Juicio a Trump
Mar-a-Lago: la mansión de Trump en la que 10 mil documentos del Gobierno de EE. UU. han sido, quizás, lo menos escandaloso que ha pasado entre sus muros
Hablar de Donald Trump es hablar de Mar-a-Lago, la propiedad a la que se mudó desde que entregó a regañadientes la Casa Blanca en 2022. Ha sido refugio de sus amantes y de invitados menos gratos como Jeffrey Epstein.
Donald Trump enfrenta desde este martes un juicio histórico. El caso que hoy lo tiene contra las cuerdas se remonta al viernes 2 de septiembre de 2022, casi nueve meses después de que dejara a regañadientes la presidencia, cuando el Departamento de Justicia de EE. UU. dio a conocer que en la redada de agosto hecha por el FBI a la mansión del expresidente, ubicada en Mar-a-Lago, Florida, se encontraron más de 10.000 documentos e imágenes del Gobierno que no mostraban ningún tipo de marca de que estuviesen clasificados.
En otras palabras, 10.000 documentos técnicos y con información delicada que solo debían estar en poder del Gobierno de Estados Unidos. En la Casa Blanca.
En la mansión del magnate se hallaron, además, más de 40 carpetas vacías que sí tenían la etiqueta de estar clasificadas. Sin embargo, según informó la cadena NBC News en su momento se desconoce cuál era su contenido y, mejor que eso, en dónde se encuentran. Por todo ello enfrenta 37 cargos.
Pero, 10.000 documentos con delicada información sobre la primera potencia del mundo no es, quizás, el secreto más escandaloso que se ha escondido entre las paredes de la famosa mansión del expresidente. Fiestas swinger y de excesos con drogas, en las que no faltaron modelos Play Boy, hacen parte también de la historia de esta propiedad, que fue siempre el eje de muchas de las operaciones y las polémicas de Trump.
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Es que sobre Mar-a-Lago se ha dicho de todo: que entre sus muros terminaba refugiándose una atribulada Melania Trump en los tiempos más aciagos de su relación con el magnate, que era el lugar preferido del exmandatario para los encuentros furtivos con sus amantes y que incluso uno de sus visitantes más asiduos fue el también multimillonario Jeffrey Epstein, quien se suicidó en una celda de Nueva York en 2019, acusado de violar a varias menores.
La historia es así: En medio del juicio contra Ghislaine Maxwell, pareja de Epstein y que finalmente fue condenada a 20 años de cárcel por proporcionar menores al depredador sexual Epstein, una mujer, que dijo haber sido abusada sexualmente por Epstein, hace más de dos décadas, testificó en la corte que conoció a Donald Trump cuando tenía 14 años, cuando su victimario la llevó a Mar-a-Lago, la residencia del expresidente en Florida.
Una casa con historia
Mar-a-Lago es ante todo símbolo de opulencia. Se trata de un un “club superexclusivo al que solo pueden acceder determinadas personas de la esfera del presidente. A pesar de todas las facilidades y privacidad que tienen, la piscina o el spa no son privados, aunque solo lo tienen que compartir con otros miembros del selecto club de golf. A fecha de 2005, los socios del club pagaban unos 80.000 dólares de cuota de inscripción y otros 5.000 anuales”.
El diario The City Journal cuenta que Trump escuchó por primera vez sobre Mar-a-Lago a través de un taxista durante un viaje por Palm Beach y supo en ese momento que tenía que tener la propiedad. “Para el ostentoso magnate inmobiliario, el complejo representaba un trofeo”, sostiene el artículo. El magnate ofreció 15 millones de dólares por la mansión.
Como no se la vendieron por ese precio, Trump compró la casa del frente y amenazó con tapar la espectacular vista a las playas del lugar. Logró adquirirla así.
Según cuenta el diario Expansión, la propiedad comprende 8 hectáreas de terreno situadas entre el océano y el lago Worth. Y de ahí nació su nombre. “Se comenzó a construir en 1923 una casa de color rosa flamenco de 118 estancias, entre ellas un gran salón de baile donde reunía a la crème de la crème de la sociedad norteamericana que gustaba pasar los inviernos bajo el sol de Florida”, cuenta el medio.
Los detalles de su construcción estuvieron llenos de lujos e incluso cuentan que Walt Disney en persona diseñó las habitaciones de los niños de la primera familia que la habitó, encabezada por su matrona, Marjorie Merriweather Post. La mujer mandó traer del extranjero casi todo el material para levantar el lugar.
“Se trajeron desde Italia toneladas del mejor mármol, de una vieja casa cubana más de 20.000 tejas de barro cocido. De España se importó una valiosa colección de unos 36.000 azulejos antiguos, algunos de los siglos XV y XVI. De Holanda llegaron tapices de la escuela flamenca. El techo de uno de los salones es copia del de la Academia de Venecia y no es el único cubierto enteramente con pan de oro”, agrega Expansión.
Desde el 20 de enero de 2022, tras la atropellada salida del poder de su gobierno, Trump decidió mudarse al lugar. “Estos son tiempos oscuros para nuestra Nación, ya que mi hermosa casa, Mar-A-Lago en Palm Beach, Florida, está actualmente sitiada, allanada y ocupada por un gran grupo de agentes del FBI”, dijo en un comunicado publicado en su red social Truth.