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Estocolmo Fashion Week 2025 sacude la industria con un llamado global a la sostenibilidad y la inclusión

Con una mirada crítica sobre el futuro del lujo, Estocolmo Fashion Week 2025 se posiciona como la capital de una moda más consciente, inclusiva y políticamente comprometida.

Darwin Schneider Correa Parra

Pasante de Mundo - Semana.

4 de junio de 2025, 1:07 p. m.
Más allá de la pasarela, la semana contó con paneles y conferencias en torno a temas como inteligencia artificial en la moda, derechos laborales en Asia y el impacto del fast fashion en el sur global.
Una modelo camina por la pasarela en el desfile de Mayz durante el primer día de la Semana de la Moda de Estocolmo en Krafriket el 2 de junio de 2025 en Estocolmo, Suecia. | Foto: Getty Images

Estocolmo se convirtió esta semana en el nuevo epicentro de la conversación global sobre el futuro de la moda. Del 2 al 4 de junio, la capital sueca celebró su edición 2025 de la Fashion Week con un mensaje claro: la industria debe transformarse radicalmente si quiere sobrevivir. Con más de 30 desfiles y una fuerte presencia digital, el evento destacó no solo por sus propuestas estéticas, sino por el peso político y ambiental que cargaron muchas de sus colecciones.

Una de las marcas más aplaudidas fue House of Dagmar, firma fundada por tres hermanas suecas, que presentó una colección completamente neutra en carbono, elaborada con textiles reciclados y teñidos naturales. La directora creativa Karin Söderlind declaró que “el lujo del futuro no puede estar desvinculado de la ética ambiental ni del bienestar humano”. Su propuesta, minimalista y atemporal, fue recibida con entusiasmo por la crítica y el público.

Estocolmo Fashion Week 2025 se transmitió en vivo a través de plataformas digitales y redes sociales, alcanzando una audiencia estimada de 17 millones de personas en 58 países.
Una modelo camina por la pasarela en el espectáculo SEAMS durante el primer día de la Semana de la Moda de Estocolmo en Fallan el 2 de junio de 2025 en Estocolmo, Suecia. | Foto: Getty Images

El evento también sirvió como vitrina para marcas emergentes con propuestas disruptivas. La diseñadora Abeba Araya, de origen eritreo-sueco, presentó una colección basada en el reaprovechamiento textil con bordados que narran historias de migración, conflicto y arraigo. Su desfile, realizado en el Museo de Historia de Estocolmo, se convirtió en uno de los más comentados en redes sociales, generando más de 5 millones de visualizaciones en TikTok en menos de 24 horas.

Una de las decisiones más aplaudidas por los asistentes fue la implementación de un código de sostenibilidad obligatorio para todas las marcas participantes. Cada colección debía cumplir con al menos tres criterios medibles relacionados con reducción de residuos, circularidad o condiciones laborales justas. Esta normativa, pionera en las semanas de la moda, fue desarrollada en conjunto con el Swedish Fashion Council y ha sido considerada un modelo a seguir por otras capitales de moda.

Este nuevo enfoque, donde la estética convive con la responsabilidad social y ambiental, ha sido destacado por medios como Vogue Business, The Guardian y BoF.
Una modelo camina por la pasarela en el desfile de Mayz durante el primer día de la Semana de la Moda de Estocolmo en Krafriket el 2 de junio de 2025 en Estocolmo, Suecia. | Foto: Getty Images

La inclusión también se hizo sentir en las pasarelas. Modelos trans, con discapacidad, de talla grande y mayores de 60 años caminaron junto a rostros tradicionales del modelaje en un claro mensaje de apertura. La marca Selam Fessahaye apostó por una representación radical en su casting, fusionando raíces africanas con la estética urbana nórdica, y recibió una ovación de pie al cierre de su desfile.

Más allá de la pasarela, la semana contó con paneles y conferencias en torno a temas como inteligencia artificial en la moda, derechos laborales en Asia y el impacto del fast fashion en el sur global. Voceros de organizaciones como Fashion Revolution y Greenpeace participaron en los debates, lo que le dio al evento una dimensión política y crítica que pocas semanas de la moda se atreven a explorar.

Estocolmo Fashion Week 2025 se transmitió en vivo a través de plataformas digitales y redes sociales, alcanzando una audiencia estimada de 17 millones de personas en 58 países. El formato híbrido permitió que diseñadores de regiones alejadas también fueran vistos, en un esfuerzo por democratizar el acceso a una industria históricamente elitista.

Este nuevo enfoque, donde la estética convive con la responsabilidad social y ambiental, ha sido destacado por medios como Vogue Business, The Guardian y BoF. Muchos coinciden en que Estocolmo no busca competir con las grandes ligas de París, Milán o Nueva York, sino crear una alternativa más ética y coherente con los desafíos del siglo XXI.

La edición 2025 marca un punto de inflexión para la moda escandinava. Estocolmo ya no es solo una ciudad prolija y sobria en estilo: es ahora la capital de una revolución silenciosa que quiere vestir al mundo con menos ego, más conciencia y mucha más diversidad.