Inseguridad
Denuncian violento ataque a finca de empresario de palma en Sucre. Baño de sangre en hato ganadero
En esa zona del país han aumentado las irrupciones agresivas, no solo para robar, sino también para amedrentar. La comunidad está aterrorizada.

La violencia se está apoderando cada vez más de las zonas rurales del país. Como un déjà vu para muchos habitantes del campo, que creían haber dejado esa pesadilla atrás, se repiten escenas de hombres armados y encapuchados que irrumpen violentamente en las fincas para robar, maltratar, secuestrar o asesinar.
El caso más reciente se presentó en la noche del viernes 23 de mayo y hasta la madrugada del sábado 24, cuando siete sujetos armados, vestidos de jean, botas de caucho y encapuchados, irrumpieron en una finca de la vereda Minuto de Dios, del municipio de San Antonio de Palmitos, Sucre.
La finca a la que ingresaron abruptamente es de propiedad del empresario José Guerra de la Espriella, quien no se encontraba en el predio, pero cuyos trabajadores fueron duramente amedrentados. Al cuidandero de la finca y a su pareja los amarraron y les quitaron los celulares.
La finca, que es ganadera y está muy cerca de Coveñas, colinda con un cultivo de palma propiedad de Guerra de la Espriella y fueron los empleados del cultivo quienes alertaron de lo que estaba sucediendo.
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“Me comentan que los encapuchados llegaron como a las 8 de la noche, entraron a los corrales en donde tenemos vacas de leche y amarraron a varias, les partieron las patas y las mataron con sevicia, varias quedaron tiradas en el piso y estaban recién paridas”, explica el empresario, quien alerta que esta situación de inseguridad está afectando no solo a la vereda y al municipio, sino también a otras poblaciones de Córdoba.
Guerra de la Espriella dice que varios vecinos han experimentado el mismo tipo de ataques, pero no se atreven a denunciar, mientras que las autoridades están atemorizadas por el infame “plan pistola”.
Los encapuchados también se robaron aves de corral, cerdos y enseres y se llevaron parte de la carne de las vacas que habían asesinado cruelmente; hasta tuvieron tiempo de hacer comida y aunque no hirieron a las personas que allí estaban, sí fueron particularmente despiadados con los animales, usando esa acción para amedrentar.
“Hay que contar lo que está pasando porque no podemos seguir a merced de los violentos, la gente está muy nerviosa y recientemente se han presentado entre 10 y 12 casos similares”, sostiene.
Los encapuchados que irrumpieron en la finca se presentaron como miembros del Clan del Golfo, pero existen dudas de que en efecto sean de ese grupo, pues la forma de actuar de dichos delincuentes es diferente.
Si bien esta zona del país, en la que muchos pequeños cultivadores producen ajonjolí, yuca y ñame, con frecuencia se roban una que otra res o caballo, desde hace muchísimos años no se presentaban este tipo de ataques violentos, que en el último mes han sido recurrentes.

“En el chat de vecinos nos comunicamos, pero la gente tiene miedo y por eso no denuncia. La zona se ha dañado terriblemente, ha crecido la delincuencia común”, comenta este empresario palmero que emplea a 32 personas de forma directa y formal y que se niega a tener armas en su finca. Por ahora les pide a las autoridades que les brinden protección, pues todos están muy asustados.