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“Este libro llena un vacío”: Carlos Dáguer habla de la expedición científica que trajo la primera vacuna a Colombia
El reconocido periodista, experto en salud, es uno de los invitados de la Filbo. Hablará de la importancia de la documentación en archivo para reconstruir la historia de la salud pública.


SEMANA: ¿Cuándo se le ocurrió escribir De brazo en brazo: la odisea de una vacuna?
Carlos Dáguer: En el 2018 publiqué la historia del Instituto Nacional de Salud. Uno de los capítulos versaba sobre la historia de la producción de vacunas en Colombia. Cuando investigué sobre los antecedentes, me encontré con la historia de la Real Expedición Filantrópica de la Vacuna, que impulsó el rey Carlos IV de España a raíz de una epidemia de viruela en Bogotá. Los libros de no ficción que se habían escrito sobre el tema eran pocos, en su mayoría académicos, y los más conocidos eran novelas históricas llenas de hechos ficticios. Me parecía injusto que documentaran de una manera algo marginal lo que había pasado en el Nuevo Reino de Granada, a pesar de ser tan relevante en esa historia.
SEMANA: ¿Y qué lo cautivó ahí?
C.D: Que fue un viaje rarísimo. Como no había refrigeradores, el medio de transporte fueron 22 niños sacados de orfanatos españoles. Recordemos que la primera vacuna se encontró en vacas de Inglaterra, de allí su nombre. Era un pus que, al ser inoculado en humanos, prevenía la viruela, la enfermedad más mortífera de la historia humana. Como traer vacas era tan complicado, la Corona española decidió traspasar el pus de un niño a otro, mediante incisiones en el brazo, durante una travesía trasatlántica. En América tuvieron que continuar con esa cadena de niños para que no se echara a perder el fluido. Era un tema de salud, que es mi ámbito, pero además era un cuento fascinante. Desde ese momento dije “Yo quiero escribir esta historia”.
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SEMANA: ¿Cómo se conecta esa historia con Bogotá?
C.D: En 1802 hubo epidemia de viruela en Bogotá. El Cabildo y el virrey terminaron peleando porque diferían en cómo lidiar la crisis. El virrey abusó un poco de su poder y las quejas del Cabildo llegaron al rey. A raíz de ese incidente, Carlos IV terminó consultando la viabilidad de una expedición que, de una buena vez, enviara la vacuna a las colonias.
SEMANA: ¿Y cómo se vuelve un libro?
C.D: Tenía dos cosas clarísimas desde un comienzo: primero, no iba a escribir un libro si no iba a aportar algo nuevo, algo que sumara a los trabajos rigurosos que ya habían hecho en Colombia, especialmente, Renán Silva y Hugo Sotomayor; y segundo, no iba a llenar vacíos recurriendo a la ficción, pues, como periodista, asumo que la crónica goza de la misma dignidad de la novela. Me molesta el complejo de inferioridad que a veces tiene el periodismo frente a la literatura. A comienzos de 2021 solicité copias del expediente de la expedición al Archivo General de Indias, de Sevilla, España. Cuando llegaron a mi correo electrónico los primeros 286 folios de manuscritos advertí que había material para el libro.

SEMANA: ¿Cómo fue el trabajo de investigación para recuperar tantos documentos históricos?
C.D: Yo ya tenía alguna experiencia trabajando con documentos de archivos históricos, pero confieso que esta vez me quedó grande la caligrafía de la época. Tuve que acudir a un grupo de paleógrafas para que me ayudaran con la transcripción de los documentos. Y, como ocurre en toda investigación, una fuente llevó a otra fuente. Al final terminamos transcribiendo unos 3.000 folios tomados de doce archivos históricos en España, Colombia y Ecuador: el Militar de Segovia, el de la Armada en Viso del Marqués, el del Jardín Botánico de Madrid; los archivos históricos de Antioquia, Boyacá y Cauca, entre otros.
SEMANA: ¿Seguía algún método en particular?
C.D: Puse el resumen de cada documento en una tabla de Excel, organizándolos cronológicamente y con las referencias. Cuando terminé ese proceso y comencé a escribir sentía que la historia iba apareciendo como cuando armas un rompecabezas y de repente entiendes la figura. Los vacunadores eran muy tacaños en sus descripciones. Después tuve que apoyarme en escritos de otros aventureros de la época, como Humboldt y Fidalgo, para describir el ambiente de inicios del siglo XIX en el Nuevo Reino de Granada.

SEMANA: ¿Por qué cree que este trabajo de investigación es importante para hoy que el tema de las vacunas está tan vigente por lo que pasa con el dengue o con la fiebre amarilla?
C.D: La historia de la Real Expedición Filantrópica de la Vacuna ha sido casi siempre contada desde la mirada española y, por lo general, el protagonista es el director, Francisco Javier Balmis, que terminó dándole la vuelta al mundo. En términos relativos, esos trabajos pasaban de largo por la epidemia bogotana que motivó tremenda gesta, nada menos que la primera campaña mundial de vacunación, y por los expedicionarios que se subdividieron para vacunar en Suramérica, al mando de José Salvany, en un viaje más azaroso y trágico. El libro cuenta toda la historia, pero llena un vacío al poner su énfasis en cómo ocurrieron los hechos en lo que hoy es Colombia. De paso, describe cómo esa expedición fue el origen de nuestras instituciones de salud de Colombia y, entre líneas, muestra que desde siempre el manejo de epidemias ha sido un tema tan técnico como político, y reitera que las enfermedades moldean la sociedad, a veces más que los gobiernos. Tal vez sea oportuno recordar eso en estos tiempos post pandémicos.