KENIA
Sigue el horror en Kenia: nuevos hallazgos elevan a 360 los muertos del culto que practicaba el ayuno para reunirse con Jesucristo
Se descubrieron 40 fosas comunes más en el bosque donde tenía lugar la macabra práctica.
Un mes después de que el mundo quedara sumido en el estupor al saber que cientos de personas, entre ellas niños, murieron de hambre inspiradas por un macabro pastor en el país africano, siguen saliendo a la luz más víctimas.
Así lo reportaron este miércoles medios como Sputnik, de Rusia, y Urdu Point News, de Pakistán. El hallazgo de una decena más de cadáveres en el lugar de los hechos aumenta la lista de fallecidos a 360.
En junio, medios locales como el diario Star reportaron 338 muertos, pero las investigaciones desarrolladas desde entonces han hecho que la cifra haya ido creciendo y se espera que lo siga haciendo, pues las autoridades han informado de la existencia de 40 fosas comunes más en el bosque de Shakahola, condado de Kilifi, donde el culto Good News International Church tenía su sede.
Los visos dramáticos de este episodio se agravan si se tiene en cuenta que todavía hay una lista de 613 personas desaparecidas, anomalía que se relaciona directamente con la secta.
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Por su parte, Rhoda Onyancha, comisionada de la región costera, informó que no se han presentado detenciones adicionales a las 37 que se hicieron cuando se destapó la tragedia. De ellos, 11 fueron liberados después.
Así como no dejan de revelarse los estragos que dejó la masacre, se han vuelto comunes las recriminaciones entre las autoridades por no actuar ante una situación cuyos pasos de animal gigante fueron ignorados por años.
En 2017, el líder del culto, Paul Mackenzy, ya había sido arrestado, pero las autoridades pasaron por alto en ese momento los indicios acerca de la existencia de fosas comunes en el bosque.
Así lo denunció el ministro del Interior, Kithure Kindiki, para quien la situación actual se hubiera podido evitar de haberse tomado acciones hace seis años.
Más recientemente, en abril pasado, las alarmas se encendieron cuando un medio local dio a conocer que cuatro miembros del culto habían muerto de hambre, motivados por Mackenzy y su promesa del ayuno como camino para encontrarse con Cristo.
En ese mismo episodio, otros 11 integrantes fueron hospitalizados en graves condiciones de salud, pues también habían dejado de comer hacía largo tiempo, siguiendo las indicaciones de su líder.
Mackenzy, por su parte, fue arrestado, bajo indicios de terrorismo por el asesinato de dos niños del culto. Sin embargo, la fiscalía no interpuso ninguna acusación en su contra.
En mayo fue puesto tras las rejas otra vez, cuando se hicieron los grandes hallazgos de los muertos.
Por todo eso, el ministro Kindiki culpa a las fuerzas de seguridad del Estado, así como a las entidades judiciales.
En este drama, un detalle ha conmovido en particular: la gran cantidad de menores sacrificados por las creencias de Mackenzy.
Según datos entregados por Johansen Oduor, patólogo del Gobierno, de los 338 cuerpos examinados hasta finales de junio, 117 correspondían a menores de edad, en tanto que 201 eran de adultos. Una veintena quedó sin identificar por el grado de descomposición que presentaban.
Otro aspecto espeluznante dado a conocer por las autoridades es que la gran mayoría de los decesos se produjo debido a la prolongada falta de alimentación.
No obstante, hay cadáveres que presentan signos de asfixia y estrangulamiento, lo que para la policía insinúa que el ayuno era impuesto y no había manera de cambiar de opinión al respecto.
La prensa local también ha visto como irónico el hecho de que, durante el tiempo que ha estado encarcelado, Mackenzy no ha dejado de alimentarse. Entre tanto, uno de los detenidos con él murió de inanición, tras iniciar una huelga de hambre en el presidio.