio que habían pedido y la cual ya había quedado sin fuerza tras las declaraciones del secretario de Salud de Bogotá, Gerson Bermont, quien aseguró que “lo sucedido no responde a una intoxicación por alimentos, sino por un agente que no es objeto de vigilancia por la Secretaría”.
Frente a esa hipótesis, el abogado de las víctimas señaló que ese día solicitaron “un domicilio de fresas o de frambuesas para las niñas, pero adicional a esto, al parecer, una de estas plataformas hizo [un] obsequio a uno de los niños de la casa; eso será objeto de investigación a través de la Fiscalía, que actualmente está revisando los videos y el registro fotográfico de la casa y sus alrededores”.
SEMANA conoció detalles de la cronología de esta tragedia, de cómo las niñas, después de salir del colegio el viernes 4 de abril, se desplazaron hasta el apartamento de una de ellas, compartieron por alrededor de dos horas, luego regresaron a sus casas y durante la noche presentaron algunas dolencias. Fue hasta el día siguiente, el sábado 5 de abril, cuando las trasladaron hasta la Fundación Santa Fe.
Como se mencionó, la historia arrancó el viernes 4 de abril en horas de la tarde. Las tres niñas salieron en la ruta del colegio y se bajaron juntas en el apartamento donde vivía una de las menores que falleció, ubicado en el exclusivo barrio Rosales. Nunca estuvieron solas en la casa, pues estaba el hermano mayor de ella, quien hoy está hospitalizado.

Las tres amigas prepararon galletas con ingredientes disponibles en la cocina y recibieron unos chocolates que una vecina les regaló. Además, comieron fresas con chocolate, pedidas por el papá de una de ellas en una plataforma de domicilios, y compartieron unas frambuesas que estaban en la nevera. También tomaron agua.
En la noche, comenzaron a sentirse mal, “pero no con síntomas alarmantes”. La tragedia arrancó el día siguiente, el sábado 5 de abril, en la madrugada. Cada familia, por su lado, llevó a sus hijos al servicio de urgencias de la Fundación Santa Fe. Los síntomas eran “complicaciones respiratorias; dificultad para respirar; falta de aliento; adormecimiento; somnolencia marcada, (y) vómito”.
La primera víctima que cobró el trágico suceso falleció a la 1 de la tarde de ese mismo día, producto de una falla cardíaca. La segunda comenzó a agravarse y tuvo que ser intervenida quirúrgicamente. Al día siguiente de la operación, el miércoles, también murió. Esta familia vive una enorme tragedia, pues la mamá de esta última falleció de cáncer hace unos años y su hermano aún permanece hospitalizado y sin tener certeza de lo que les pasó.