Narcotráfico

Al río Cauca lo quieren inundar de droga; narcos están utilizando este afluente para sacar cocaína en semisumergibles

El Cauca, principal afluente del departamento del mismo nombre, es utilizado por estructuras criminales para mover toneladas de cocaína y marihuana mediante semisumergibles hasta el centro del país.

Redacción Semana
7 de diciembre de 2024
   Las embarcaciones son modificadas para el traslado de los alucinógenos. Las autoridades de Cali quieren contrarrestar esta práctica con una lancha rápida.
Las embarcaciones son modificadas para el traslado de los alucinógenos. Las autoridades de Cali quieren contrarrestar esta práctica con una lancha rápida. | Foto: ARMADA NACIONAL

El río Cauca, uno de los principales afluentes de Colombia, se ha convertido en una vía estratégica para el transporte de grandes cantidades de cocaína y marihuana producidas en el departamento del mismo nombre. Estas sustancias ilícitas, controladas por disidencias de las Farc y otros grupos armados ilegales, son trasladadas al centro del país para su distribución en las redes de microtráfico que operan en las principales ciudades.

De acuerdo con investigaciones de las autoridades, estas organizaciones criminales han modificado embarcaciones pequeñas, incluso desarrollando semisumergibles, para evitar ser detectadas por las fuerzas de seguridad. Además, la limitada presencia institucional en esta región facilita el uso del río Cauca como un corredor para actividades ilícitas.

Lo que se mueve por este río, según las autoridades, va desde cargamentos de cocaína, marihuana tipo creepy, hasta armamento y otros elementos bélicos para llevar a cabo atentados terroristas. Principalmente, la droga es embarcada en Suárez, Cauca, y va hasta Risaralda. En respuesta a este problema, la Alcaldía de Cali dotó a la Policía Metropolitana con una lancha rápida, denominada La Sultana.

Frenar el tráfico de sustancias ilícitas desde el Cauca es una prioridad. | Foto: Alcaldía de Cali

Esta embarcación cuenta con tecnología avanzada, como un sistema de sonda para detectar objetos sumergidos de gran tamaño, GPS, luces estroboscópicas, un reflector de gran potencia y comunicación directa con las patrullas terrestres y otras embarcaciones.

“Con esta embarcación realizaremos patrullajes en el río Cauca, junto con la Policía Metropolitana, protegiendo tanto a los caleños como a nuestros recursos naturales. Este río, históricamente, ha sido una autopista del delito, de tráfico de drogas, armas e inclusive de reclutamiento. Era una promesa que había hecho a los caleños y hoy la cumplimos”, dijo en su momento el alcalde de Cali, Alejandro Eder.

De igual manera, el coronel Carlos Oviedo Lamprea, comandante de la Policía Metropolitana de Cali, señaló: “El río Cauca también es una prioridad por lo que representa. Por eso, la Alcaldía adquirió esta lancha con capacidades importantes que nos permitirán tener una presencia institucional y control en este afluente”.

El oficial destacó que el patrullaje no solo se limitará a Cali, sino que podría extenderse a municipios vecinos del Valle del Cauca si la situación lo requiere. Además, se realizarán actividades preventivas y operativas para desarticular las redes que utilizan el río Cauca para el tráfico de estupefacientes.

Entrega de la lancha La Sultana para la nueva patrulla fluvial que cuidará el río Cauca.
Lancha rápida La Sultana usada por la patrulla fluvial que cuida el río Cauca. | Foto: José Luis Guzmán

“Frenar el tráfico de sustancias ilícitas desde el Cauca es una prioridad. Sabemos que este río puede ser un corredor de movilidad para estas sustancias. También estamos coordinando acciones en tierra con patrullas motorizadas y la Secretaría de Movilidad para contrarrestar otros delitos relacionados, como los homicidios”, agregó el coronel Oviedo.

Con estas medidas, las autoridades pretenden detener el creciente uso del río Cauca como vía para actividades delictivas, fortaleciendo la seguridad en la región y cerrando una ruta clave del narcotráfico que amenaza la estabilidad de las comunidades del suroccidente colombiano.

De igual manera, se busca cerrar la brecha del comercio ilícito que han abierto estas estructuras, que utilizan dichos recursos para aumentar su poderío criminal en poblaciones como Jamundí, donde en el reciente año han ejecutado 54 atentados terroristas. El mercado local de cocaína y marihuana ha tomado fuerza ante el desplome internacional de estos alucinógenos.

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