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Los niños Windsor y Parker Bowles: las otras estrellas de la coronación de Carlos III
Si el príncipe George hizo historia como paje de honor y su hermano Louis volvió a encantar con sus pilatunas, los nietos de Camilla repitieron la historia de su abuelo, Andrew Parker Bowles, quien fue paje en la coronación de Isabel II, hace 70 años.
“Histórica” es el calificativo por excelencia de la coronación del monarca del Reino Unido, que deslumbró al mundo este sábado, y ello también abarca el papel de los niños que tomaron parte en la vistosa ceremonia.
Como uno de los pajes de honor de su abuelo, el principito George ya cobró su lugar en el devenir de esta tradición, pues fue el primer futuro rey con un rol oficial en los actos en tiempos modernos, de acuerdo con The Telegraph. En 1953, cuando fue coronada su madre, Isabel II, Carlos asistió, pero solo como espectador. Lo mismo sucedió con la reina en 1937, en la coronación de su padre, Jorge VI.
George es el hijo mayor del príncipe William, heredero al trono, y su principal función como fue llevarle al rey la larga Túnica del Estado con que llegó y salió de la Abadía de Westminster. En todo momento, el pequeño de nueve años mostró aplomo, como si ya entendiera el serio destino que le espera.
En ello, no estaba solo, sino que compartió funciones con otros pequeños provenientes de familias con viejos nexos con la realeza y, en particular, con Carlos. En el grupo de los cuatro pajes del rey también estaban Lord Oliver Cholmondeley, Nicholas Barclay y Ralph Tollemache.
De ellos, el que más ha dado de qué hablar es el primero. Desciende de un linaje aristocrático que siempre ha desempeñado funciones en el ceremonial de la corte. Su padre es el séptimo marqués de Cholmondeley, que fue lord gran chambelán de Inglaterra, uno de los grandes oficiales de Estado, un grupo de ministros de la Corona que se encargan de funciones específicas en ceremonias que involucran a la realeza.
Actualmente, es lord de compañía del rey, es decir, su mano derecha. Pero, quien termina siendo más interesante es la madre del Oliver, Rose Hanbury, de quien se ha dicho insistentemente que es amante del príncipe William. Con las importantes designaciones, tanto para el padre como su hijo, muchos ven una tajante refutación de los malévolos rumores por parte de la familia real.
Nicholas Barclay es hijo de Rose Trouton, una ahijada de Carlos, mientras que Ralph Tollemache es hijo de Edward Tollemache, otro ahijado del rey.
La reina Camilla también tuvo su pequeña corte y con un sabor mucho más familiar, pues tres de sus pajes de honor eran sus nietos: Gus y Louis Lopes, hijos de Laura Parker Bowles, y Freddy Parker Bowles, hijo de Tom Parker Bowles, a su vez ahijado de Carlos. Con ellos, Carlos ha vivido más la experiencia de ser abuelo que con sus propios nietos. El cuarto niño es Arthur Elliot, hijo de Ben Elliot, sobrino de Camilla. Los nietos de Camilla, marcaron así un motivo de orgullo para la familia, pues repitieron la historia de su abuelo, Andrew Parker Bowles, que fue paje en la coronación de Isabel II hace 70 años.
Si bien no desempeñaron ningún papel en los actos, los príncipes Charlotte y Louis fueron los otros niños que captaron las miradas en la Abadía de Westminster, escenario del rito. La segunda hija del príncipe William y Kate Middleton, enterneció a los presentes cuando tomó de la mano a su hermano menor, en actitud protectora. No es la primera vez que muestra este tipo de actitud, pues ya en otras ocasiones se le ha visto corregir o llevar la voz cantante tanto con él como con George en sus apariciones en público.
Las imágenes de Louis haciendo muecas, cantando y otras gracias de niño, le valieron el delirio del público en todo el mundo el año pasado, durante los festejos del Jubileo de Platino de la reina Isabel, su bisabuela. Esta vez, se volvió a lucir y por eso el Daily Mail tituló, “Louis, en eso otra vez”. El instante más gracioso fue durante la revista aérea, cuando le arrancó risas a su hermana.
Charlotte, así mismo, fue el centro de atención por su vestuario y tocado a juego con el de su madre, confeccionados por la casa Alexander McQueen.