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Musk declara la guerra a Trump: amenaza con crear su propio partido y tumbar a congresistas republicanos
El CEO de Tesla arremete contra el nuevo proyecto fiscal de Trump y propone fundar un partido político para enfrentarlo.

Elon Musk ha intensificado su enfrentamiento con el presidente Donald Trump tras la aprobación en el Senado del proyecto fiscal conocido como ‘Big Beautiful Bill’.
Con un incremento récord del techo de deuda de 5 billones de dólares y numerosos recortes fiscales, la iniciativa fue calificada por Musk como una “abominación repugnante”.
En respuesta, amenazó nuevamente con fundar un nuevo partido político, bautizado como America Party, que competiría contra lo que él califica como el “unipartido demócrata-republicano”.

Este anuncio marca un giro estridente en la relación entre Musk y Trump. En las elecciones de 2024, el magnate tecnológico fue uno de los principales donantes de Trump, aportando cientos de millones a través de America PAC.
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Sin embargo, la aprobación de este megapaquete fiscal ha reavivado tensiones. Musk acusa a los legisladores que respaldaron la medida de traicionar sus promesas de reducción del gasto: “Deberían agachar la cabeza de vergüenza… y perderán sus primarias el próximo año, así sea lo último que haga en la Tierra".
Trump respondió reclamando una revisión de los subsidios federales destinados a las empresas de Musk, como Tesla y SpaceX, mediante la agencia Doge, que Musk dirigió antes de retirarse.
Desde la perspectiva de Trump, Musk depende en gran medida de los incentivos y contratos gubernamentales. “Sin subsidios, Elon probablemente tendría que cerrar y regresar a Sudáfrica”, afirmó. Incluso llegó a insinuar que esa agencia podría actuar en su contra: “Doge podría tener que volver y comerse a Elon”.

En los mercados, esta escalada tuvo consecuencias inmediatas. Las acciones de Tesla cayeron más del 5 % en las primeras horas de negociación tras la oleada de declaraciones. Además, datos del China Passenger Car Association muestran una caída del 15 % en las ventas de Tesla en ese mercado, y en general se ha registrado una contracción superior al 20 % en su volumen global.
Musk ha aprovechado su cuenta en X para reforzar su mensaje, calificando el proyecto de ley como “asesinato político para el Partido Republicano” y anunciando que detendrá donaciones a los congresistas implicados. También ha mostrado apoyo explícito a figuras como el congresista Thomas Massie y al senador Rand Paul, que se opusieron al proyecto.
Analistas políticos coinciden en que la creación de un nuevo partido con respaldo de Musk tendría un impacto significativo, aunque enfrentaría grandes desafíos. Bill Schneider, de George Mason University, advierte que “no hay suficientes multimillonarios para fundar un partido en Estados Unidos”, y el entramado bipartidista estadounidense dificulta la inserción de una fuerza electoral viable.
A pesar de ello, Musk parece decidido a reingresar al terreno político. Su estrategia incluye financiar primarias competitivas y posiblemente establecer alianzas con movimientos como el Forward Party de Andrew Yang, que ha mostrado disposición a colaborar.
Con la cuenta regresiva hacia la firma del Big Beautiful Bill y con la atención puesta en el mercado y en las próximas elecciones de medio término, la contienda Musk‑Trump marca una ruta impredecible.
Si la iniciativa de Musk prospera, podríamos estar ante el inicio de una reconfiguración profunda del panorama político estadounidense.