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“Doctora, usted me excita”: la frase que lanzó un abogado en una audiencia y que le generó una sanción de la Comisión de Disciplina Judicial

La frase fue contra una defensora de familia del ICBF, en una audiencia de conciliación y en presencia de un menor de edad.

9 de febrero de 2025, 10:53 a. m.
Judicatura
La Comisión de Disciplina Judicial sancionó al abogado que acosó a la defensora. | Foto: Suministrado a Semana - stock.adobe.com

“Doctora, usted me excita; me excita como rasga ese papel”. Esta desafortunada frase, lanzada por un abogado en medio de una audiencia de conciliación, en una URI del municipio de Santander de Quilichao, en Cauca, desató la furia de la defensora pública, que no se aguantó el acoso y puso contra las cuerdas al hombre, quien terminó sancionado con la suspensión de su tarjeta profesional.

Esta historia, que llegó a manos de la Comisión de Disciplina Judicial, llamó la atención de los magistrados y se tomó muy en serio. Pese a que el abogado Delbert Mayorga trató de salir del lío presentando excusas, estas no fueron aceptadas por la defensora de familia del Instituto Colombiano de Bienestar Familiar (ICBF), Martha Polanco, quien lo denunció y ahora la sanción se presenta como ejemplo para toda la Rama Judicial, en rechazo al acoso contra las mujeres.

Y es que el abogado, no conforme con la frase que lanzó en medio de una audiencia de conciliación, en la que irónicamente estaba representando a un menor edad, fue más allá, según la denunciante: “Cuando le exigí respeto, hizo caso omiso de la situación tomándolo como burla. En este espacio, el citado togado se dirigió también de forma irrespetuosa a la madre del adolescente que me acompañaba, la señora Luz, burlándose de ella y de su condición de mujer”.

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“Cuando le exigí respeto, hizo caso omiso de la situación tomándolo como burla". | Foto: Suministrado a Semana - stock.adobe.com

De nada le sirvió al abogado Mayorga tratar de dar reversa, cuando en el proceso disciplinario se excusó: “No voy en estos momentos a tratar de tapar o tratar de decir, no, que lo que pasa es que mi cliente tal cosa, o que yo hice esto porque el que reza y peca empata; desde ningún punto de vista voy a proporcionar que el hecho que ella hizo algo se tiene que justificar con lo mío. No, nada de eso, yo admito y confieso a la manera de lo que me concede mi naturaleza y el marco jurídico de esta ley, de poder determinar que sí le falté al respeto la señora defensora de familia”.

El caso, desde la Comisión de Disciplina Judicial fue considerado como un ejemplo de lo que nunca debería ocurrir, haciendo énfasis en el respeto por las mujeres, y poco pudo hacer el abogado Mayorga, quien —tratando de evitar la inminente sanción— agregó ante el tribunal: “Yo sí en este momento tengo que decir que le falté al respeto porque estaba cortando ese papel, que ella me excitaba, pues tengo que determinar que esa fue la falta de respeto que yo tuve en contra de ella”.

Acoso sexual
El caso, desde la Comisión de Disciplina Judicial fue considerado como un ejemplo de lo que nunca debería ocurrir. | Foto: Getty Images/iStockphoto

Y es que esa no fue la única barbaridad que cometió el abogado en la misma diligencia; también, a modo de burla, le dio unos bóxers al menor que se encontraba detenido, y así lo reconoció: “En cuanto al acto de haber entregado en calidad de regalo unos calzoncillos bóxer al menor, y que admito que la actitud por mí realizada no fue la correcta”.

Y es que la decisión contra el abogado acosador pone con claridad la posición de la justicia en estos casos. “Se trata de un comportamiento totalmente impropio para un profesional del derecho en ejercicio de su profesión, obligado a tener un proceder acorde a la ética profesional, a quien se exige mesura, respeto, seriedad y ponderación en sus relaciones con los servidores públicos”.

Agrega: “Tuvo manifestaciones irrespetuosas en contra de una funcionaria, tal y como él mismo lo aceptó en su versión libre, de contenido libidinoso, que se salieron de todo contexto profesional […]; no resultó aceptable, ni siquiera a modo de broma, porque no se podía inferir la confianza necesaria para ello, y mucho menos en desarrollo de una diligencia de conciliación, reduciéndola a ser un objeto sexual, proporcionándole manifestaciones de carácter erótico que afectaron su dignidad como mujer”.

El tema fue fallado en primera instancia y el abogado, buscando evitar la sanción, se excusó afirmando que su profesión era su sustento y pidió cambiar la suspensión por una censura; hasta romántico se puso: “Con la firme convicción que tal acto quedará como indeleble en mi mente para ni siquiera con el pétalo de una rosa agredir a persona alguna, menos aún a la mujer”. Sus palabras no cambiaron la decisión y le fue suspendida su tarjeta profesional por dos meses, un fallo simbólico y que da ejemplo a todos los abogados.