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“El ministro Ricardo Bonilla lo sabía todo”: SEMANA revela explosivo testimonio de su exasesora María Alejandra Benavides que lo salpica en el escándalo de corrupción de la UNGRD
SEMANA revela la explosiva declaración de María Alejandra Benavides, exasistente del ministro de Hacienda, Ricardo Bonilla. Afirma que le ordenaron hacer seguimiento a contratos entregados a congresistas.
En medio de lágrimas y sollozos, visiblemente afectada, María Alejandra Benavides, exasesora del ministro de Hacienda, Ricardo Bonilla, quien resultó salpicada en el escándalo por el millonario saqueo a la Unidad Nacional para la Gestión del Riesgo de Desastres (UNGRD), se reunió ante una fiscal delegada ante la Corte Suprema y se quebró.
No aguantó presión y contó detalles específicos, nombres, órdenes y contratos que tuvo que direccionar para comprar la conciencia y los votos de congresistas de la Comisión de Crédito Público, para que aprobaran los empréstitos para la nación.
#Atención | María Alejandra Benavides, exasesora del Ministerio de Hacienda, salpica al ministro Ricardo Bonilla con el escándalo de la UNGRD. Sobre los contratos corruptos, dijo: "Él lo sabía". https://t.co/if1kX8q65f pic.twitter.com/nczNMwM4Xg
— Revista Semana (@RevistaSemana) November 30, 2024
SEMANA tiene en su poder la declaración que dio Benavides ante la Fiscalía y revela este explosivo testimonio que salpica a su exjefe, el ministro Bonilla, al exministro de Interior Luis Fernando Velasco y al enlace entre el Gobierno y el Congreso, Jaime Ramírez Cobo, quienes, según su versión, le ordenaron tramitar contratos por más de 92.000 millones de pesos para obtener el respaldo parlamentario.
Refiriéndose a su exjefe y con arrepentimiento, dijo a la Fiscalía: “Él me usó, él me usó, por el hecho de ser el ministro de Hacienda y a él no le importaba el costo que tenía que pagar; él solo necesitaba sacar esto”. Esas fueron las palabras que, entre lágrimas, repetía Benavides, dejando claro que le habían dado la orden de sacar esos contratos para darles los “cupos indicativos” a los congresistas.
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Benavides dijo a la fiscal: “Sí señora, él lo sabía todo, absolutamente todo, necesitaba autorización, todo necesitaba que él supiera. Yo no lo hacía sola”, y con argumentos explicó con claridad lo que el ministro Bonilla se ha empeñado en negar y que incluso ha calificado como chismes.
“El 3 de enero, cuando yo le voy a hablar de la carta, yo le digo: mire, en diciembre pasó esto, yo mandé los contactos el señor Sneyder; luego me dijo: la última semana de diciembre, que no se ha movido, que ya habían hablado con ellos, pero que ya”, afirmó Benavides.
La entonces asistente del ministro era la encargada de coordinar con los congresistas de la Comisión de Crédito Público, Karen Manrique, y con Wadith Manzur, Liliana Bitar, Julián Peinado, Juan Diego Muñoz y Juan Pablo Gallo, para la entrega de contratos de obra pública en El Salado, municipio de Carmen de Bolívar; Cotorra, departamento de Córdoba, y Río Bojabá, en el municipio de Arauca. Para esto tuvo que establecer contacto con el exsubdirector de la UNGRD, Sneyder Pinilla, y los alcaldes o asesores de los municipios.
Por eso Benavides, en la explosiva declaración que dio a la Fiscalía, en busca de llegar a una negociación, advirtió: “Él (ministro Bonilla) sabía que esos contactos los había sacado yo de lo que me habían pasado los congresistas que tenían los cupos indicativos (…) Yo no le puedo decir mentiras a usted. Si él sabía, yo no sé, yo no podía cuestionarlo, pero aquí soy transparente y le digo: estoy segura que el ministro sabía de esos contactos para ellos y que a cambio le iban a dar esos créditos”.
