Alcalde de Soacha: “A la ministra de Educación no le duele lo que está pasando con los niños"

El asesinato de tres jóvenes de 20, 23 y 25 años que estaban presuntamente relacionados con actividades de microtráfico en uno de los sectores más vulnerables de Soacha puso en evidencia un problema que por años se ha dado en este municipio de Cundinamarca, vecino de Bogotá: que la falta de acceso a la educación y, sobre todo, el hambre, dispara actividades ilegales que ponen en riesgo la vida de los jóvenes.

En diálogo con SEMANA, el alcalde de Soacha, Juan Carlos Saldarriaga, dijo que de acuerdo a la información que ha recibido de las autoridades, estos tres asesinatos están vinculados a control del territorio por parte de bandas vinculadas con tráfico de drogas en el sector: “Hace ocho días desmantelamos tres bandas dedicadas al microtráfico, hubo 21 capturas y, al parecer, por ganarse el espacio que dejaron esas tres bandas, terminó ocurriendo el asesinato de estos tres jóvenes”, explicó el alcalde. “En la madrugada de hoy se realizaron operativos y allanamientos en el sector, donde se capturaron 10 personas y se encontraron dos armas de fuego. Está por determinarse si esas capturas tuvieron algo que ver con los homicidios”.

Sin embargo, según el alcalde, está problemática tiene profundas raíces sociales. El barrio Bella Vista, donde ocurrieron los homicidios, es uno de los más vulnerables de Soacha: las calles están despavimentadas, falta el acceso al acueducto y al alcantarillado, hay colegios en condiciones muy precarias y, sobre todo, existe un problema de hambre entre los jóvenes que se ha acentuado durante la pandemia. Ahí es donde actúan las bandas ilegales: “Los muchachos ante el tema del hambre, la falta de educación y ante la falta de comida, ven en las actividades ilegales una gran oportunidad de poder sobrellevar la vida”.

¿Discriminación en recursos de educación y del PAE?

Para el alcalde, la falta de recursos para invertir en educación y en alimentación es la raíz más evidente del problema del microtráfico en Soacha. Y, en ese sentido, hace un llamado al gobierno nacional: “La educación es una obligación del gobierno nacional. Lo que genera curiosidad es que mientras la nación le gira al país 3′000.000 para educar a cada niño, niña o adolescente, a Soacha le giran en promedio 1′700.000″, dice el alcalde. “Eso es ampliamente discriminatorio y por eso tenemos niños desescolarizados y colegios a punto de caerse, porque no nos estamos mandando el recurso que se requiere”.

Sin embargo, el alcalde indica que hay un punto tan crítico como el de la educación: en cuanto al Programa de Alimentación Escolar (PAE) que garantiza la alimentación para niños escolarizados, Soacha recibe la comida para 30.000 niños, cuando reporta casi 100.000 niños en las instituciones oficiales y en las que contrata con el sector privado: “Tenemos que llegar a que se dé una igualdad para los niños de Soacha. Hay casos de hermanos que comparten el desayuno porque el más pequeño no es capaz de ver al mayor sin comida”, dice el alcalde. “Y lo más triste es tener una ministra de Educación a la que no le duele lo que pasa con los niños que se están educando en Soacha”.

De acuerdo con el alcalde, el gobierno conoce la situación, pero el diálogo con la ministra ha sido “absolutamente complejo”.

“Yo quisiera tomarle una foto a un niño de Bogotá, a un niño del Chocó y uno de Soacha. Y que me diga cuál es la diferencia entre ellos para que la educación no se les pueda dar en igualdad de condiciones”, dice el alcalde. “Yo no pido más policía, yo pido oportunidades para que nuestros niños no se vayan a delinquir. Si no les damos oportunidades, los vamos a perder. Y esas oportunidades que tenemos que ofrecerles son de educación, de comida y de igualdad. No podemos dejar que se sientan discriminados”.