RESEÑA

Nada que demostrar: 'YHLQMDLG', de Bad Bunny

Mientras que 'X 100pre' (2018), su primer disco de estudio, es un trabajo unitario, casi todo de trap, con un tono melancólico en casi todas las pistas, con una timidez propia de un debut y con algunas incursiones tentativas en otros géneros, el nuevo disco es una joya de la desvergüenza, el exceso y el virtuosismo.

Simón Ganitsky
16 de marzo de 2020
'YHLQMDLG' (2020), Bad Bunny. Rimas Music.

El segundo disco de estudio en solitario de Bad Bunny se llama YHLQMDLG (siglas de “Yo hago lo que me da la gana”) y puede entenderse como una puesta en práctica de esa declaración. Es una demostración de todo lo que puede ser y hacer alguien plenamente consciente de que ya no tiene nada que demostrar. YHLQMDLG es un álbum para bailar (en América Latina ya se están organizando fiestas en las que únicamente suena el nuevo disco de Bad Bunny) y también un collage de propuestas musicales complejas.

Ha sido el álbum más esperado del año. Una semana después de su lanzamiento, superó la marca de los cuatrocientos millones de reproducciones en Spotify y se ha convertido en el disco enteramente en español en ocupar el mejor puesto (el segundo lugar, con 179,000 copias) en la historia de la lista Billboard 200. Febrero se les hizo largo a los fanáticos de Benito Antonio Martínez Ocasio, que anunció que su nuevo disco saldría ese mes, pero no dio la fecha exacta hasta un día antes del estreno. La especulación, la impaciencia, la ansiedad y la anticipación hicieron que el 29 de febrero ocurriera, para sus millones de aficionados, un acontecimiento decisivo, pues de repente nos encontramos ante uno de los mejores álbumes de la historia del reguetón y del trap latino.

Mientras que X 100pre (2018), su primer disco de estudio, es un trabajo unitario, casi todo de trap, con un tono melancólico en casi todas las pistas, con una timidez propia de un debut y con algunas incursiones tentativas en otros géneros —en particular el reguetón—, el nuevo disco es una joya de la desvergüenza, el exceso y el virtuosismo. La mayoría de sus veinte pistas se agrupan en dos partes principales: la primera es puro perreo y reguetón. La segunda, puro trap latino.

Antes de sus dos secciones centrales, hay en YHLQMDLG una introducción que augura lo que viene en el resto de las canciones. “La difícil” es un éxito instantáneo del perreo, con estribillos y coplas brillantes, mientras que “Pero ya no” señala algunos de los beats de trap que aparecerán al final del disco. 

Sobresale, tanto en la introducción como en el contexto general del disco, la primera canción, “Si veo a tu mamá”, que no es reguetón ni trap. La melodía del beat ha llevado a algunos medios (como Vulture, Pitchfork y Genius) a decir que está inspirada en “La chica de Ipanema” de Antonio Carlos Jobim. Sin embargo, una escucha que mantenga la atención más allá de los dos primeros compases descubrirá que el beat tiene más que ver con las baladas y los boleros románticos de los cincuenta y sesenta por su progresión armónica, así como por la melodía de la voz. Elikai, el productor de la pieza, le confirmó a ARCADIA  que “Si veo a tu mamá” no está inspirada de ninguna manera en “La chica de Ipanema”, sino en algunas notas de “Si tu novio te deja sola”, la colaboración de Bad Bunny y J Balvin de 2017.

El video de “Si veo a tu mamá”, la canción que no se parece a ninguna otra, la convierte también en el marco de las demás. En él se ve a un hombre joven a punto de ahorcarse en una fiesta de año nuevo en el 2000. Nadie lo ve salvo un niño que le pregunta qué le pasa y, cuando el hombre le cuenta las causas de su desesperación, le sugiere que haga lo mismo que él cuando está triste: oír a Bad Bunny, con lo que lo disuade del suicidio. Es interesante que la canción que se presenta como una cura de la tristeza es sobre el desamor y el desencuentro, como muchas de las canciones que siguen, lo que se relaciona con el carácter a la vez luctuoso y gozoso de la voz y de toda la obra de Bad Bunny. En YHLQMDLG hay muchos estribillos que invitan al baile y a la alegría, pero la voz de Bad Bunny, que los entona, suena como lamento.

