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Este es el juramento de los cardenales durante el cónclave para elegir papa
Los religiosos votantes siguen una serie de rituales de larga data para elegir al papa de la Iglesia. Entre esos, deben proclamar un juramento antes de dejar el voto en la urna.

Este miércoles empieza la jornada en el Vaticano para elegir al próximo papa de la Iglesia católica. Esta centenaria práctica (cónclave) se lleva a cabo en la Capilla Sixtina, donde los 133 cardenales que pueden votar —por ser menores de 80 años— son puestos bajo llave hasta que un purpurado obtenga los dos tercios de votos para ocupar el trono de san Pedro.
En medio de los preparativos para este cónclave, la Santa Sede anunció que se cortarán las telecomunicaciones durante las votaciones, para que no haya ningún tipo de interferencia externa. Además, todos los asistentes, incluso funcionarios de la capilla, deben proclamar un juramento de confidencialidad.
“Prometo y juro observar secreto absoluto con todo aquel que no forme parte del colegio de los cardenales electores, y a perpetuidad", un fragmento de la juramentación de los 133 cardenales en el cónclave. https://t.co/if1kX8q65f pic.twitter.com/h6M0Hvj3FT
— Revista Semana (@RevistaSemana) May 7, 2025
El pasado lunes, algunos médicos, enfermeros, monjas, conductores y personal del servicio prestaron su juramento en la capilla Paulina del Vaticano.
“Prometo y juro observar secreto absoluto con todo aquel que no forme parte del colegio de los cardenales electores, y a perpetuidad, sobre todo aquello que esté relacionado directa o indirectamente con las votaciones y los escrutinios para la elección del sumo pontífice”, pronunciaron uno a uno.
Lo anterior, debido a que el cónclave es un ritual que hasta el momento se ha mantenido en total hermetismo. Los purpurados no tienen permitido abandonar la capilla donde votan y la residencia donde pasarán el resto del tiempo hasta que el nombre de uno de ellos figure en la mayoría de las papeletas. Así, corren el riesgo de ser excomulgados inmediatamente en caso de que rompan su compromiso de silencio.
Por lo tanto, las votaciones darán inicio tras el juramento de secreto de los cardenales, continuando con la tradición que impuso el papa Juan Pablo II, cuando escribió que esa etapa de la Iglesia se debía mantener en total misterio.
De acuerdo con detalles que ha compartido la oficina de prensa de la Santa Sede, cada cardenal tendrá un papel en el que podrá escribir el nombre del compañero que considere adecuado para suceder al difunto papa Francisco. Para cuando los religiosos hayan finalizado este paso, cada uno de ellos pasará a depositarlo en la urna, doblando la papeleta y sosteniéndola en alto para luego declarar: “Pongo por testigo a Cristo Señor, que me juzgará, de que mi voto es dado a aquel que, según Dios, creo que debe ser elegido”.
Posteriormente, pone el voto sobre un plato para luego introducirlo en la urna. Al final, cada uno de los votantes se inclina frente al altar de la capilla y regresa al asiento que le ha sido asignado. En caso de que algún cardenal esté enfermo y no pueda dirigirse hasta la urna, el último de los escrutadores será quien realice todo el proceso en su reemplazo, para no romper con cada paso de la tradición.
Aunque el cónclave suele durar días, algunos purpurados pronosticaron que esta jornada será corta y rápida, por lo que consideraron que en dos o tres jornadas, la institución religiosa tendrá un nuevo pontífice. Esta noticia será anunciada mediante el humo que emane de la chimenea de la Capilla Sixtina: cuando la fumata sea de color blanco, los cardenales ya habrán elegido al sucesor de san Pedro.