Estados Unidos
Revelan detalles del ataque más grande de EE. UU. contra Irán: fue una operación secreta y sin precedentes
La operación Martillo de Medianoche fue planeada para destruir efectivamente los objetivos nucleares del país de Oriente Medio.

Estados Unidos (EE. UU.) lanzó un ataque sin precedentes que marcó su contundente participación en la guerra de Oriente Medio. El sábado 21 de junio, el país norteamericano bombardeó tres bases nucleares de Irán, causando “daños y destrucción extremadamente graves”, de acuerdo con las declaraciones del general Dan Caine, el jefe del Estado Mayor Conjunto de EE. UU.
El conflicto en aquella parte del mundo se avivó el pasado 13 de junio, con una serie de ofensivas de Israel sobre el contrincante, con la finalidad de destruir el programa nuclear de Irán. A esto, el presidente Donald Trump había estado instando a Teherán de firmar un acuerdo para que redujera su enriquecimiento de combustible, vital para la creación de misiles.

No obstante, Irán no aceptó en ninguna oportunidad las condiciones de las posibles negociaciones, por lo que la administración de Trump optó por tomar medidas militares, sumándose a los ataques israelíes sobre importantes instalaciones nucleares, en una operación que recibió el nombre de “Martillo de Medianoche”.
En una conferencia de prensa que ofreció este domingo, el general Caine anunció que en el operativo se usaron más de 125 aeronaves de su país, lo que incluye bombarderos B-2, cazas, aviones cisterna de reabastecimiento en vuelo, un submarino con misiles guiados y aviones de inteligencia, vigilancia y reconocimiento.
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“Esta misión demuestra el alcance, la coordinación y la capacidad inigualables del ejército de Estados Unidos”, aseguró el jefe del estado mayor. “Ningún otro ejército del mundo podría haberlo logrado”.

El ejército estadounidense detalló que su país hizo uso de los bombarderos B-2, que son capaces de volar 9.600 kilómetros sin reponer provisiones, diseñados para “penetrar las defensas más sofisticadas del enemigo y amenazar sus objetivos más valiosos y fuertemente defendidos”.
“Este fue el mayor ataque operativo con B-2 en la historia de Estados Unidos y la segunda misión con B-2 más larga jamás realizada”, sentenció Caine. Varios de estos aviones fueron trasladados al Pacífico el sábado en horas de la tarde, mientras que las aeronaves destinadas para cumplir con los objetivos se dirigieron al este, una “operación de engaño conocida solo por un número extremadamente reducido de planificadores y líderes clave”, explicó el general.

“Los cazas iraníes no volaron, y parece que sus sistemas de misiles tierra-aire no nos detectaron. Durante toda la misión, mantuvimos el factor sorpresa”, agregó. Además, dijo que los B-2 dispararon bombas llamadas GBU-57, o “antibúnkeres”, que pesa casi 14.000 toneladas y que puede penetrar hasta 60 metros bajo tierra antes de explotar.
Estas bombas, usadas por primera vez por Estados Unidos, eran perfectas para la operación contra los objetivos iraníes, que eran bases ocultas en búnkeres en montañas del desierto del país.
Junto con las bombas, se dirigió al enclave un submarino que lanzó dos docenas de misiles, diseñados “para volar a altitudes extremadamente bajas y altas velocidades subsónicas y pilotados en una ruta evasiva por varios sistemas de guía adaptados a la misión”, según Caine.