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Guerra comercial de Trump: las señales confusas de los agresivos aranceles desconciertan a las empresas y aliados globales
Desde que Trump anunció su lista de aranceles recíprocos, el mercado global se desestabilizó. Ante esto, el presidente decidió negociar las tarifas, pero con algunas excepciones que aún no son claras.

La guerra comercial desatada por el presidente estadounidense Donald Trump ha dejado una serie de señales confusas para las empresas y socios comerciales, quienes en medio de los agresivos aranceles han intentado comprender cómo relacionarse con la Casa Blanca, más aún cuando la administración de Trump aplazó la entrada en vigor de las tarifas arancelarias para los teléfonos móviles y otros productos tecnológicos.
La semana pasada, el presidente se retractó de las altas cifras de impuestos para los productos importados, y rebajó los aranceles recíprocos al 10 % en todas las exportaciones mundiales. A excepción de China, a que, por el contrario, siguió aumentando los aranceles que hoy suman hasta 145 %, una medida que redujo más de 100 millones de dólares en importaciones que llegan desde China, lo que representa una pequeña victoria para empresas como Apple Inc. y Nvidia Corp.

Trump y sus asesores, sin embargo, anunciaron el pasado domingo que el plazo para los aranceles a productos tecnológicos solo hace parte del procedimiento, ya que la administración está analizando las tarifas correspondientes para el sector, que serán anunciadas en los próximos días.
Lo que significó otro revés para las grandes empresas, que aún no han descifrado la estrategia comercial de la Casa Blanca, y que los funcionarios han defendido al asegurar que se trata de un plan cuidadosamente desarrollado, pero los críticos han manifestado que estas medidas únicamente responden a los caprichos del republicano.
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“El equipo de Trump sigue un enfoque de actuar primero y luego hacer ajustes según sea necesario”, dijo Wendy Cutler, exnegociadora comercial senior de EE. UU. al medio Bloomberg. “Este enfoque contribuye a una mayor imprevisibilidad para los inversores y nuestros socios comerciales, que ya no pueden concluir que apresurarse a negociar con EE. UU. es el mejor enfoque”, agregó.

El presidente Trump ha trabajado en una serie de negociaciones para poder establecer los aranceles reducidos a cada uno de los países que exportan productos hacia el país norteamericano. Además, ha asegurado que no aplicará las mismas medidas para los productos que ya tienen sus propios gravámenes. Así, los automóviles, el acero y el aluminio ya cuentan con una tarifa, y en las próximas semanas se espera que recaiga sobre productos farmacéuticos, semiconductores y otros servicios vitales, un arancel para cada uno.
“Estamos analizando los semiconductores y TODA LA CADENA DE SUMINISTRO ELECTRÓNICO en las próximas investigaciones arancelarias de seguridad nacional”, escribió Trump en su perfil de Truth Social este domingo. “Lo que se ha puesto de manifiesto es que necesitamos fabricar productos en Estados Unidos y que no seremos rehenes de otros países, especialmente de naciones comercialmente hostiles como China”, complementó.
Luego de que China se levantara con fuerza en contra de las decisiones de Trump, dijo que la excepción de los impuestos para la tecnología era un gran paso, y además pidió al gobierno de Trump que elimine todas las tarifas. Por su parte, en Washington las aguas se vieron agitadas, luego de que Trump asegurara que planea discutir los aranceles con cada país afectado, por lo que surgen preguntas sobre si las negociaciones también aplicarían para algunos productos en específico.
A pesar de esto, “esos no están disponibles para negociación”, aseveró el secretario de Comercio de EE. UU., Howard Lutnick, en una entrevista con el medio ABC. No obstante, más tarde, el republicano anunció que podría llegar a negociar con las empresas los aranceles sobre los semiconductores. “Lo discutiremos, pero también hablaremos con las empresas”, dijo a los periodistas en su avión que volaba desde Florida. “Hay que mostrar cierta flexibilidad”, afirmó.

Pero sus mensajes diversos han alimentado la incertidumbre en el mercado global. El director ejecutivo de la gran empresa de carga DHL Group, Tobias Meyer, dijo a Bloomberg que las empresas que se están intentando ajustar a las políticas cambiantes de Estados Unidos “no saben ni siquiera si se anuncia algo, si dos días después no se vuelve a cambiar”.
“Realmente se nota cierto cansancio en los responsables de la toma de decisiones en el sector manufacturero y también en el sector de la distribución”, continuó. “Oigo mucho que los clientes simplemente dicen: ‘esperaremos por ahora’”, anotó Meyer.
Todo esto, mientras que algunos diplomáticos y funcionarios de otras naciones, que han intentado entablar conversaciones con Estados Unidos, tampoco saben cómo proceder.