Nación
Así fue la cacería contra alias Nino, el criminal del Clan del Golfo que pretendía atentar contra el presidente Petro
Santander Franco Jiménez, alias Nino, comandaba la guerra territorial en el Pacífico y los enfrentamientos contra el ELN.

De nada sirvieron los rezos, amarres y conjuros que hacía con su brujo de confianza para evitar que le cayeran encima las autoridades. Tampoco su brazo militar personal, compuesto por más de 300 hombres; ni su anillo de seguridad, de 12 comandos, que siempre estaba a su lado como una sombra.

Alias Nino, quien entre sus planes tenía matar al presidente Gustavo Petro y tomarse el Pacífico a sangre y fuego con las banderas del Clan del Golfo, cayó en medio de una robusta operación de Policía Nacional, apoyada por el Comando Conjunto de Operaciones Especiales (CCOES).
SEMANA conoció en detalle la operación en la que fue abatido este criminal; se trató de un meticuloso trabajo de seguimiento por hombres de inteligencia de la Policía que lograron desnudar todo el componente armado de Santander Franco Jiménez, alias Nino, quien comandaba la guerra territorial en el Pacífico y los enfrentamientos contra el ELN.
La cacería no era fácil, pues alias Nino era un curtido criminal que venía delinquiendo desde hace 25 años. Primero estuvo en las filas de los paramilitares al servicio del bloque bananero, en medio de la guerra que se libró en el Magdalena Medio. Luego de la desmovilización, siguió en armas, dedicado al tráfico de drogas y bajo el mando el otrora poderoso y hoy detenido en Estados Unidos, Dairo Antonio Úsuga, alias Otoniel.
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El operativo fue construido sigilosamente durante meses, al punto que en septiembre de 2024, hubo una cumbre, en la conflictiva zona del Nudo del Paramillo, en la que participaron las principales cabezas del Clan del Golfo. Estuvieron presentes los herederos de Otoniel, el principal, Jovanis de Jesús Ávila, alias Chiquito Malo; alias Gonzalito, alias Rodrigo, alias Julián y el cura. En la mesa principal también estaba alias Nino.
En ese encuentro le dieron la orden de liderar la ofensiva contra el ELN en el Chocó, y por esa vía tomarse el Pacífico, dejando libres las rutas para que el Clan del Golfo pudiera sacar la droga a sus anchas por esta región. También le ordenaron tomarse el corredor que une los departamentos de Cauca y Valle del Cauca.

