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El Salvador asegura que comparte inteligencia con EE. UU. para deportar presuntos pandilleros y pide expulsiones específicas
La reciente deportación masiva de EE. UU. a El Salvador demuestra las alianzas entre los dos países para perseguir a presuntos criminales.

Luego de la controversia que desató la deportación de casi 300 venezolanos a El Salvador, donde fueron detenidos en la cárcel de máxima seguridad para terroristas del país, el Gobierno salvadoreño anunció que comparte inteligencia con Estados Unidos (EE. UU.) sobre pandilleros que son buscados en el territorio centroamericano; además, el país brinda “registros completos” para solicitar la deportación de cada individuo.
En una entrevista con CNN, el ministro de Seguridad y Justicia salvadoreño, Gustavo Villatoro, aseguró que la expulsión del país estadounidense y el proceso para ser encarcelados en la prisión de El Salvador, no se hace de manera aleatoria, sino que el país identifica a las personas que presuntamente tienen vínculos con pandillas.

“Los revisamos a todos. Y si encontramos a alguien que estamos completamente seguros de que pertenece a alguna pandilla en El Salvador, lo capturamos y lo encarcelamos”, explicó a CNN.
Y se refirió a los casos en los que posiblemente las personas son inocentes: “Es muy común que algunas personas digan: ‘Ah, es inocente’. Pero el problema es que tus antecedentes hablan por ti, ¿verdad? Puedes decir: ‘No soy miembro’. Bueno, pero ¿qué pasó con tus antecedentes penales?”.
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Los comentarios tienen lugar después de que la masiva deportación que el gobierno de Trump llevó a cabo hace unas semanas, cuando envió al menos a 270 hombres al Centro de Confinamiento para Terroristas (Cecot), lo que levantó una serie de cuestionamientos del debido proceso, pues algunos familiares aseveraron que sus seres queridos no hacen parte de ninguna agrupación criminal.
También se le pidió al Gobierno indicar qué procesos se siguieron para deportar a los extranjeros con una ley de guerra que, además, fue invocada especialmente para este caso, lo que le dio la potestad al presidente de despedir a los cientos de inmigrantes y encarcelarlos bajo el argumento de que todos ellos eran terroristas.

Sin embargo, hace unos días, algunos funcionarios de la Casa Blanca informaron que uno de los deportados, Kilmar Armando Abrego García (trabajador metalúrgico, padre de tres hijos y residente de Maryland) fue expulsado de EE. UU. por un “error administrativo”. Aun así, continúa privado de su libertad en la temida cárcel salvadoreña. En 2019, un fallo de un juez de inmigración lo protegió de la deportación, debido a que recibía amenazas de muerte de una pandilla que solía atacarlo.
Ante ese caso particular, Estados Unidos se defendió asegurando que Abrego hacía parte de la pandilla MS-13, a pesar de la negativa de los familiares y abogados. Por su parte, El Salvador no se ha referido a ningún caso específico, incluyendo el de Abrego García.
El ministro Villatoro dijo en la misma entrevista que todas las personas deportadas que ingresen a territorio salvadoreño es porque tienen antecedentes penales pendientes en El Salvador. Además agregó que el Gobierno de su país revisa cada vuelo con deportados que llega de Estados Unidos, y de inmediato verifica los nombres de los pasajeros con una base de datos en el cual tienen información de los presuntos pandilleros.