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Michal Cotler-Wunsh, enviada especial en la lucha contra el antisemitismo en Israel habla con SEMANA: “No tenemos más opción que pelear”

Michal Cotler-Wunsh hace un preocupante balance sobre el aumento de casi el 1.000 por ciento de odio mundial contra los judíos.

7 de junio de 2025, 7:27 a. m.
 “Desde la masacre del 7 de octubre, alrededor del mundo hay un aumento muy devastador del antisemitismo”.
“Desde la masacre del 7 de octubre, alrededor del mundo hay un aumento muy devastador del antisemitismo”. | Foto: dpa/picture alliance via Getty Images

SEMANA: Hay una preocupación creciente sobre el resurgimiento del antisemitismo en todo el mundo. ¿Cuál es la situación global hoy?

Michal Cotler-Wunsh: Lo que hemos visto en los últimos 19 meses desde la masacre del 7 de octubre en Israel es que, alrededor del mundo, hay un aumento muy devastador del antisemitismo. Vemos un aumento en los ataques en porcentajes muy altos. Por ejemplo, en Canadá es del 70 % y casi 1.000 % en Estados Unidos. El antisemitismo se define como un virus en constante mutación que desarrolla nuevas cepas en cada momento, adhiriéndose a la construcción social dominante de cada época en los miles de años de su existencia.

SEMANA: Israel siempre ha sido un refugio del antisemitismo. ¿Qué pasa cuando ese refugio se convierte en uno de los principales objetivos del odio, como ha pasado tras la guerra contra Hamás?

M.C.: 2025 no es 1945. En 2025 tenemos un Estado nación, tenemos una fuerza de defensa, tenemos soberanía y tenemos la capacidad y responsabilidad de defendernos. “Nunca más” para el pueblo judío significa “nunca más estaremos indefensos”. Nunca más esperaremos a que alguien venga y nos salve. Es quizás la primera vez en miles de años de historia judía, cuando los judíos realmente tienen esa capacidad de pararse y decir: esto no es solo sobre nosotros. El Estado de Israel no es solo un refugio, es el Estado nación del pueblo judío, al cual regresamos después de miles de años de exilio y persecución, y que está comprometido con la igualdad. Estamos peleando una guerra de múltiples frentes que pone en peligro a la humanidad, la libertad y la dignidad. Lo que sé con seguridad es que no tenemos más opción que pelear. No tenemos a dónde más ir.

“Nunca más esperaremos a que alguien venga y nos salve”.
“Nunca más esperaremos a que alguien venga y nos salve”. | Foto: Suministrada a Semana A.P.I.

SEMANA: ¿Estamos frente a una nueva cepa del antisemitismo?

M.C.: Dos diplomáticos israelíes fueron asesinados dentro del Museo Judío de Washington al final de un evento para hablar sobre la paz. Una semana después, vemos en Boulder, Colorado, judíos ancianos, incluyendo un sobreviviente del Holocausto, quemados vivos por un atacante. Y en ambos ataques gritan “Palestina libre”, como si asesinar judíos fuera legítimo en nombre de algún tipo de justicia. Así que mi proyección es que, a menos que nos volvamos muy serios sobre identificar la cepa de antisemitismo, empeorará, no mejorará.

SEMANA: ¿Hay dudas de que esos ataques en Washington y en Boulder sean antisemitas?

M.C.: Siempre podemos preguntar si hay dudas. Pero se trataba de un evento judío, en el que asesinaron a dos representantes del Estado de Israel. El individuo que los asesinó a sangre fría le disparó a Sarah por la espalda una y otra vez, mientras ella se arrastraba alejándose. Y él gritaba “Palestina libre”. Creo que está bastante claro que es un ataque antisemita. Y una vez más, otro individuo que, con 12 cocteles molotov, quemó vivos y planeó un ataque durante más de un año, en una manifestación de los rehenes secuestrados el 7 de octubre. Podríamos decir que tenemos toda la evidencia que necesitamos. Ni siquiera mencioné los ataques adicionales, como, por ejemplo, el que sufrió un congresista al que, después de que su familia se fue a dormir, le intentaron quemar su casa.

Yaron Lischinsky y Sarah Lynn Milgrim fueron asesinados en Washington.
Yaron Lischinsky y Sarah Lynn Milgrim fueron asesinados en Washington el 22 de mayo de 2025. | Foto: Embajada de Israel en Estados Unidos

SEMANA: ¿Cómo podemos combatir el antisemitismo sin ignorar el sufrimiento de los civiles palestinos que han soportado las consecuencias de la guerra en Gaza?

