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“El presidente Trump estaba feliz con el trino del presidente Petro”: Brian Winter, reputado editor norteamericano
En conversación con SEMANA, el editor en jefe de la revista ‘Americas Quarterly’ explica por qué para el mandatario de Estados Unidos, Gustavo Petro era el rival perfecto. Cuenta lo que hay detrás del interés de la Casa Blanca de tener el control del canal de Panamá.
SEMANA: Colombia vive uno de los momentos de más incertidumbre en tiempos recientes frente a la relación con Estados Unidos. Usted justo estaba en Bogotá en esos días de efervescencia. ¿Cómo vivió ese episodio entre el presidente Trump y el presidente Petro?
Brian Winter (B. W.): Fue un episodio histórico y un desastre que pudimos evitar. No fue solo el tema de las visas o de los aranceles, sino las medidas bancarias y financieras que el gobierno Trump había anunciado.
Colombia y América Latina son mucho más que migrantes y drogas, pero está claro que para Trump esos son sus dos enfoques principales. Hay encuestas que muestran que Trump como presidente tiene un apoyo de solamente el 50 %, pero en áreas como la lucha contra el fentanilo, y otras drogas, tiene más del 60 % del apoyo de la sociedad americana y más o menos igual con el tema de las deportaciones. Así que cualquier líder del mundo que sea un obstáculo para esas políticas va a recibir represalias inmediatas del gobierno Trump, y eso fue efectivamente lo que vimos en el caso colombiano.
Vea la entrevista con Brian Winter.
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SEMANA: Como periodista en Estados Unidos, usted conoce muy bien a Donald Trump. ¿Qué cree que pasó por la mente de él ese domingo?
B. W.: Creo que el presidente Trump estaba feliz con la noticia del trino del presidente Petro, él quería una batalla sobre ese tema. Mi hipótesis es que esas medidas ya estaban preparadas, no fue algo que él inventó o autorizó mientras estaba jugando golf.
Pienso que la idea original era usar esas medidas contra, tal vez, el Gobierno mexicano, o el gobierno de Lula en Brasil. Solo que el presidente Petro pasó al frente de la fila con sus declaraciones el domingo. Si hubiese sido México, hacer esas sanciones hubiese implicado un costo importante para Estados Unidos, porque los lazos económicos son fuertes.
Colombia también es un país de cierta importancia en el sentido del comercio, pero no es un México y tampoco es un Brasil. Así que le dio una oportunidad a Trump para mostrarse poderoso ante todo el mundo, y que va a jugar fuerte con el tema de los migrantes y las deportaciones.
SEMANA: ¿Cuáles considera que serán las principales diferencias en la política exterior de Donald Trump durante este nuevo mandato, especialmente en relación con América Latina y aliados históricos de Estados Unidos?
B. W.: Está claro que Donald Trump no piensa el mundo en términos de aliados y rivales, sino en fuertes intereses. Eso lo vimos en el primer gobierno cuando, por ejemplo, aliados en Europa se ofendieron y se sorprendieron constantemente con las acciones de Trump. Esta vez Trump es mucho más Trump.
Ahora tiene un Partido Republicano que es suyo, por eso se siente más empoderado para enfrentar rivales o enemigos, y tratar de seguir su visión de los intereses nacionales de Estados Unidos.
Hubo cobertura de algunos medios preguntando: ¿cómo puede ser que haya tratado de esa manera a un aliado histórico de Estados Unidos? Pero, por un lado, es obvio que el presidente Petro no viene de la misma tradición. Por otro lado, Trump no piensa en esos términos, no importa que seas un aliado, importa lo que haces hoy y él va a responder así.
SEMANA: ¿Cuál fue el costo de esos trinos que escribió Gustavo Petro en la madrugada del domingo?
B. W.: No percibo aquí un gobierno en Washington que está en pie de guerra económica contra Colombia. Toda la administración colombiana se movió de una manera muy rápida y eficaz el domingo para tratar de resolver la situación lo antes posible. Vimos una actuación importante del sector privado, incluso intervenciones por parte de figuras de la oposición, como el expresidente Álvaro Uribe. Y entre esos actores vimos una gran vocación de dejar las diferencias políticas de lado y tratar de salvar al país.
Creo que la lectura en Washington, y tal vez en otras capitales, es que esto fue un error táctico del presidente, que tal vez no sea repetido. Sin duda vamos a ver otros episodios de tensión, porque los reclamos sobre el tratamiento de los deportados son algo que no son solo del presidente Petro, sino del presidente Lula y otros gobiernos en la región.
SEMANA: Cambiemos de tema. Antes de estar en Colombia, usted estuvo en Panamá una semana. ¿Explíquenos de manera sencilla qué es lo que está pasando y por qué el presidente Trump hace este reclamo frente al canal?
B. W.: Nadie sabe exactamente, está solo en la cabeza del presidente Trump. La gran teoría es que se trata de la presencia de China, no en el canal, como ha dicho Donald Trump, sino cerca del canal. Beijing ha ampliado su presencia en los últimos años.
Hay una empresa de Hong Kong que controla los dos puertos más importantes en los dos extremos del canal a partir del intercambio de conocimiento diplomático de Panamá en 2017, cuando pasa a reconocer a Beijing y cuando el país adquirió tecnología de ciudades inteligentes, que es una marca del Partido Comunista de China, y otras cosas que dejaron a toda la comunidad de seguridad nacional en Estados Unidos preocupados.
Hay una doctrina en Estados Unidos, que también lleva más de un siglo, que dice que el canal de Panamá es un activo estratégico y un punto de debilidad o vulnerabilidad para la economía y los intereses de Estados Unidos, que está en una categoría única en América Latina, porque hay comercio que pasa por el canal.
Parece que Donald Trump está usando esas amenazas para convencer al Gobierno panameño de que reduzca esa presencia china que está cerca del canal.
Ahora, los panameños también se preguntan si es solo una amenaza, si está realmente pensando en tomar el territorio. Yo diría que es posible, porque Trump también está hablando de Groenlandia, como si estuviera pensando en una nueva época de expansionismo americano. El Gobierno panameño ya ha avanzado en ese tema, comenzaron una auditoría de la empresa china que controla esos dos puertos, hay una probabilidad de que Trump quede satisfecho con esas decisiones.
SEMANA: Sobre la gira que está haciendo el secretario de Estado, Marco Rubio, ¿qué significado tiene que, habiendo tantos conflictos, como el de Medio Oriente o Ucrania, el primer país que él visite sea Panamá?
B. W.: Este es el gobierno que más piensa en América Latina en los últimos 30 años. Donald Trump sabe que resolver sus preocupaciones principales, especialmente en el ámbito doméstico, dependen de la política hacia la región, es decir, hacia la migración, al tráfico de drogas, pero también de reducir la dependencia de China.
Así que la visita del secretario de Estado refleja esa preocupación. Con esta visita, el secretario Rubio trata de construir alianzas y trata de seducir a las administraciones.