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“No se trata solo de darle años a la vida, sino vida a los años”: cómo vivir más y mejor sin obsesionarse con la perfección

La doctora en ciencias biomédicas de Madrid, Sari Arponen, presentó su libro ‘¿Envejeces o rejuveneces?’, en el cual propone consejos para mantener una larga y saludable vida. En conversación con SEMANA comentó algunos de sus tips.

25 de mayo de 2025, 9:30 p. m.
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“No se trata solo de darle años a la vida, sino vida a los años” Sari Arponen | Foto: Getty Images

SEMANA: En su libro plantea ver la vejez como una etapa vital y dorada, disfrutando con amigos y entrenando el cuerpo y la mente.

Sari Arponen: Hay esa idea de que el envejecimiento se asocia a una mala salud, a una pérdida de capacidades, como si fuera una condena a no poder hacer lo que se hacía antes, cuando realmente podríamos aspirar a vivir mucho tiempo con buena salud. De hecho, están las famosas zonas azules del planeta, que son zonas donde la gente llega hasta los 100 años con una buena salud mental, cognitiva, cerebral y física.

SEMANA: ¿Cómo empezar a ver la vejez diferente y no asociarla con la fragilidad o la impotencia?

S. A.: Tiene mucho que ver con el estilo de vida. Al final de lo que se trata es de llegar a cumplir bastantes años, pero además hacerlo con buena salud. Es como el lema: no solo darle años a la vida, sino también vida a los años.

SEMANA: En un contexto donde la salud puede ser considerada un lujo, ¿cómo llegar a cumplir 100 años y estar saludable?

S.A.: Si hablamos de longevidad saludable, no se trata solo de no tener enfermedades, sino de tener un estado de salud óptimo y poder realmente tener una buena función, poder movernos, no depender de otras personas. Es verdad que hay determinantes socioeconómicos de la salud y que la salud se puede, en parte, considerar un artículo de lujo, pero sí hay cosas que podemos hacer que son muy importantes, que son las bases de la salud y las bases de la longevidad saludable.

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Doctora Sari Arponen | Foto: Tomada de El Mundo/Luis Malibrán

Una de ellas es el movimiento, el mantenernos activos físicamente. Mucha gente tiene trabajos muy sedentarios, y si a eso se le suma que tienen un ocio digital, de ver series en las plataformas o de utilizar el móvil, eso hace que seamos muy sedentarios.

La alimentación es otra cosa importante. Para hacer una alimentación saludable, que nos permita tener esa longevidad con salud, una de las cosas prioritarias es comer productos de proximidad y de temporada, muy adaptada a las condiciones geográficas y a la comida tradicional de cada zona. Una de las cosas mejores, por ejemplo, es tener una huerta y cuidar de esa huerta, porque a la vez te mantienes activo y cultivas tu comida.

Por ejemplo, la salud oral es un lujo para muchas personas. En España, si necesitas ir al dentista te lo tienes que pagar, y no todo el mundo se lo puede pagar, y la salud oral es súper importante. En parte es un lujo, pero en parte hay otras muchas cosas, como el movimiento, ese comer sano, que lo podemos hacer y que no necesitamos tener más dinero.

SEMANA: ¿Qué tipo de alimentación?

S.A.: En mi libro hablo mucho de la dieta pesco-mediterránea, que en España tiene todo el sentido porque es un país mediterráneo, pero yo soy de Finlandia. En Finlandia no tiene sentido la dieta pesco-mediterránea, porque el aceite de oliva es una de las bases de esa dieta y es muy caro allí. En Finlandia tiene más sentido hacer la dieta báltica.

Acá en Colombia un conductor me estuvo comentando la comida más típica y tradicional de aquí, y a mí me parece perfectamente saludable. Si se come lo que es comida hecha en casa, comprada en el mercado, ¿dónde está el problema? En los ultraprocesados. Todo lo que sea comer ultraprocesados -cosas con muchas grasas que no son saludables, grasas de aceites de semillas o con muchos azúcares- es un enemigo de la salud. Los refrescos tampoco son saludables porque tienen mucha azúcar.

Desde el punto de vista de la longevidad, el qué comer es importante, pero también el cuándo y el cuánto comer. La gente necesita comer menos cantidad de lo que se suele comer. Lo ideal sería, en los adultos, hacer como mucho dos o tres comidas al día. Y que el ayuno nocturno sea de por lo menos doce o trece horas de descanso.

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"Para hacer una alimentación saludable, que nos permita tener esa longevidad con salud, una de las cosas prioritarias es comer productos de proximidad y de temporada" | Foto: Getty Images/Connect Images

SEMANA: ¿Qué características especiales hay en esas zonas azules para que las personas pueden vivir, saludablemente, por tanto tiempo?

S.A.: Son sitios donde tienen un sentido muy fuerte de la comunidad, y viven en sitios con naturaleza. Tienen huertas, tienen familia cerca, amigos cerca, y la naturaleza cerca, y no tienen estrés crónico. Alguien que viva en un pueblo tranquilo, cercano a la naturaleza, podrá llegar mejor a esa edad que alguien que viva en una gran urbe, y que quizás no tenga tanto acceso a alimentos reales.

SEMANA: También comenta en su libro que las emociones influyen de manera importante en la salud...

S.A.: La actitud es importante, porque esta tendencia a decir cosas como “no, yo a mi edad ya no puedo hacer esto”, o “no, yo es que ya soy mayor para hacer aquello”, es muy perjudicial. Si nosotros mismos nos ponemos limitaciones de este tipo, pues claro, no lo voy a hacer, porque ni lo voy a intentar.

