Abogado que ofreció un soborno de 13 mil millones de pesos para desviar investigación por corrupción en la UNGRD llegó a un preacuerdo con la Fiscalía

Para el próximo 28 de abril quedó reprogramada la audiencia en la cual se formalizará el preacuerdo firmado entre la Fiscalía General y el abogado Édgar Eduardo Riveros Rey, uno de los protagonistas secundarios en el escándalo de corrupción en la Unidad Nacional para la Gestión del Riesgo de Desastres (UNGRD).

El jurista, quien se encuentra privado de su libertad en la cárcel La Modelo de Bogotá desde septiembre pasado, aceptó su responsabilidad en los delitos de fraude procesal y soborno en actuación penal.

Riveros le ofreció la suma de 13 mil millones de pesos al abogado Luis Gustavo Moreno, con el fin de evitar que el exsubdirector de la UNGRD Sneyder Pinilla siguiera entregando nombres en el proceso de colaboración que estaba adelantando con la Fiscalía General.

El soborno tenía como finalidad evitar que se mencionara a Luis Carlos Barreto Gantiva, un funcionario activo de la UNGRD, quien aparecía mencionado en la matriz de colaboración que envió Sneyder Pinilla para formalizar su intención de colaborar con las autoridades.

SEMANA reveló recientemente que Barreto Gantiva firmó un principio de oportunidad y un preacuerdo con la Fiscalía General. En las negociaciones se comprometió a entregar información sobre otros hechos que habrían rodeado el desfalco a la UNGRD mediante el desvío de contratos.

Entre ellos, César Manrique Soacha, exdirector del Departamento de Función Pública, y quien habría sido pieza clave en este entramado para desviar millonarios contratos de obra pública. Todo esto a cambio de una comisión.

El insólito aplazamiento

Pese a que todo estaba listo para que este miércoles se presentara el preacuerdo entre la Fiscalía y el abogado Édgar Riveros Rey, la diligencia se tuvo que aplazar debido a un inusual hecho.

Según explicó la jueza de conocimiento, existieron fallas en la comunicación con la cárcel La Modelo para realizar la notificación al procesado para que fuera traslado a una sala y se conectara de manera virtual.

Igualmente, el defensor del procesado tampoco se conectó y, “después de múltiples” llamadas, fue imposible contactarlo en los teléfonos celulares que aparecen registrados en el proceso.

En la diligencia se puso de presente la participación de un representante del “agente encubierto”, que en este caso no es otro que el abogado Luis Gustavo Moreno, quien fue el encargado de avisarles a las autoridades y grabar los encuentros con Édgar Riveros.