Reportaje
SEMANA viajó a Guyana: así se siente la sombra del dictador Nicolás Maduro en medio de la crucial campaña presidencial
SEMANA viajó a este país en plena efervescencia política, a pocas semanas de unos comicios presidenciales cruciales, bajo la amenaza del dictador venezolano y con el foco del Gobierno de Trump sobre la región.


Guyana es un país pequeño y relativamente desconocido. Enclavado entre Venezuela, Brasil y Surinam, alberga una de las grandes riquezas del planeta. Se trata de uno de los territorios con la mayor producción de petróleo per cápita del mundo. Su vecino, Nicolás Maduro, lo tiene en capilla desde hace años y ha intentado arrebatarle el Esequibo, que representa unos dos tercios del país y alberga esos recursos naturales.
La sombra del dictador se siente en medio de la crucial campaña presidencial que tendrá lugar en septiembre y en la que se juega mucho para América Latina. SEMANA aterrizó allí y esto fue lo que encontró. El sacudón geopolítico que ha despertado la codicia del régimen autoritario de Maduro es evidente.
En Georgetown, capital de Guyana, las vallas publicitarias con el rostro del presidente junto a personas del común son acompañadas de banderas de color negro, rojo y amarillo, las tonalidades que representan el partido del actual mandatario, el People’s Progressive Party (PPP), mientras que en otros sectores de la ciudad las pancartas de otros candidatos pintan las calles de esperanza en medio de la expectativa.

El próximo primero de septiembre es la fecha definitiva. Ese día, el presidente en funciones, Irfaan Ali, intentará consolidar su liderazgo al postularse para la reelección, enfrentándose a dos férreos rivales que desafían abiertamente su gestión. Ambos contrincantes competirán por el control de lo que muchos describen como “la joya de la corona” o el “nuevo vecino millonario” de la región, un título que subraya el auge vertiginoso del país en el panorama internacional.
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La preocupación es constante, sobre todo dentro de Guyana, donde se habla de que Maduro estaría usando todos los medios para desestabilizar al país, de cara a una posible reelección de Ali. Él mismo, en una entrevista exclusiva con SEMANA, confirmó las fuertes sospechas de una injerencia del dictador venezolano en los votantes.
“Hemos visto esto en muchas partes del mundo, donde hay interferencia externa en las elecciones, especialmente en el ámbito social, las redes sociales, la mensajería, etcétera. También hemos visto comentarios de congresistas advirtiendo sobre dicha interferencia, sobre los vínculos entre candidatos y Venezuela”, advirtió el mandatario guyanés.
El presidente Ali afirmó que ha recibido información directa de congresistas estadounidenses, quienes aseguran que podría haber una interferencia del régimen de Maduro mediante uno de los candidatos a la presidencia. “Sí, tenemos información directa que apunta en esa dirección”, señaló.
“Seguiremos monitoreando. Estamos analizando estos temas para asegurarnos de estar preparados para afrontar cualquier interferencia o amenaza de este tipo”, agregó.

Ali se enfrentará a Aubrey Norton, un peso pesado de la oposición, líder y presidente del Partido Nacional del Pueblo Reformado (PNCR), especializado en relaciones internacionales y el servicio diplomático. Su estandarte es la denuncia contra la corrupción y la crítica al Gobierno actual por, supuestamente, desenfocar sus esfuerzos en beneficios sociales, subsidios y equidad en el gasto público.
“Es crucial, porque si durante cinco años más los recursos del petróleo y el gas no llegan a la población de Guyana, tendremos, por un lado, extrema riqueza y, por otro, extrema pobreza. Y Guyana no puede permitirse eso en este momento”, le dijo a SEMANA el candidato opositor.
Por el otro lado, se encuentra el candidato más controversial de las elecciones, Azruddin Mohamed, un empresario sancionado por Estados Unidos por una supuesta evasión fiscal y contrabando de oro, que incluso enfrenta cargos en Guyana. Mohamed ha atraído a un número de votantes jóvenes y los ha incluido en sus eventos de campaña, después de ser criticado por su falta de objetivos claros en un posible mandato.
La codicia de Maduro
Desde que se descubrió la enorme reserva petrolera de Guyana, en 2015, Maduro ha llevado a cabo una escalada política, legal y simbólica para intentar asumir el control del territorio. Ese mismo año, emitió un decreto para extender las fronteras marítimas de su país, incluyendo aguas en disputa.
Después, creó una nueva zona de defensa territorial que elevó la tensión diplomática, obligando incluso a que Estados Unidos, un país aliado de Guyana, mostrara su respaldo irrestricto al Gobierno de Ali y al país suramericano.
“Sería un día muy malo para el régimen venezolano si atacaran a Guyana, a ExxonMobil o algo similar... Sería un día muy malo, una semana muy mala para ellos, y no terminaría bien”, dijo el secretario de Estado de Estados Unidos, Marco Rubio, en marzo pasado.