M.C.: Cualquiera que se preocupe por los civiles palestinos genuinamente se preocupa por los derechos de los niños, de las mujeres, de los hombres que han sido usados como escudos humanos por Hamás. Esas personas deberían estar pidiendo liberar a Gaza. Hamás ha construido túneles más largos que el sistema de metro de Nueva York debajo de hospitales, debajo de escuelas, debajo de dormitorios de niños, debajo de mezquitas. Han usado a su propia gente y a la ayuda humanitaria internacional para construir el complejo de terror más grande de la historia. Se han incrustado entre el pueblo de Gaza. Cualquiera que se preocupe por la tragedia humana, que es real, que es devastadora, debería estar demandando que Hamás sea completamente removido de Gaza, porque quemaron, violaron y masacraron, y todavía mantienen a 58 seres humanos en cautiverio. Hamás asesinó a algunos sobrevivientes del Holocausto, a jóvenes bailando en un festival de paz y a algunos bebés de forma atroz.

SEMANA: Algunos países latinoamericanos han mostrado neutralidad, silencio o incluso apoyo a los recientes ataques antisemitas.

M.C.: El antisemitismo no es el problema de los judíos; así como el racismo no es un problema de los negros. El problema son los antisemitas, los espacios y lugares que les permiten difundir su odio. Lo que vemos es solo la normalización del terror que, ya sea de la Hermandad Musulmana, ya sea de Hamás, de Hezbollah, de Isis, de Al-Qaeda, abiertamente declaran la intención de construir sobre los escombros de nuestra civilización, una realidad alternativa en la que la mayoría de nosotros no queremos vivir. No es solo que los judíos no están seguros en las calles de Washington, Boulder, Colorado, Toronto o Sídney, es que todos los ciudadanos que valoran la libertad, que esperan tener un mejor futuro para sus hijos, están siendo completamente traicionados por sus Gobiernos.

Tiene que quedar muy claro que la estrategia de Hamás, igual que la de Hezbollah, de los hutíes y del régimen islámico en Irán, es provocar la tragedia, es precisamente lo que esperan. Esos grupos disparan a sus propios corredores humanitarios o amenazan a sus propios civiles de recibir ayuda humanitaria o roban ayuda humanitaria y comida que llega en la asistencia directa a ellos para venderla, para volverse más poderosos, para liberar sus armas y para continuar manteniendo a los palestinos como rehenes, como escudos humanos, como sacrificios humanos.

"El antisemitismo no es el problema de los judíos. El problema son los antisemitas, los espacios y lugares que les permiten difundir su odio". | Foto: Getty Images

SEMANA: ¿Cree que las posiciones públicas como las del presidente de Colombia, Gustavo Petro, contribuyen al aumento del antisemitismo?

M.C.: Se lo digo muy claramente, no es personal: párate con más coraje y di: “Esta es la definición de antisemitismo y estoy comprometido a combatir todas las formas de antisemitismo”. Quien no lo haga, está alimentando el antisemitismo, ya sea con silencio o con posiciones que, en lugar de condenar, alimentan a Hamás y dan dinero a Hamás.

Lo que está haciendo es empoderando a esos regímenes y se convierte en parte del eje del mal. Ahora, si hay Gobiernos específicos que son incapaces o no están dispuestos a dejar muy claro que condenan el terror, eso significa que con su silencio o con su conducta fallida o con su apoyo están habilitando el terror. Está muy claro.

SEMANA: El Gobierno de Estados Unidos ha advertido que revocará visas a quienes se manifiesten a favor de Palestina, ¿son medidas suficientes?

M.C.: Si hay una violación de la ley de cualquier país o políticas de cualquier organización, de cualquier universidad, esas leyes, esas políticas, esas directrices, tienen que ser aplicadas. Si los estudiantes están vandalizando, están acosando a otros estudiantes, son violentos y están dañando no solo la propiedad, sino a empleados de la universidad, entonces eso es suficiente para que no sean estudiantes en una universidad. Tomó tanto tiempo para que alguien hiciera algo en cualquier contexto, y debería haber sido así desde el primer día. Sí, recibo bien el combate del antisemitismo, pero, como dije, tiene que hacerse sin importar de dónde venga, la extrema derecha, la extrema izquierda o el extremismo islámico.