Música

La cantautora maya Sara Curruchich presentó su primer álbum en Guatemala

La joven de 26 años lanzó este sábado en Guatemala su álbum 'Somos', con el que busca consolidarse como una voz de reivindicación por los derechos indígenas. El repertorio incluye un abordaje del problema de la migración irregular desde países de Centroamérica hacia Estados Unidos.

Edgar Calderón | AFP
15 de julio de 2019
Sara Curruchich. Foto: Johan Ordóñez / AFP.

La cantautora maya Sara Curruchich lanzó este sábado en Guatemala su primer álbum, con el que busca consolidarse como una voz de reivindicación por los derechos indígenas y contra la pobreza que impulsa la migración desde ese país centroamericano hacia Estados Unidos.

La joven de 26 años, nacida en condiciones de pobreza en el pueblo indígena maya kaqchikel San Juan Comalapa, al oeste de la capital, alcanzó un reconocimiento internacional tras la presentación de su primer sencillo "Niña", en 2015. 

Tras un tiempo de presentaciones en Europa y Estados Unidos, Curruchich presentó Somos, compuesto por 13 canciones en las que mezcla español y kaqchikel, y acompaña con su guitarra. El repertorio incluye un abordaje del problema de la migración irregular desde países de Centroamérica hacia Estados Unidos, que se ha incrementado desde 2018.

"Es una recopilación de historias personales y colectivas que me han permitido fortalecerme, guiado, y tener un poco más de empatía sobre todo con los sucesos de muchos pueblos y sus luchas", le dijo Curruchich a la AFP en una entrevista previa al lanzamiento, en la Feria Internacional del Libro de Guatemala (Filgua). El álbum, que se gestó en los últimos cuatro años entre Guatemala, Francia y España, contó con la dirección artística del francés Gambeat, bajista del cantante Manu Chao.

Vestida con el traje de su pueblo, Curruchich dice que el nuevo trabajo está impregnado de colectividad y multiculturalidad, de los que surge su lucha. "En la música está este rechazo al racismo, la discriminación, las divisiones y a esa violencia" que se genera por las discrepancias de identidad, agrega la joven de cabello largo y trenzado que se inició en la música con su padre, un músico empírico que falleció cuando era una niña.

Lea también: Los 10 mejores álbumes de junio de 2019

Pobreza y migración

En su primer disco, la cantautora incluye en sus letras el tema de la migración, que ha llevado a miles de guatemaltecos a abandonar el país desde el año pasado. "Lo abordo sobre todo porque desde nuestras comunidades la desigualdad social es muy grande, y los índices de pobreza y desnutrición de niños son muy altos", afirma. 

Datos oficiales indican que el 59% de los 17,7 millones de habitantes del país viven en pobreza, pero ese indicador trepa al 80% en comunidades indígenas, que son el 42% de la población. Además, el 47% de los niños menores de cinco años padecen desnutrición crónica, el índice más alto de Latinoamérica, según la ONU.

"Es indignante y me da mucha tristeza porque la gente se ve obligada, en la necesidad de dejar a su familia, su casa, su manera de vivir, para buscar una vida digna", dice la artista. Pero en ese camino, se lamenta, muchos se someten a un traficante de personas, sin la certeza que llegarán a su destino, donde "son estigmatizados".

Resistir

En Somos, Curruchich incluyó la canción "Resistir", otro de un total de cinco sencillos que dieron reconocimiento, en la que reivindica la lucha por los derechos de las comunidades indígenas. Según dice, es importante resistir en la "lucha para proteger y salvaguardar" los idiomas originarios como parte de la identidad.

Igualmente, busca con sus letras reflejar y reforzar un sentimiento la colectividad. Y hacer sentir a la gente "que estas canciones son una manera de fortalecer, articular, tejer una comunidad mucho más grande, sintiendo esa empatía por las luchas por la defensa de los derechos y de nuestras propias alegrías", dice. Curruchich también ha escrito canciones como un homenaje a miles de indígenas víctimas de masacres durante la guerra civil en la que el país estuvo sumido entre 1960 y 1996, y cuya barbarie sufrió su pueblo.

Le puede interesar: La mirada del diablo: apuntes sobre cine indígena