La primera parte del disco, dedicada al reguetón, vuelve a los orígenes del género para afirmar su actualidad. El tema de la nostalgia, que se expresa en las referencias infantiles del arte del álbum, se revela en las canciones de esta parte como una nostalgia por el perreo viejo. Puede leerse como una reivindicación de los rasgos originales del reguetón, los que lo hicieron popular en Puerto Rico y en toda América Latina en la primera década del milenio. Como dice Juliana Rodríguez Pabón, mientras que en los últimos años el reguetón se ha vuelto popular en todo el mundo con el trabajo de artistas como J Balvin —que presentan una versión, si se quiere, estilizada y más digerible del perreo—, Bad Bunny incluye en uno de los álbumes pop más esperados de los últimos años el perreo “sucio”, estigmatizado durante mucho tiempo, que sonaba en la escena underground de la isla a finales de los noventa y principios de los 2000.

Las colaboraciones con Ñengo Flow, Jowell & Randy y el gato Yaviah muestran la intención de volver a poner en la escena principal a figuras de los primeros años del reguetón que han sido relegadas. En X 100pre solo hay dos canciones con colaboraciones, mientras que YHLQMDLG tiene once. En ellas, Bad Bunny deja que su propia voz se transforme con la voz del artista invitado, a la vez que modifica, con su timbre y con su prosodia particulares, la voz de su colaborador. 

Merece una mención especial el tema que cierra la parte de perreo del álbum, “Safaera”, producida por DJ Orma, el DJ personal de Bad Bunny. Más que una canción, es una suite del reguetón clásico. Con varios cambios de tempo, con samples de Alexis & Fido y de Missy Elliot, con casi un beat distinto por sistema, y con más de cinco estribillos distintos (“Qué falta de respeto, mami. / ¿Cómo te atreves a venir sin panty”, “Hoy se bebe, hoy se gasta, / hoy se fuma como un rasta, / si Dios lo permite” y “Chocha con bicho, / bicho con nalga” son solo algunos), ha sido definida como una sinfonía del perreo, y recuerda los mixtapes con los que, hace más de veinte años, artistas como DJ Playero se inventaron el reguetón. Aunque lo mismo puede decirse de todo el álbum, “Safaera” podría ser la lista de reproducción de un party de marquesina, una de las fiestas que los adolescentes puertorriqueños hacían en los garajes de sus casas, parties en los que se popularizó el reguetón hace ya más de dos décadas.

También debe hablarse de “Yo perreo sola”, un reguetón en el que Bad Bunny colabora con Génesis Ríos, conocida como Nesi en el mundo del rap boricua. A pesar de que el estribillo que canta Nesi (“Antes tú me pichabas, / ahora yo picheo, / antes tú no querías, / ahora yo no quiero. / Tranqui, yo perreo sola”) define e identifica la canción, esta es la única colaboración del disco en la que no se le da crédito a la invitada. Es llamativo que, en una canción que pretende darles voz a las mujeres en el reguetón, se haya borrado el reconocimiento al trabajo de la mujer que puso la voz. Además, mientras que todos los colaboradores hombres del disco participaron en la escritura de sus estrofas, Nesi ha dicho en entrevistas que su estribillo fue escrito por Bad Bunny, que “solo quería mi voz”. Esto justifica, al menos, poner en cuestión las apreciaciones entusiastas que quieren graduar a Bad Bunny de feminista por sus pronunciamientos y sus letras. Aunque en esta canción en particular hay una mujer cuya voz se oye, en ella la mujer no tiene voz —tal como me lo hizo ver Camila Cadavid Cruz— pues lo que expresa es el imaginario que los hombres —Bad Bunny en este caso— tienen de la libertad de las mujeres. Es decir, es la voz de Bad Bunny la que realmente suena, y la mujer se mantiene al margen del proceso creativo.