El cómo nos hablamos a nosotros mismos, y lo que creemos sobre lo que somos capaces de hacer es muy importante. Cuando se ve a una persona de 80 años haciendo una carrera o haciendo gimnasia, se dice: “claro, tiene 80 años, pero hace ese ejercicio porque está bien”, cuando es al revés, precisamente como hace ese deporte, es por lo que está bien. Por ejemplo, se le dice a alguien que tiene 80 años “el viejo”. Al final estas palabras tienen connotaciones muy negativas. Se puede decir adulto mayor, se puede decir generación silver, por aquello de las canas que son plateadas.

Muchas veces hay tendencia a hablarles a las personas mayores como si fueran niños, como si no escucharan bien, cuando realmente son personas que tienen una sabiduría y una experiencia que también es muy valiosa, pero parece que eso ya no se valora tanto.

SEMANA: ¿Cómo intervienen las emociones en el metabolismo?

S.A.: Estudié un máster en psiconeurohormonología clínica, y es verdad que hay mucha evidencia científica que nos dice que los aspectos emocionales nos impactan sobre el funcionamiento del cuerpo, tanto desde el punto de vista del metabolismo, como hormonal en general, y también del sistema inmunitario, o incluso la microbiota, el funcionamiento del intestino. Al final es porque las emociones implican cambios en el funcionamiento cerebral, y ese funcionamiento cerebral puede modular el sistema inmunitario y el sistema hormonal.

Lo que pasa es que esto a veces nos lleva a que haya personas que nos digan que todo es emocional. A veces parece que si me arreglo las emociones ya consigo arreglar todo lo demás, y tampoco es así, porque igualmente tenemos que seguir comiendo saludable y haciendo ejercicio físico. Pero es verdad que si desde un punto de vista emocional no nos encontramos bien, también nos va a costar más trabajo llevar a cabo ese estilo de vida saludable.

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"El cómo nos hablamos a nosotros mismos, y lo que creemos sobre lo que somos capaces de hacer es muy importante" | Foto: Getty Images

Aquí es importante las conexiones que tenemos con otras personas y cosas como el propósito vital, por ejemplo: el para qué me levanto todas las mañanas y el para qué estoy aquí, y cuál es el propósito de la vida de cada uno, que es diferente del sentido de la vida. La soledad también envejece mucho. De hecho, hay quien dice que envejece prácticamente como el tabaquismo, el estar solo y el sentirse solo, el no tener unas conexiones sociales, ese sentido de pertenencia y de comunidad también nos envejece.

SEMANA: La medicalización excesiva también es un problema que plantea.

S.A.: Muchas veces se dan por normales cosas que aparecen, por ejemplo, el aumento de peso o el aumento de la tensión arterial o la diabetes, a partir de los 40, los 50, y habitualmente se empiezan a dar fármacos. Cuando la mayoría de estas cuestiones, primero, no tienen porqué aparecer con la edad si el estilo de vida es adecuado, y segundo, se puede llegar a revertir con un estilo de vida adecuado. En un gran número de casos, incluso la diabetes mellitus de tipo 2, también se puede llegar a revertir con la alimentación, el ejercicio físico, etc.

Los fármacos lo único que hacen es poner parches. Y además no revierten nada, no solucionan las enfermedades. Yo no digo que no haya que usar un fármaco, si hace falta el fármaco, bienvenido sea, pero el estilo de vida sigue siendo la base.

SEMANA: Sin embargo, muchas personas, precisamente en busca de la longevidad, usan muchísimos fármacos

S.A.: Mucha gente está buscando como un remedio mágico, una pastilla, un remedio, un tratamiento, una inyección que permita conseguir esa longevidad. Pero si no se tienen las bases como la alimentación, el ejercicio, el contacto con la naturaleza, con otras personas, el descanso, el control del estrés, si toda esa base no se hace bien, un suplemento, un fármaco, tampoco nos va a hacer vivir más tiempo.

Hablo en el libro sobre este famoso multimillonario Brian Johnson, que dedica millones de dólares al año en no envejecer, incluso dice que quiere fundar una religión para no morirse. Primero, parece bastante utópico, pero segundo, él toma 200 suplementos diferentes. Aparte hace ejercicio, hace todo lo demás, pero realmente, no porque uno tome 200 suplementos va a vivir más tiempo, si no hace bien la base que es el estilo de vida.

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"Los fármacos lo único que hacen es poner parches. Y además no revierten nada, no solucionan las enfermedades" | Foto: Getty Images

SEMANA: En medio de la masiva información que hay en internet, ¿en qué creer para mantener una salud óptima?

S.A.: Es muy difícil porque, por un lado, el internet y las redes sociales han venido a darle altavoz a todas las personas, que tiene muchas partes positivas, pero también hay mucha polarización en la información, sobre todo en la nutrición. Tenemos a quien defiende que para tener esa longevidad saludable hay que ser vegano, otros que tienes que hacer una dieta cetogénica y carnívora y que eso es lo que te dará la máxima salud. Uno escucha un mensaje y el otro que son totalmente opuestos y además ambos lados dan argumentos muy convincentes y uno dice ¿y ahora a quién le hago caso?

Yo por lo menos siempre en mis libros procuro aportar esa evidencia científica cuando hablamos de salud, evidencia científica basada en artículos y muchas investigaciones para que por lo menos uno sepa de dónde vienen las cosas que se afirman. Al final no se trata tanto de cuántos años vivimos sino de cómo los vivimos. Si hacemos bien el 80-90 % del estilo de vida siempre nos quedará ese pequeño margen también de no hacerlo todo tan perfecto porque la obsesión en la búsqueda de la perfección a veces también es demasiado estresante.