Como si no fuera suficiente, el dictador venezolano organizó un referéndum, rechazado por la comunidad internacional, para reclamar el territorio. Aunque el régimen venezolano proclamó una supuesta victoria “abrumadora”, los datos de la participación fueron ampliamente cuestionados.
Mientras Maduro confirmó una suma de hasta 10 millones de sufragantes, los observadores independientes aseguraron que la afluencia no superó los 3 millones de votos. Por supuesto, el tema del Esequibo es de primer orden en la campaña presidencial.
Para Norton, se trata de un territorio de Guyana y, por eso, promete a sus electores que defenderá por todos los medios al país de un posible ataque venezolano para adquirir el territorio.
“Para nosotros, el laudo arbitral de 1899 resolvió el asunto con Guyana y Venezuela (...), hay que desarrollar nuestra infraestructura diplomática para poder ejercer la diplomacia necesaria y asegurar que Venezuela no se sienta con el derecho ni el interés de cruzar nuestras fronteras, en eso nos centraremos”, dijo Norton.
Maduro sigue de cerca las elecciones de su país vecino. En diferentes ocasiones ha acusado a Guyana de ser una “colonia petrolera” de Estados Unidos y de vender sus recursos a empresas extranjeras, su discurso ha subido de tono varias veces al mencionar la “recuperación” del Esequibo, algo que ha alertado al país norteamericano, que sigue la disputa muy de cerca.
Petróleo: la obsesión
En mayo de 2015, la empresa ExxonMobil, una de las multinacionales de gas y petróleo más importantes del mundo, anunció el descubrimiento de crudo en el pozo Liza-1, ubicado en el bloque Stabroek, justo frente a las costas del país.

Las cifras más recientes indican que Guyana está produciendo aproximadamente 667.000 barriles de petróleo por día, convirtiéndose en el mayor productor de petróleo per cápita del mundo, proyectando una producción promedio de hasta 674.000 barriles de petróleo por día.
Esta llamativa cifra, aunque no supera la reserva probada de Venezuela, que se caracteriza por ser el país con mayor reserva de petróleo del mundo, sí es una joya que quiere aprovechar Maduro con la intención de apoderarse del Esequibo. Una de las formas de expresar su descontento ha sido criticando la alianza de la ExxonMobil con Guyana y asegurando que se trata de un “instrumento del imperialismo” que constituye una provocación directa contra Venezuela, incluyendo a otras empresas extranjeras que tienen alianzas con el Gobierno guyanés para la extracción del crudo.
“Ya tenemos aprobados tres de nuestros principales proyectos, seis en total, con una inversión total de 55.000 millones de dólares en Guyana; tres de ellos están en operación”, dijo el presidente de ExxonMobil en Guyana, Alistair Routledge, a SEMANA.
“Para nosotros es fundamental que la gente de Guyana se beneficie del desarrollo de sus recursos, y esto no solo proviene de los ingresos generados por la venta de petróleo, sino también de nuestra forma de invertir y de asociarnos con las empresas locales”, agregó el alto directivo de la multinacional petrolera.
Guyana, en crecimiento “exponencial”
Locales y extranjeros coinciden en que Guyana “se ve diferente” y se nota el avance exponencial en materia económica e infraestructura. Actualmente, hay 870 vuelos que entran y salen de Guyana, 29 vuelos diarios, entre los que se encuentra la ruta con Bogotá, de Avianca, los domingos en horas de la noche, con regreso los jueves en horas de la madrugada.

