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Investigación revela que el agua potable en Estados Unidos estaría afectando la salud de los bebés, incluso antes de nacer

Investigadores de la Universidad de Columbia hallaron que la exposición prenatal a cierta sustancia del agua potable, está relacionada con alteraciones en el crecimiento fetal y puede aumentar el número de nacimientos prematuros.

Margarita Briceño Delgado

Margarita Briceño Delgado

Periodista en Semana

20 de junio de 2025, 8:00 p. m.
Agua potable / vaso con agua / grifo del agua
Investigación revela que el agua potable en Estados Unidos estaría afectando la salud de los bebes, incluso antes de nacer | Foto: Getty Images

En un nuevo estudio a nivel nacional realizado por la Universidad de Columbia se ha vinculado la exposición de niveles de arsénico en el agua potable, con ciertos efectos adversos en la salud de los recién nacidos, aunque la concentración de este químico sean en niveles muy bajos.

Los investigadores hallaron que las mujeres embarazadas expuestas al arsénico, en niveles considerados seguros por la Agencia de Protección Ambiental (EPA), tienen mayor riesgo de tener bebés con bajo peso al nacer, menor tamaño gestacional y partos prematuros.

El estudio de la Universidad de Columbia

El estudio fue publicado esta semana en Jama Network Open, y en él se analizaron más de 13 mil embarazos en 35 localidades del país, como parte del programa ECHP de los Institutos Nacionales de Salud (NIH).

Aunque el límite de arsénico en el agua potable es de 10 microgramos por litro, los expertos advirtieron que no hay evidencia de que esa mínima cantidad sea segura durante el embarazo.

“Arsenic is a reproductive toxicant,” afirmó Molly Kile (Oregon State University), subrayando que la exposición materna al arsénico se asocia con menor aumento de peso en el embarazo y partos prematuros, lo que indirectamente reduce el peso al nacer.

El arsénico se encuentra de forma natural en fuentes subterráneas de agua, especialmente en regiones como el suroeste de Estados Unidos, Nueva Inglaterra, Minnesota y Wisconsin, pero también puede estar presente en el agua debido a la actividad agrícola industrial.

Ante estos hallazgos, los autores sugieren una revisión urgente de los estándares federales y recomiendan medidas de filtración y de monitoreo más estrictas, con el fin de proteger a las madres embarazadas.

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Aunque el límite de arsénico en el agua potable es de 10 microgramos por litro, los expertos advirtieron que no hay evidencia de que esa mínima cantidad sea segura durante el embarazo. | Foto: Getty Images

Consecuencias para la salud de los recién nacidos

La situación es preocupante, pues el bajo peso al nacer y los nacimientos prematuros son considerados como posibles factores de mortalidad y morbilidad infantil, según lo expresaron los autores del informe en mención.

El profesor Vasilis Vasiliou, presidente de Ciencias de la Salud Ambiental en la Escuela de Salud Pública de Yale, explicó que la toxicidad del arsénico durante el embarazo tiene múltiples consecuencias, incluyendo estrés oxidativo, alteraciones epigenéticas, toxicidad placentaria, desregulación inmunológica e interferencia hormonal.

Estas alteraciones no solo influyen en el momento del nacimiento, sino que también se han asociado con problemas posteriores como retraso en el crecimiento, menor rendimiento cognitivo y mayor susceptibilidad a enfermedades cardiovasculares y metabólicas en la edad adulta.

Bebé / Recién nacido
El bajo peso al nacer y los nacimientos prematuros son considerados como posibles factores de mortalidad y morbilidad infantil,. Getty Images. | Foto: Getty Images

La exposición prenatal al arsénico puede traer consecuencias graves para la salud del bebé. Además del nacimiento prematuro y el bajo peso al nacer, hay factores que aumentan el riesgo de complicaciones neonatales e incluso de enfermedades crónicas a lo largo de la vida.

Dichas alteraciones pueden afectar el desarrollo cerebral, el sistema inmunológico y la capacidad metabólica del niño.

Este estudio revela que el arsénico en el agua potable en Estados Unidos, aunque esté dentro de los límites legales, puede estar afectando la salud de los bebés desde antes de nacer.

Por eso se invita a las comunidades que se encuentran en los lugares de más riesgo y a las mujeres en embarazo, a buscar otras alternativas para poder consumir agua, sin que se afecte su salud ni la del futuro bebé.