Por su cargo, Benavides tuvo que cumplir órdenes y ahora está contra las cuerdas, con durísimas amenazas contra su vida y cerca de ir a prisión. Por eso se quitó la mordaza y espera que le garanticen la seguridad, para continuar contando todo.
Sin embargo, no se frenó en su confesión y en esa misma reunión también narró en detalle la participación de Jaime Ramírez Cobo, el enlace entre el Gobierno Petro y el Congreso de la República, quien también tenía contacto con los parlamentarios de la Comisión de Crédito Público y estaba apurado por lograr los votos.
“El 11 de diciembre, cuando yo le mando a él (Jaime Ramírez Cobo) los contactos, es porque ya había pasado la reunión con Velasco en la que le decían a él que gestione. Él sabe de la urgencia, él sabe que el ministro iba a cambiar una cosa por otra (contratos por votos). Entonces, él es el que me pide contactos para llamar”, contó Benavides.
Agregó que para persuadir a los congresistas de apoyar con su voto hablaba directamente con ellos durante la sesión en la que necesitaban el respaldo. “El 15, cuando estamos en la mitad de la sesión, porque todo es simultáneo, fiscal... lo que yo hago cuando Sneyder Pinilla me pide los contactos no es cogerlos del chat de Jaime, es pedírselos a los congresistas que ya están conectados para la sesión, que eran los que iban a votar, y que yo se los pidiera a ellos específicamente era mostrarles que sí iba a salir. Era la gestión que me habían pedido que hiciera”, contó la exasesora.
La diligencia que se adelantó de forma confidencial en el búnker de la Fiscalía forma parte de la negociación que estaría adelantando Benavides con la justicia en busca de beneficios, tal como ya lo hicieron los testigos estrella de este caso, el exdirector de la UNGRD, Olmedo López, y el exsubdirector Sneyder Pinilla, quienes abrieron la caja de Pandora. Ellos, día a día dan más detalles y revelaciones sobre el escándalo, pero siguen esperando que la Fiscalía les avale el principio de oportunidad.
La explosiva declaración en poder de SEMANA también señala con claridad al exministro de Interior Luis Fernando Velasco, quien ha negado su participación en el escándalo y hasta ha amenazado con demandas a quien intente involucrarlo. Sin embargo, las declaraciones de la emproblemada Benavides lo dejan muy mal parado.
“Sé que el ministro Bonilla no hacía nada sin que el ministro Velasco supiera o Jaime supiera. Para el ministro Bonilla era fundamental que alguien más supiera qué estaba pasando. Por eso Velasco se la pasaba en el Ministerio de Hacienda, por eso él me decía hablara con Jaime, almuerza con Jaime, era por eso. El ministro Bonilla tenía afán de que de alguna forma quedara claro que él no lo hacía solo”, explicó Benavides.
Al ser cuestionada específicamente por la participación de Velasco en este escándalo fue clara: “La reunión con Velasco fue el 6 de diciembre, el 11 Jaime trató de meterse, él tenía la instrucción, no lo sé, no sé si era por eso o por qué. Por eso yo hablé con él, por eso yo toda esta semana hablé con él, del 12 al 14, ustedes pueden verlo. Entonces, claro que Velasco lo sabía, claro que ellos tenían presente esto el 16 de diciembre, hasta el sábado había plazo, y los congresistas eran los que todo el tiempo por WhatsApp me decían: allá no contestan, no han dicho nada, María Alejandra no ha pasado nada”.
Incluso Benavides cuenta cómo fue su primer contacto con el entonces ministro del Interior: “El ministro Velasco me llama de celular. María Alejandra, ¿cómo van los temas? Y yo digo, ¿qué está haciendo el ministro Velasco llamándome? Yo le dije: ministro, estoy esperando la instrucción del ministro Bonilla y ya. Estas llamadas fueron registradas en mi celular. No sé si tengan cómo rastrear eso”.