Otras canciones del álbum son descripciones de mujeres individuales, como “La difícil”, “La santa” y “Bichiyal”, todas nuevas grandes obras del perreo. Pretenden admirar la libertad de las mujeres y reconocerlas como iguales y como sujetos deseantes, tanto en la pista de baile como en las relaciones amorosas y sexuales. Así las han caracterizado algunas reseñas que se han escrito sobre YHLQMDLG. Este reconocimiento es, en realidad, característico del reguetón desde sus inicios, y no es una sorpresa que, en un disco que homenajea y reivindica la historia del reguetón, se hable así de las mujeres. Lo que decepciona es que Bad Bunny no vaya más allá de ese gesto de reconocimiento, cuando parecería que están dadas todas las condiciones para superar esa conciencia mediada del deseo femenino y pasar a escuchar la voz misma de las mujeres, en vez de tomarla prestada para expresar la representación que se hace de ese deseo un hombre. Como me explicó también Camila Cadavid Cruz, el peligro aquí es que, después de oír estas canciones de Bad Bunny, salgamos con la idea de que hemos entendido algo acerca del deseo femenino, cuando todo lo que nos han mostrado es la versión de este deseo que un hombre ha construido.

Mientras que la parte de reguetón del disco vuelve a los orígenes del perreo, la parte final de YHLQMDLG, dedicada al trap, revisa los orígenes de la carrera de Bad Bunny. Todos sus primeros temas, entre 2016 y 2018, fueron de trap. En X 100pre, dos de las canciones anunciaban un tránsito hacia el reguetón, y los sencillos que publicó entre los dos álbumes fueron de reguetón. En YHLQMDLG se da el movimiento contrario: Bad Bunny va del reguetón al trap, es decir, regresa también al trap. Las colaboraciones con Anuel AA y Myke Towers (“Está cabrón ser yo” y “Puesto pa’ guerial”, respectivamente) son puntos altos del rapeo y de la tiraera (la versión boricua y urbana de la piquería vallenata). “P FKN R” certifica el orgullo puertorriqueño, y su concomitante sentimiento de resistencia y de lucha, que atraviesa todo el álbum, y vuelve a mostrar las habilidades líricas de Arcángel, a la vez que pone a Kendo Kaponi de nuevo en el centro de la tarima. “Hablamos mañana” sorprende con la irrupción de un beat de emocore al final. 

La producción del disco —principalmente a cargo de Súbelo NEO, aunque con la participación otros más de veinte productores, entre los que sobresale Tainy, el eterno productor del reguetón— es impecable y, tanto en “Safaera” como en otros temas, señala que con las formas musicales del reguetón y del trap se pueden expresar ideas. Así, al reivindicar el reguetón de los tiempos de los parties de marquesina, al incluir a Yaviah y a Ñengo Flow en un disco pop, YHLQMDLG no solo ofrece al menos una docena de éxitos para todas nuestras fiestas futuras, sino que expande los límites expresivos del género sin traicionar sus rasgos más disonantes ni polémicos, los que alguna vez fueron interpretados como obstáculos para la masificación del reguetón fuera de América Latina. 

En la última canción del disco, titulada “<3”, Bad Bunny les da las gracias a sus fanáticos, declara que “mis mejores temas aún no han salido” y promete que “en nueve meses vuelvo y saco otro [álbum] / pa’ retirarme tranquilo como Miguel Cotto”, el boxeador puertorriqueño. Millones de personas en el mundo esperamos que lo de los mejores temas y lo del álbum sea cierto, pero lo del retiro, no.

YHLQMDLG
Bad Bunny
Rimas Music
2020