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Mató y decapitó a su padre, grabó el horror y lo publicó en YouTube: el estremecedor caso que sacude a Estados Unidos
El estremecedor caso de Justin Mohn revive el debate sobre extremismo digital, salud mental y crímenes transmitidos en línea.

El juicio contra Justin D. Mohn, de 33 años y residente en LevittownPensilvania, comenzó este 7 de julio de 2025 en un tribunal sin jurado en Doylestown
Mohn es acusado por el brutal asesinato y decapitación de su padre, Michael F. Mohn, de 68 años, ocurrido el 30 de enero de 2024 en el hogar familiar.
La acusación detalla que Justin compró, poco antes, una pistola con la que disparó a su padre y luego utilizó un machete y un cuchillo de cocina para llevar a cabo la decapitación.
El hecho más perturbador se conoció luego. Mohn grabó un video de 14 minutos que subió a YouTube bajo el título “Mohn’s Militia‑Call to Arms for American Patriots”, donde sostuvo la cabeza de su padre, lo identificó y lo describió como un “traidor” al servicio público.
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En esa grabación, emitió mensajes antigubernamentales violentos, instando a militantes a acabar con empleados federales, entre ellos jueces de distrito.
La madre de la víctima, Denice Mohn, proporcionó un testimonio desgarrador durante el inicio del juicio: relató que aquel día regresó a casa al mediodía, se despidió de su esposo y más tarde lo encontró decapitado en el baño, gritando y marcando al 911 antes de que llegaran los servicios de emergencia.
Un vecino también escuchó el caos y testificó que “el cuerpo no tenía cabeza”.
Tras el crimen, Mohn huyó con el automóvil de su padre y fue capturado horas después en Fort Indiantown Gap, sede de la Guardia Nacional de Pensilvania, donde estaba armado con una pistola de 9 mm, fotos de edificios federales y un USB con instrucciones para fabricar explosivos. Su objetivo, según la fiscalía, era reclutar a militares para rebelarse contra el gobierno federal.
Michael F. Mohn había servido 20 años como ingeniero en el Cuerpo de Ingenieros del Ejército de Estados Unidos, un cargo que Justin criticaba duramente, acusándolo de corrupción y traición.
Durante una audiencia previa, un experto en salud mental concluyó que Justin tenía un desorden delirante, pero el juez determinó que estaba en condiciones de ser juzgado.

La fiscal de Distrito del condado de Bucks, Jennifer Schorn, describió el homicidio como un acto “frío, calculado y organizado”, diseñado para intimidar a funcionarios federales. El tribunal, presidido por el juez Stephen A. Corr, advirtió al público sobre las imágenes gráficas antes de presentar el contenido audiovisual al inicio del juicio.
Justin enfrenta cargos por asesinato en primer grado, abuso de cadáver, delitos relacionados con terrorismo y posesión de instrumentos criminales, conductas que podrían llevarlo a cadena perpetua o pena de muerte bajo la ley estatal. La defensa, por su parte, no presentó argumento inicial y aún no ha revelado su estrategia.
Este caso pone en evidencia cómo las plataformas digitales pueden amplificar crímenes violentos y los desafíos legales que surgen cuando se combinan actos de brutalidad con ideologías extremistas.
Según datos judiciales y declaraciones de la Fiscalía, la investigación continúa explorando posibles vínculos entre Mohn y grupos conspiracionistas.