La exasistente del ministro, a quien de forma extraña le fueron hurtados los discos duros de su computador, se refirió a una cita clave el 6 de diciembre en que, según su versión, “yo estaba ahí cuando el ministro me lo pedía. Yo no participaba. Pero Bonilla y Velasco hablaron, el ministro Bonilla dijo: usted tiene que ayudarme, usted tiene que encargarse también. El ministro Velasco (inaudible), Jaime Ramírez Cobo como enlace de la Presidencia y como el enlace más alto respecto a todos los otros enlaces del Gobierno nacional, también tenía que intervenir ante la Unidad Nacional de Gestión del Riesgo”.
Agregó que: “¿Me pueden prestar por favor el chat con Jaime? Jaime sabía de la urgencia, Jaime sabía que tenía que gestionar esos cupos indicativos. Él sabía que tenía que salir y Velasco también, lo tenían clarísimo”.
Lo más irónico de este asunto es que Benavides habría quedado metida en este escándalo de corrupción de rebote, pues asumió como asistente del ministro Bonilla, porque Andrea Ramírez, quien tenía este cargo, estaba de licencia de maternidad, pero le tiraba línea.
Por eso, en su contundente declaración a la Fiscalía, en medio de la angustia y lágrimas, explicó que “Andrea me sienta y me dice: es que no la estás cogiendo y volvimos al tema de cupos indicativos; yo ok, y volvimos al tema de cupos indicativos. Cuando volvimos a cupos indicativos me explicó lo mismo. Es una facilitación, facilita la articulación, ministerio, entidades, Congreso, al final es lo que se materializa en votos y cuórum. Me dice: María, para que se dé un cupo indicativo, hay tres cosas que tú tienes que tener. Sin esto, no hay autorización de nada y no puedes sacar nada. La primera de esas cosas es la autorización. ¿De quién? Del ministro Hacienda y Crédito Público. O sea, del ministro Ricardo Bonilla”.
La segunda, según su versión, era aún más grave, “que para mí fue clara en el entendimiento del ministro respecto a que sí había algo malo. ¿Es cupos indicativos? Pero me dijo, tienes que recibir montos. ¿Qué es un monto? El tope que puede tener un cupo indicativo”.
Andrea Ramírez incluso le da una recomendación importante para ese momento: “El ministro te lo va a preguntar a ti, porque todo, absolutamente todo lo que tú hagas con esto, él lo tiene que saber; el ministro tiene que saberlo, y tú tienes que encontrar la forma de contárselo. Entonces me dice: pones acá municipio, pones acá lo primero que encuentres, un código, un radicado, un número, algo que pueda identificar el proyecto; pones acá móvil, y en la cuarta casilla, que es opcional, ¿a qué está sujeta?, a que el ministro te la pida en el momento o no te la pida en el momento, él verá cómo maneja eso, qué es, a qué congresista pertenece tal cupo indicativo”.
La declaración fue tan detallada que en el audio se escucha a la fiscal dejando la constancia de que la explicación de Benavides se estaba haciendo en un tablero: “En este momento el despacho deja constancia que la señora Benavides Soto ilustra en el pizarrón de la sala donde estamos reunidos, un cuadro compuesto por cuatro casillas. En la primera columna, más bien en la primera, apunta municipio; en la segunda, identificación; en la tercera y en la cuarta, congresistas”.
Estas versiones que entregó Benavides a la Fiscalía coinciden, casi de forma idéntica, con lo revelado por SEMANA y lo dicho por los testigos Sneyder Pinilla y Olmedo López. La propia Corte Suprema, que está adelantando la investigación contra los congresistas de la Comisión de Crédito Público, se refiere en detalle a estos hechos.
“Puntualmente, se cuenta con registros de interacciones por WhatsApp de Pinilla con el ministro Ricardo Bonilla, y separadamente, con su asesora legislativa María Alejandra Benavides Soto, ambos funcionarios del Ministerio de Hacienda. Mientras interactuaban con Sneyder Pinilla estaban conectados remotamente a la sesión”, confirmando la versión de Benavides.
Se trata, pues, de un nuevo testigo del escándalo de corrupción que trabajaba de la mano del ministro Bonilla, quien con este testimonio queda en aprietos. Benavides y su familia han sido víctimas de amenazas para intentar callarla, la Fiscalía y las autoridades deben garantizarle la seguridad.