Investigación
Dramáticos testimonios de colombianos que escaparon del cartel Jalisco Nueva Generación: mujeres abusadas por narcos y militares empujados a la guerra
Una de las organizaciones terroristas más temidas de América Latina tendría redes de trata de personas en Colombia. Mujeres y militares en retiro, los más afectados.

El cartel mexicano Jalisco Nueva Generación no solo tiene intereses en Colombia para comprar cocaína y oro. SEMANA revela inquietantes historias que advierten que sus cabecillas instalaron redes de trata de personas en las principales ciudades del país para satisfacer deseos sexuales en México, y enfrentar la guerra que sostienen contra otras organizaciones terroristas.
Milena Sánchez, cuyo nombre real fue omitido por motivos de seguridad, fue una de las víctimas de este grupo criminal. Ella fue abordada por una mujer en Medellín que la invitó a trabajar como dama de compañía en los bares de México: le prometió un salario alucinante y terminó en las garras de los narcotraficantes que, usualmente, veía en las películas de ficción durante su adolescencia.
Mientras tanto, Germán Toro, quien pidió ocultar su verdadera identidad, fue engañado por una empresa de seguridad privada para vigilar compañías en ese lado del mundo, pero fue enfilado como sicario para defender los intereses de esta estructura ilegal. Sus captores entendieron que la experiencia que adquirió en el Ejército Nacional, peleando en contra de las guerrillas, le servía para enfrentar cualquier amenaza.
Las autoridades desconocen quiénes son las personas que están detrás de la migración de este cartel a Colombia. Lo cierto es que, en los últimos 15 meses, la Policía Nacional y la Fiscalía General de la Nación han capturado a 35 ciudadanos con nacionalidad mexicana que podrían tener nexos directos con esta organización criminal y sus redes de economías ilegales, principalmente el narcotráfico.

“Vender mujeres”
Milena salió de Colombia en septiembre de 2024 junto a siete mujeres más de diferentes departamentos, todas convencidas de alejarse de sus casas a cambio de recibir dinero por asistir a fiestas en México. El primer día fue traumático para ella: la retuvieron cuando iba a bordo de un carro en el estado de Veracruz y la obligaron a dar la ubicación exacta donde dormían sus compañeras de viaje.
Así lo narró uno de sus parientes a SEMANA bajo reserva: “Se atravesaron tres camionetas, con armas y todo. La bajaron, la golpearon, le quitaron el celular y le pidieron que entregara a las otras niñas. Estando ya secuestradas, las desnudaron y las obligaron a hacer un video presentándose. Las vulneraron mucho. Las tiraron al piso, les vendaron los ojos. Ellas fueron abusadas”.
Estando en cautiverio, las colombianas se enteraron de que estaban en poder del cartel Jalisco Nueva Generación y que su llegada a ese país había sido fruto de una transacción de extorsión, mientras los delincuentes las amenazaban y las obligaban a sostener relaciones sexuales con pistolas en mano. Esto se puso en conocimiento de las autoridades porque ellas pudieron fugarse y ponerse a salvo.
Al parecer, los criminales bajaron la guardia porque en los medios de comunicación se denunció la desaparición de las colombianas y el Gobierno nacional pidió colaboración a la presidenta Claudia Sheinbaum: “Las dejaron en un carro, les dijeron que no se podían mover y que irían por ellas. Ellas aprovecharon para escaparse. Luego fueron encontradas en las calles y las rescataron”, manifestó la misma fuente.

Militares para la guerra
Germán también pudo sobrevivir. Después de superar la jubilación en las Fuerzas Militares, lo contactó una agencia de seguridad para trabajar en Veracruz a cambio de 7 millones de pesos todos los meses, con la promesa de que podía disfrutar de un periodo de vacaciones cada semestre. Él aceptó y enfrentó a un monstruo: las labores de vigilancia fueron una excusa y lo enfilaron al cartel Jalisco Nueva Generación.
“Lo que uno iba a hacer allá era algo muy ilegal, grupos al margen de la ley peleando por territorios, por el poder de la zona, de adquirir más territorio, de abarcar más terreno e ir despojando a los demás grupos. Yo dije: ‘Esto no es lo mío, yo me tengo que ir de aquí‘”, recordó el hombre. En la primera misión le entregaron un fusil con proveedores y fue escoltado por menores de edad mexicanos.
De acuerdo con su relato, él no accionó el armamento porque las misiones que le encargaron siempre se abortaron. Sin embargo, en uno de los recorridos por las selvas de ese país usó las técnicas más sofisticadas de los militares colombianos: se escapó del grupo y caminó durante 20 días para estar a salvo. De los compañeros que también aceptaron este trabajo, y fueron engañados, no sabe nada.
“¿Qué puede uno pensar? Ya están muertos. Cuando empecé a ver cómo era el funcionamiento de esa situación, yo dije: ‘De aquí no se sale en seis meses’. Como uno dice en Colombia: ‘La malicia indígena’, y uno, como militar que fue, sabe qué es lo bueno y qué es lo malo. En el segundo día, me dieron armamento, y me dije: ‘Esto no pinta bien’”, manifestó la víctima en entrevista con SEMANA.
Los desaparecidos
La Fiscalía General de la Nación tiene insumos que dan indicios de la existencia de redes de trata de personas al servicio de esta estructura delincuencial en Colombia. Los elementos han sido recogidos por las familias de las víctimas, quienes han enfrentado a los criminales que engañaron a sus parientes y claman por justicia. Por ahora, los procesos no avanzan y la zozobra se apodera de ellos.
Son tres militares en retiro los que están desaparecidos y no se sabe nada de ellos desde finales del 2023. Aparentemente, fueron a trabajar como vigilantes y sospechan que corrieron con la misma suerte de Germán, pero no pudieron sobrevivir. Las pistas señalan que habrían sido asesinados y enterrados en las fosas que caracterizan al crimen en ese sector de México.
“La Fiscalía no avanza en nada. Nos dijeron que debíamos tener paciencia. Uno envía información, pero no. No hay nada nuevo. Hay una indiferencia del gobierno mexicano y colombiano, se han hecho los de la vista gorda. Buscar a los familiares de nosotros no es una bobada. En cuestión de investigación, nada avanza”, alertó una de las esposas de los soldados retirados, de los que se desconoce su paradero.
Todo esto estaría enmarcado en las falsas promesas de empleo, una técnica de trata de personas que tiene bajo el radar la Cancillería, que no es exclusiva de ese país, también hay reportes en República Dominicana y Asia, donde los ciudadanos son atraídos por propuestas de grandes salarios, pero terminan viviendo un calvario, la mayoría relacionados con la explotación sexual comercial.

Los negocios del cartel
El cartel Jalisco Nueva Generación tiene alianzas profundas en Colombia. Informes de la Policía Nacional y del Ministerio de Defensa lo vinculan con las disidencias de las Farc de alias Iván Mordisco, los Comandos de Frontera, el Clan del Golfo y el ELN. El objetivo es el tráfico de estupefacientes a gran escala hacia Centroamérica y Norteamérica, pero también figura como un enlace con la mafia europea y asiática. Recientemente, fuentes judiciales describieron a SEMANA que los mexicanos tendrían intereses en la extracción ilícita de yacimientos mineros.
Lo cierto es que en las altas esferas de la fuerza pública hay preocupación por la injerencia que está teniendo este grupo extranjero en el país, que ahora no solo persigue a las economías ilícitas, también a hombres y mujeres para enfilarlos en su red criminal.