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El papa Francisco reza por el grave terremoto de Birmania y las cientos de víctimas
Ante la terrible emergencia que se está viviendo en Asia, el pontífice ofreció sus oraciones para todas las personas afectadas.

Luego de su hospitalización que duró cinco semanas, el papa Francisco ofreció oraciones para la gran cantidad de personas que se vieron fuertemente afectadas por el desastre natural en el sudeste asiático. “El Papa ha sido informado del desastre en Birmania y está rezando por la dramática situación y por las numerosas víctimas, también en Tailandia”, aseguró el Vaticano.
Las imágenes han demostrado una destrucción masiva de la segunda ciudad más grande de Birmania -un país sumido en una guerra civil-, Mandalay. El terremoto, que tuvo una magnitud de 7,7, también alcanzó territorio del país vecino: Tailandia, donde hubo decenas de destrucciones y derrumbes de edificios.

Hasta el momento, se ha informado sobre la desaparición de al menos 90 personas en los escombros de una construcción de una edificación de 30 pisos, además de cientos de fallecimientos en ambos países. Los videos de los habitantes, que compartieron por redes sociales, dan cuenta de las graves consecuencias: calles con profundas grietas, edificios y casas completamente destruidos.
El desastre se produjo cerca de la 1 de la tarde (hora local) y vino acompañado de fuertes réplicas que sumaron las devastaciones en las principales ciudades. Ante la situación, Birmania declaró estado de emergencia en seis regiones y pidió una inusual ayuda internacional para atender la emergencia.
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Cientos de personas heridas han llegado a un hospital de Naypyidaw, la capital de Birmania, para recibir atención médica. La junta militar gobernante del país aseguró que esta ciudad ha sido la más devastada luego del intenso terremoto. Las inmediaciones de la institución médica se han convertido en una zona que aglomera una multitud de pacientes, que han sido atendidos en las calles, según confirmó un funcionario a la agencia AFP.
Por su parte, el papa Francisco, que fue dado de alta el pasado domingo, luego de padecer largas semanas unas complicaciones respiratorias en el Hospital Gemelli de Italia, continúa recibiendo fisioterapia y terapia respiratoria, además de un tratamiento para combatir una infección en las vías respiratorias.

Ese día que salió de la clínica, apareció en el balcón para saludar a los fieles, quienes lo notaron débil y frágil. Posteriormente fue traslado en una camioneta a la Santa Sede, mientras tenía cánulas nasales para recibir oxígeno suplementario.
Según informaciones del Vaticano, el pontífice recibe oxígeno las 24 horas del día, con suministro de alta presión por tubos nasales durante las noches. Desde su vuelta a su residencia, en la Domus Santa Marta, no ha recibido visitas externas y continúa rodeado de un equipo médico. Esta semana se ha dedicado a descansar, a la oración y a continuar con algunas de sus labores como líder de la iglesia.