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Así fue la caída de José Ignacio Mesa, exsenador de Cambio Radical, que terminó condenado por nexos con paramilitares

La Sala de Primera Instancia de la Corte Suprema de Justicia condenó a Mesa Betancur por el delito de concierto para delinquir agravado, teniendo en cuenta que estuvo dirigido a promover grupos al margen de la ley.

14 de mayo de 2025, 12:44 a. m.
El exsenador José Ignacio Mesa Betancur.
El exsenador José Ignacio Mesa Betancur. | Foto: El exsenador José Ignacio Mesa Betancur.

La Corte Suprema de Justicia condenó a más de 6 años de prisión al exsenador de Cambio Radical, José Ignacio Mesa Betancur, por los nexos que tuvo con grupos paramilitares para fortalecer sus aspiraciones a los cargos de elección popular en los que participó.

Desde la Sala de Primera Instancia de ese alto tribunal, confirmaron: “Condenó al exsenador José Ignacio Mesa Betancur por el delito de concierto para delinquir agravado (por estar dirigido a promover grupos al margen de la ley)”.

La pena fueron 76 meses de prisión, más de 6 años, y una multa de tres mil salarios mínimos, así como la inhabilitación para ejercer cargos públicos por el mismo tiempo de la pena que deberá pagar en la cárcel.

“De acuerdo con la investigación, Mesa Betancur se adhirió a la organización al margen de la ley conocida como Autodefensas Unidas de Colombia, particularmente con la estructura denominada Oficina de Envigado, a través de su cabecilla Daniel Alberto Mejía Ángel alias Danielito y Gustavo Upegui, con el fin de lograr apoyo económico y electoral para sus candidaturas a la Alcaldía de Envigado y al Senado de la República”, detallaron desde la Corte.

La Corte Suprema detalló que el exsenador se vinculó con la Oficina de Envigado para lograr sus objetivos políticos y electorales.

Lo cierto es que el exlegislador de Cambio Radical deberá pagar su condena en prisión, después de que la Corte le dijo “no” a la solicitud que hizo para que le suspendieran la ejecución de la pena privado de la libertad o se le sustituyera la medida por prisión domiciliaria.

La Sala de Primera Instancia también detalló: “Quedó acreditado que, con la finalidad de asegurar su designio electoral, el excongresista puso al servicio de la organización ilegal el andamiaje de sus funciones como servidor público para promover los intereses de esta y cohonestar el proyecto de expansión que abanderaba la organización ilegal, el cual consistía en permear las instancias del Estado”.

La desaparición de Irma Franco se dio tras la toma y la retoma del Palacio de Justicia, en Bogotá, en 1985. De acuerdo con José Dorado, su cuerpo fue sepultado en instalaciones del Ejército Nacional.
Corte Suprema de Justicia. | Foto: Colprensa

La justicia también halló pruebas que entre los años 1994 y 2006, se habría dado la concertación para apoyar las aspiraciones políticas de Mesa Betancur, en medio del dominio paramilitar que en ese entonces había en Medellín y en el Valle de Aburra, lo que influyó que los candidatos que aspiraban a ocupar cargos de elección popular lo hicieran con el beneplácito de la Oficina de Envigado, según la Corte.

“Siendo un dirigente político en el departamento de Antioquia, no reparó en aliarse con grupos armados ilegales y traicionar el deber que como servidor público tenía frente a efectivizar y dar cumplimiento a los fines esenciales del Estado, dentro de los que se encontraba asegurar la convivencia pacífica y la vigencia de un orden justo”, dice la sentencia.