Guyana cuenta con dos aeropuertos. Por un lado, está el Internacional Cheddi Jagan, nombrado en memoria de uno de los presidentes más destacados en la historia del país, considerado el padre del movimiento independentista guyanés. A este aeropuerto llegan vuelos desde algunas de las ciudades más importantes del mundo como Miami, Nueva York, Houston, Panamá, Ámsterdam y Toronto, entre otras.
“En Guyana contamos con operadores turísticos con casi 30 años de experiencia y que han dominado el nicho del ecoturismo”, dijo Gerry Gouveia, CEO de Roraima Airways, una de las aerolíneas más importantes del país, que opera principalmente desde Eugene F. Correia International Airport, en Georgetown, el segundo aeropuerto dentro del país que se encarga de vuelos locales.
Gouveia también elogió a los colombianos que han llegado a Guyana a hacer negocios y abrir empresas. “Creo que las empresarias y los empresarios colombianos realmente han hecho de eso una prioridad. Están llegando, invirtiendo en construcción, en logística, en manufactura... También hay algo de inversión en aviación y en turismo”, dijo.
Y es que empresas originarias de Colombia como Vista Advisory & Projects, Kaizen Group Ingeniería S. A. S. y Drominc, entre otras, han llegado al país para innovar en temas de seguridad, consultoría, fabricación y comercialización de materia prima, compactación, industria, bienes raíces y construcción, en un mercado que tiene cada vez más oportunidades para inversores extranjeros.
Demanda alimentaria nacional
En Guyana se encuentra de todo. En un país de un poco más de 800.000 habitantes, el mercado incluye una gran variedad de productos agroalimentarios a nivel nacional que cuentan con una amplia visión regional, incluyendo la seguridad alimentaria.
Pese a que aún existe una alta dependencia de importaciones, se está registrando una disminución sustancial a medida que continúa creciendo la economía en el ámbito nacional. La producción local es creciente, sobre todo en arroz, azúcar, frutas tropicales y yuca.

En las principales calles de Georgetown se encuentran dos grandes mercados municipales al estilo de las plazas de mercado en Colombia. Allí buscan ofrecer una amplia variedad de productos del campo, incluyendo la pesca del día y hasta productos de aseo.
Las oportunidades siguen creciendo para los migrantes de diferentes países que quieren entrar al país para trabajar la tierra fértil con bajos costos de producción, particularmente los ciudadanos de Venezuela y Cuba, que recientemente han viajado a Guyana para buscar una mejor calidad de vida.
David Álvarez, un venezolano que se encontraba arreglando pescados para la venta en la popular plaza de mercado Bourda, aseguró que la economía local ha crecido gracias a los inmigrantes.
“Cumplo cinco años en este país. Desde que llegué me encuentro trabajando en el área que me gusta, encajé muy bien en este negocio (...) tenemos la demanda del consumo, comemos, desayunamos, pagamos renta y esa misma plata la generamos con trabajo”, dijo.
En este nuevo ciclo de expansión económica, Guyana enfrenta un reto entre el crecimiento generalizado y la preservación de su biodiversidad, en el desarrollo de su potencial energético y productivo, sin comprometer su patrimonio natural, uno de los más ricos del planeta.
Guyana se ha consolidado como sede de eventos clave en los últimos años, como la cumbre de la Alianza Mundial sobre Biodiversidad, celebrada esta semana en Georgetown. En ella, países latinoamericanos reafirmaron su compromiso con la ratificación de acuerdos internacionales, impulsando el modelo de Low Carbon Development Strategy y otros mecanismos orientados a aprovechar la riqueza petrolera del país para mejorar la calidad de vida de su población por medio de un proyecto de desarrollo verde y sostenible.
“Hoy se lanza una coalición global con la presencia de jefes de Estado, se reafirma que la defensa de la biodiversidad es una agenda importantísima”, dijo el expresidente Iván Duque, quien atendió el importante evento.
Guyana ya está en el radar del mundo, ahora le corresponde demostrar que puede ser un modelo de gestión y desarrollo para toda la región.