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Trump quiere incentivar un ‘baby boom’ en EE. UU. al pagar bonos de altas tarifas para los recién nacidos, ¿de qué se trata?
Las tasas de natalidad en el país han disminuido con el tiempo, por lo que el presidente pretende incentivar a las mujeres a que tengan más hijos, aunque los expertos refutan su intención y aseguran que los bonos no cumplirán el objetivo.

Entre las prioridades del presidente Donald Trump para su segundo mandato en impulsar a que los estadounidenses tengan más hijos y así aumentar la tasa de natalidad, un problema que ha estado presente ya varios países alrededor del mundo durante los últimos años. Para lograrlo, la Casa Blanca anunció una llamativa medida para motivar a los estadounidenses: ofrece uno “bono para bebés” por un saldo de 5.000 dólares.
La iniciativa responde a las intenciones de la administración estadounidense de volver a los valores “tradicionales”, bajo una mirada “pronatalista” que ha surgido especialmente en el marco de la disminución de nacimientos en el país norteamericano. El objetivo del gobierno es que las mujeres, en particular las de raza blanca, tengan más hijos.

No obstante, algunos expertos han determinado que los bonos para los bebés no resultarán en un “baby boom”. Lo anterior debido a que factores como la atención médica inasequible, el aumento constante de los costos de vida, la inaccesibilidad a guarderías y la falta de leyes y mandatos para la licencia parental -entre otras cosas- provocan que las familias opten por tener pocos hijos o, en muchos casos, a no tener ninguno.
Pese a que en el país norteamericano sí se ha hecho evidente una reducción en la tasa de natalidad, más aún luego de las décadas del baby boom, posteriores a la Segunda Guerra Mundial, las cifras están lejos de ser alarmantes, de acuerdo con algunos expertos en demografía. Actualmente, las tasas de fertilidad en Estados Unidos oscilan alrededor de 1,6 nacimientos por cada mujer.
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Las cifras de los nacimientos en el territorio siguen estando bajo el marco normal de cualquier otro país desarrollado, y donde la sociedad y la economía siguen en progreso.
De hecho, en Estados Unidos, la disminución de recién nacidos puede atribuirse a que las tasas de embarazo adolescente redujeron de manera considerable, y se suma que familias, donde ambos padres trabajan, posponen los planes de expandir el hogar. Sin embargo, los demógrafos siguen considerando que el facto más importante es que las familias no encuentran la manera de poder solventar todas las necesidades que requiere un bebé, por lo que deciden no tener hijos, para no sacrificar un estilo de vida.

“Tuve un bebé hace unos meses, y un pago único de $5,000 no me serviría de mucho si no tuviera, además, una licencia remunerada que me permitiera conservar mi trabajo, un buen seguro médico, apoyo familiar, un cuidado infantil excepcional y el tipo de trabajo que me permite mantener a mi familia y estar presente para recoger a los niños”, expresó Lily Roberts, directora general de crecimiento inclusivo del Centro para el Progreso Americano al medio The Guardian.
“Todas las madres en Estados Unidos se lo merecen, y todos los padres también”, agregó.
En el gran esquema de crianza, 5.000 dólares cubre nada más una pequeña fracción de las necesidades básicas de un bebé. El Departamento de Agricultura, según un informe de MSNBC, estima que a las familias norteamericanas les cuesta al menos 13.000 dólares al año criar a un hijo, teniendo en cuenta que en algunas partes del país, los costos pueden alcanzar hasta los 20.000 dólares.