Así es la torre impresa en 3D más alta del planeta: conócela

En lo alto de los Alpes suizos, en el diminuto pueblo de Mulegns, donde apenas residen 11 personas, se alza una estructura que desafía los límites de la arquitectura contemporánea: Tor Alva, la torre impresa en 3D más alta del mundo. Con 30 metros de altura y cinco niveles, esta obra maestra combina innovación tecnológica, diseño computacional y una visión cultural que busca revitalizar una comunidad al borde del olvido.

Inaugurada el 20 de mayo de 2025, Tor Alva, que significa “Torre Blanca” en romanche, es fruto de la colaboración entre el arquitecto Michael Hansmeyer, el profesor Benjamin Dillenburger del grupo Digital Building Technologies de ETH Zúrich y la fundación cultural Nova Fundaziun Origen.

Su construcción no solo representa un hito en la impresión 3D a gran escala, sino también una apuesta por el renacimiento cultural de Mulegns, una localidad históricamente significativa por su ubicación en la ruta del paso Julier.

La torre fue ensamblada sobre un antiguo depósito de carruajes, integrando elementos históricos con una estructura futurista. Su fachada está compuesta por 32 columnas de hormigón blanco, cada una con diseños únicos y ornamentaciones intrincadas, que se estrechan y expanden en diferentes niveles, creando un juego de luces y sombras que cambia con el paso del día.

Estas columnas, impresas en secciones durante aproximadamente 900 horas, fueron luego transportadas y ensambladas en el sitio, utilizando robots que aplicaron capas de concreto sin necesidad de encofrados tradicionales.

En el nivel superior, la torre alberga un teatro en forma de cúpula con capacidad para 32 personas, sostenido por columnas ramificadas que evocan un bosque petrificado. Este espacio está diseñado para albergar presentaciones artísticas y eventos culturales, convirtiéndose en un faro de creatividad y expresión en medio de las montañas.

La elección de Mulegns como ubicación no es casual. La fundación Origen busca, a través de este proyecto, atraer visitantes y artistas, revitalizando la economía local y preservando el patrimonio cultural de la región. La torre, visible desde la carretera del paso Julier, actúa como un símbolo de esperanza y renovación para la comunidad.

Tor Alva no solo destaca por su altura, sino también por su enfoque sostenible y eficiente en el uso de materiales. La impresión 3D permitió una construcción precisa, reduciendo el desperdicio y optimizando los recursos. Además, la estructura está diseñada para soportar las condiciones climáticas extremas de los Alpes, con una membrana protectora desmontable que la resguarda durante el invierno.

Este proyecto marca un precedente en la arquitectura moderna, demostrando cómo la tecnología puede integrarse con la cultura y la historia para crear espacios significativos. Tor Alva es más que una torre, es un testimonio de cómo la innovación puede ser una herramienta poderosa para la transformación social y cultural.