Un informe de las autoridades, en poder de SEMANA, detalla que alias Nino era el “encargado de fortalecer el sistema de drogas ilícitas, extorsiones, minería ilegal y el control territorial para el GAO Clan del Golfo, controlando rutas de narcotráfico, especialmente por el Pacífico colombiano, donde coordinaba el envío de estupefacientes hacia Centroamérica”. Solo en narcotráfico y extorsiones, aportaba 5.000 millones de pesos para el Clan.
Al respecto, el director de la Policía, general Carlos Triana, afirmó: “Este contundente resultado operativo, liderado por la Policía Nacional y el Comando Conjunto de Operaciones Especiales de las Fuerzas Militares, permitió frenar el plan expansionista del Clan del Golfo hacia el Pacífico colombiano, misión que alias Nino venía ejecutando, desde el cañón Garrapatas, por orden expresa de Chiquito Malo, para lo cual buscaba controlar todos los eslabones de la cadena del narcotráfico, desde el cultivo, la producción y la comercialización de la droga”.
En el documento se explica por qué alias Nino era un objetivo de alto valor. “Considerado principal dinamizador de las confrontaciones armadas contra el Frente de Guerra Occidental del ELN en el departamento de Chocó, asimismo, responsable de gran parte de los hechos de desplazamiento forzado, extorsión y homicidio en dicho departamento”, se lee en el informe.
Acatando las órdenes, alias Nino se empezó a mover con su ejército criminal durante semanas por los serpenteados ríos de la región Pacífica, rumbo al Valle del Cauca, hasta que instaló su cuartel de operaciones en los alrededores del Dovio. En la zona ubicó tres campamentos.
Haciendo gala de su poderío, empezó a anunciar entre los pobladores su intención de apoderarse de la zona. Y lo hizo con sus hombres, armados hasta los dientes, que salieron a patrullar para que el mensaje se entendiera de forma clara. Ahí comenzaron las extorsiones y, con fusiles en mano, llegaron casa por casa haciendo advertencias con la finalidad que se conociera que a la zona había llegado a mandar el Clan del Golfo, comandado por Villanueva. Según información de inteligencia, este fue el alias que empezó a usar.
Este es el audio con la amenaza en contra del presidente Gustavo Petro y a nombre del Clan del Golfo. Alias Nino, abatido en la operación Agamenón, era el encargado del plan criminal. https://t.co/if1kX8q65f pic.twitter.com/ukun6tdI54
— Revista Semana (@RevistaSemana) March 17, 2025
Alias Nino no era una lavaperros, como se les conoce a los narcos de menor nivel. Todo lo contrario, en audios obtenidos por inteligencia, que reveló SEMANA, se le escucha hablar incluso de sus intenciones de atentar contra el presidente Gustavo Petro.
“Pa ver si nos bajamos a ese hijueputa con un franco (francotirador) (…). Ese hijueputa lo bajamos con un franco, eso le ponemos un dron con bandera y ese hp lo liquidamos...”, fue la revelación que hizo SEMANA.
Pero hay más conversaciones de este tipo. Por ejemplo, en agosto 14 del año pasado, hacen referencia a la visita de funcionarios del alto gobierno y la posible llegada del presidente Petro.
Un hombre identificado con los alias de Tigre o Negro le reporta a alias Nino: “Esos puros sijinosos se quedaron en diferentes hoteles de Bajirá, eso es para la venida del presidente creo que mañana”, “¿Para la venida de Petro?”, “¿Okey entonces él va a llegar por ahí por los lados de Bajirá?”, “Los de los pecho de lata (helicóptero) ayer y lo de las camionetas 3 a las 10 de la mañana ahí en Bajirá”, “Que eso en Bajirá está lleno de ley porque el presidente llega creo que es mañana o pasado mañana, en uno de los dos él va llegar por ahí”.
El perfil que construyeron de este criminal lo pinta como un hombre de guerra y de monte pero, sobre todo, de plomo y plata, al mejor estilo de Pablo Escobar.
A quien se atreviera a llevarle la contraria, o si sospechaba de alguien, la orden era clara: matarlo y desaparecerlo. Incluso en los últimos meses mandó a asesinar a dos de sus lugartenientes más cercanos, porque temía ser traicionado.
Las dos caras de alias Nino lo ubican, primero, como un narco hombre de guerra; pero al infiltrarse entre la población, mostraba sus lujos, ropa de marca, pesadas cadenas de oro con piedras preciosas y dos elementos que nunca le faltaban: en el cinto cargaba una pistola Five-Seven, conocida como la mata policías. El segundo era un bolso del que no se despegaba y, según informaron, lo mantenía repleto de dinero en efectivo con cifras que alcanzaban hasta los 1.500 millones de pesos.
Como la orden era mantenerse como un bastión en la región, hacía llevar mujeres desde diferentes lugares del país hasta sus cuarteles, a las que les pagaba gruesas sumas de dinero por su compañía; recibían hasta 50 millones de pesos por asistir a las selváticas bacanales.
Aunque, al igual que Otoniel, era un hombre de guerrera en el monte, alias Nino —y eso facilitó la infiltración y los seguimientos— era vanidoso. A sus improvisadas bases también llegaban mujeres esteticistas para cuidarle la piel, el pelo y estaba en tratamientos para controlar su peso.
Los comandos de inteligencia de la Policía duraron meses conociendo sus rutinas, sus movimientos y a los de su grupo criminal, así entregaron la información precisa a los comandos especiales sobre su ubicación y apoyo armado. El plan estaba listo para ser ejecutado. Fue así como el sábado 15 de marzo, los comandos especiales llegaron hasta el rancho donde se refugiaba.
Alias Nino, al verse sorprendido, reaccionó con disparos junto a su hombre de confianza. Murieron los dos bajo la ley de crimen.