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Elecciones en Bolivia | Una crisis generalizada sacude al país y se avizora un giro a la derecha: “La izquierda está bastante abollada”
Los bolivianos elegirán el domingo, 17 de agosto, a su próximo presidente, en medio de un ambiente de incertidumbre, sin un claro ganador y bajo la sombra de Evo Morales.

Carolina Flechas Anzola
Editor web en SEMANA. Comunicadora social y periodista de la Universidad Externado de Colombia, especialista en estudios políticos y magíster en periodismo de agencia. Internacionalista con experiencia de 20 años.

Bolivia vive una profunda crisis política y económica. Todo parece indicar que los tiempos de la izquierda en el poder estarían por finalizar tras veinte años gobernando el país, cuando el próximo domingo, 17 de agosto, se celebren las elecciones presidenciales.
Un país en el que el Movimiento Al Socialismo (MAS) —que lideró Evo Morales, excluido de los comicios y prófugo de la justicia— enfrenta el desafío de sobrevivir políticamente al muy probable ascenso de la derecha.
Pero la incertidumbre persiste ante unos comicios sin un claro favorito, lo que anticipa una segunda vuelta en octubre. Hasta el momento, las encuestas marcan que el millonario Samuel Doria Medina, de 66 años, por la coalición Alianza Unidad, y el expresidente Jorge ‘Tuto’ Quiroga, de 65, de la coalición Alianza Libre, encabezan la intención de voto entre los ocho aspirantes.

El panorama también muestra la intención del voto nulo.
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“Mucha incertidumbre. Las últimas encuestas fiables revelan más de un 30 % de candidatos que tienen intención de voto nulo, blanco, o indeciso, con lo que los resultados realmente parecen poco ciertos a estas alturas, a pesar de datos de las fórmulas que tienen mayor intención de voto”, explicó a SEMANA el abogado y politólogo boliviano, Gonzalo Mendieta Romero.
Y es que en medio de este escenario, los dos candidatos de la derecha cerraron el miércoles, 13 de agosto, sus campañas bajo la promesa de recuperar a Bolivia y poner fin al modelo económico de corte estatal que impuso el MAS.

“Si le alcanza a Andrónico Rodríguez (dirigente cocalero y figura clave de la izquierda) para ir a la segunda vuelta, es la duda que todos tenemos, pero creo que nadie se anima a aseverar que Samuel y Tuto Quiroga, serán los finalistas, hasta no ver los primeros resultados en la noche del domingo”, detalló el politólogo.
El país suramericano registra una inflación acumulada del último año que ronda el 25 %, la más alta al menos desde 2008. La mayoría culpa de la debacle al impopular gobierno de Luis Arce.
Morales, de 65 años y quien gobernó al país bajo las ideas del socialismo del siglo XXI, mostrando su apoyo constante al fallecido presidente Hugo Chávez, en Venezuela, y al régimen chavista, ahora liderado por Nicolás Maduro, aspiraba a un cuarto mandato, pero un fallo judicial le cerró el paso al prohibir más de una reelección.
Y ante un movimiento que no tiene opciones de competir, sin candidatos por apadrinar o una fuerte bancada en el parlamento, Morales ahora se enfrenta a que su proyecto de izquierda caiga.

“No hay duda de que la izquierda está bastante abollada, la crisis económica —creo, en parte— y las disputas internas, pero históricamente la izquierda nacionalista ha tenido un voto nulo, y por el perfil de votante indeciso, se presume que haya un voto oculto también esta vez”, aseguró Mendieta.
Además, en su objetivo de mantenerse vigente en el poder, Morales, quien gobernó entre 2006 y 2019, está impulsando el voto nulo e incluso habla de sabotaje, una acción que, para Mendieta, es una apuesta “en la que el siguiente gobierno, cuando haga el ajuste y probablemente tenga menos popularidad, lo lleve a la Presidencia o al Gobierno, y él pueda dar una batalla en las calles”.
“Entonces creo que tiene un plan y yo no sé si al presidente Morales le alcanzará para que le salga bien, pero que tiene un plan, y parece bastante congruente, eso está claro”, afirmó.
A esto se suma que, en ese papel de Morales, tras impulsar el triunfo de Arce para gobernar, hay una fractura entre su exministro y hoy adversario, aumentando la tensión política.
“Absolutamente fracturada, pero creo que decir que cada uno está por su lado es atribuirle demasiado peso a Luis Arce, que hoy —en términos políticos— no tiene ningún peso”, remarcó Mendieta.