Nación
Cayeron los cabecillas del ‘PAE militar’, coroneles y contratistas que se inventaron soldados para darles almuerzos
Una investigación de la contrainteligencia del Ejército, con apoyo de la Dijín de la Policía reveló un entramado criminal que salpicó a altos oficiales del Ejército.

Dos coroneles del Ejército, un sargento, el actual secretario de Tránsito del municipio de La Jagua de Ibirico y un contratista, terminaron capturados en el curso de una investigación por hechos de corrupción en los contratos para el suministro de alimentos destinados a los soldados del Batallón Energético y Vial de La Jagua de Ibirico, departamento del Cesar.
Los militares, funcionarios de la Alcaldía y el contratista, de acuerdo con la investigación, crearon una estrategia criminal para firmar millonarios contratos y luego inventarse soldados como supuestos beneficiarios de un plan para llevar almuerzos a miembros de la Fuerza Pública.

Como en los episodios más descarados en el escándalo del Programa de Alimentación Escolar (PAE), los coroneles, el secretario y el contratista copiaron las mañas para engañar al Estado, firmar contratos y quedarse con suculentas tajadas de esos contratos, mientras presentaron listados con supuestos soldados que todos los días comían a cargo de la alcaldía municipal.
Un grupo de investigadores anticorrupción del Ejército y de la Dijín descubrió la trampa y recuperó todos los elementos de prueba para pedir a un juez de control de garantías las órdenes de captura de quienes aparecían en la firma de los contratos, en las solicitudes y hasta se encargaban de las auditorías de esa falsa entrega de alimentos a los soldados.
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Entre los capturados se encuentran: William Díaz Bazza, secretario de Tránsito del municipio de La Jagua de Ibirico; Carlos Borrego Daza, exasesor de Contratación de la misma alcaldía; el coronel Bernardo Rozo, oficial de Operaciones de la Tercera División del Ejército en Popayán; el coronel Davis Franco excomandante del Batallón Energético y Vial de La Jagua de Ibirico; el sargento Deiber Ricardo García y el contratista Alfonso Rodríguez.
La trampa
Ante los jueces de control de garantías, la Fiscalía presentó todos los elementos de prueba que fueron recaudados por los investigadores. En los documentos se logró establecer cómo los oficiales del Ejército, los funcionarios de la alcaldía y los particulares, se inventaban o incluían a soldados que estaban de vacaciones para meterlos en los listados de beneficiarios de almuerzos.
Los investigadores identificaron que los soldados, que estaban de permiso o en otras unidades militares, aparecían en los listados de la Alcaldía de La Jagua de Ibirico y recibiendo los almuerzos que se pagaban y entregaba el contratista capturado. La estrategia corrupta la revelaron en el curso de las audiencias preliminares de imputación de cargos.
“Así mismo, se pudo determinar que a una planilla firmada la dejaban sin fechas y sin firmas, le sacaban fotocopia para ser posteriormente diligenciada con fechas y firmas distintas para hacer parecer que esas personas recibían alimentos en diferentes fechas”, señaló la fiscal del caso durante las audiencias preliminares.

Fiesta con los contratos
Además de inventarse soldados, de falsificar los documentos con los soportes de la entrega de los almuerzos y de simular una supuesta auditoría a los contratos, los investigadores judiciales lograron establecer cómo los almuerzos que se entregaban los utilizaban para eventos especiales y a disposición de los comandantes, incluso en actividades privadas.
En las declaraciones que recaudaron con los investigadores, y que fueron legalizadas por la Fiscalía, se advierte que los coroneles capturados, mientras estaban en las unidades militares, ordenaban la entrega de los alimentos a particulares y no a los soldados, que justamente era el objeto de los contratos. Tenía, según los testimonios, su propia casa de eventos, con los recursos del municipio.

“Se pudo establecer en las entrevistas realizadas a los miembros del Ejército, que estos almuerzos eran brindados a capricho de los comandantes del batallón. Se entregaban por parte del contratista a festividades que salían del batallón, como cumpleaños, Día de la Mujer y visitas que hacían oficiales al batallón, no para lo que el contrato fue creado: suministrar almuerzos a los soldados”, explicó la fiscal en las audiencias.
Todos los capturados fueron imputados y, en su contra, la Fiscalía solicitó una medida de aseguramiento, por varios delitos. El ente acusador advirtió que tiene todos los elementos de prueba para lograr una condena en su contra.