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“El agua llegó a su límite en el planeta”: representante del Pnud comparte alarmantes cifras y asegura que “Colombia todavía está a tiempo”

La española Sara Ferrer es la representante residente del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) en Colombia. Advierte las consecuencias de la degradación ambiental y la crisis hídrica. “Colombia todavía está a tiempo”.

Cristina Castro

Cristina Castro

Editora General

22 de marzo de 2025, 7:13 a. m.
“Hay una mayor frecuencia de sequías e inundaciones. En los últimos años, se han visto sequías muy prolongadas en Los Ángeles, en Alicante, en Ciudad de México, en Melbourne, en Roma, en Chennai, en Ciudad del Cabo. Y, por supuesto, lo que ha vivido Bogotá”.
“Hay una mayor frecuencia de sequías e inundaciones. En los últimos años, se han visto sequías muy prolongadas en Los Ángeles, en Alicante, en Ciudad de México, en Melbourne, en Roma, en Chennai, en Ciudad del Cabo. Y, por supuesto, lo que ha vivido Bogotá”, asegura Sara Ferrer. | Foto: HELEN RAMÍREZ-semana

SEMANA: Desde el PNUD han alertado sobre la crisis que se vive en términos de agua en el mundo. ¿Cuál es esa realidad?

Sara Ferrer: Las Naciones Unidas hace décadas están dando alertas. Hoy, los científicos del Instituto de Estocolmo han puesto sobre la mesa y hay un consenso global sobre el hecho de que se han traspasado seis de los nueve límites planetarios, y uno de ellos es el del agua.

SEMANA: ¿Qué es un límite planetario?

S.F.: Es una frontera invisible que muestra que la vida, como la conocemos, ya no será vivida de la misma manera. Por ejemplo, se ha cruzado el límite de la integridad de la biodiversidad. Se han perdido muchas especies en el mundo y bosques que son los que alimentan la vida en el planeta. Se ha cruzado el límite del cambio climático y, como vemos hoy, sus eventos son más extremos y duraderos.

Lo que alertamos es que también se ha pasado el límite del agua. Estamos usando más agua de la capacidad que tiene el planeta para producirla. Entonces, la capacidad de recuperación de este planeta para habilitar la vida humana es la que está teniendo más dificultades. Hoy, solo una de cuatro personas tiene acceso a agua potable.

SEMANA: ¿Qué quiere decir eso?

S.F.: Que las condiciones se están acentuando para que existan grandes dificultades para tener agua potable. Esa agua es necesaria para el consumo, pero también para los sistemas agrícolas. Hoy hay 800 millones de personas en el mundo con una situación de agua crítica. La falta de agua está acelerando el desplazamiento por condiciones de hábitat. No solo por los fenómenos extremos, sino porque hay lugares en donde ya no es posible la vida.

Las sequías son un fenómeno que ha estado ocurriendo a nivel global durante años. | Foto: afp

SEMANA: ¿Cuáles son las alertas para el agua?

S.F.: Nosotros hablamos de la seguridad del agua. En un país como Colombia hay muchísima agua. De hecho, es el sexto país del mundo con más recursos hídricos. ¿Por qué escasea entonces? Porque esa agua no se distribuye de la mejor manera, y donde uno necesita agua, por ejemplo, no la hay. Bogotá, por ejemplo, sufre una escasez hídrica. En las cuencas hídricas del centro del país, donde están los principales asentamientos humanos, el caudal del agua se está afectando porque la variabilidad climática y la frecuencia de las lluvias están cambiando. Pero esto no es exclusivo de Colombia. Estos cambios climáticos están afectando al mundo.

SEMANA: ¿De qué manera?

S.F.: Hay una mayor frecuencia de sequías e inundaciones. En los últimos años, se han visto sequías muy prolongadas en Los Ángeles, en Alicante, en Ciudad de México, en Melbourne, en Roma, en Chennai, en Ciudad del Cabo. Y, por supuesto, lo que ha vivido Bogotá, que los ha llevado al racionamiento.

El planeta está enfrentando un gran reto en cuanto a la escasez de agua. | Foto: león darío peláez-semana

SEMANA: Las sequías son tan antiguas como la civilización.

S.F.: Sí, claro. Siempre ha habido inundaciones y siempre ha habido sequías. Pero lo que vemos hoy es una mayor frecuencia y una mayor intensidad. Son eventos climáticos extremos y de mayor duración. Los países, por su parte, invierten cuantiosos recursos en recuperarse, pero pocas veces en prepararse para lo que viene. Entonces, de alguna manera, la resiliencia a este cambio climático es la que tenemos que trabajar.

SEMANA: Bogotá, como usted dice, vive una situación inédita. ¿Los racionamientos son normales en el mundo?

S.F.: Me sorprendió mucho cuando llegué a Colombia que existiera escasez de agua. Pero entendí que el sistema de producción de agua es muy delicado, entonces aquí se pregunta: “¿Está lloviendo allá arriba?”. Y allá arriba es Chingaza. En el mundo, claro que hay muchas ciudades que tienen racionamientos y otras ciudades que ya viven en condiciones de escasez de agua. Viví en Amán, en Jordania. Allá el racionamiento no es un día cada diez días, sino que el servicio de agua solo está disponible un día por semana. Ese día hay que guardar el agua de la semana. Y muchas veces, ni siquiera ese día que está dispuesto, va un carrotanque. ¿De dónde sale esa agua? De los acuíferos, pero estos también están sobreexplotados.

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Bogotá está a punto de cumplir un año de racionamiento de agua debido a la sequía en los embalses. | Foto: Getty Images/iStockphoto

SEMANA: ¿Cómo se vive en medio de tanta escasez?

S.F.: La población es muy consciente de eso. Pero como ustedes saben, hace unos diez años estalló la crisis de refugiados que huían de la guerra de Siria, un país con buenas fuentes hídricas. A Jordania llegaron 1,3 millones de refugiados sirios y los ubicaron en campos de refugiados en el norte, que es un desierto. Ellos no sabían cómo convivir con la escasez de agua. Lo cuento solo a manera de ejemplo, porque viví allí cinco años, pero para poner en evidencia que el agua es un tema controversial en muchas partes del mundo.

Entonces, creo que lo de Bogotá sí ha sido grave, pero también es la gran oportunidad para tomar conciencia del valor tan importante que tienen los ecosistemas colombianos. Aparte de ser el sexto país del mundo con más recursos hídricos, también es el único país del mundo que cuenta con el 50 por ciento de páramos. Eso es un dato muy especial porque el páramo es un ecosistema superfrágil, pero muy rico en la producción de agua. ¿Y por qué? Porque está relacionado con el Amazonas.

SEMANA: Técnicamente, ¿cuál es la importancia del Amazonas, que todo el mundo quiere proteger?

S.F.: El Amazonas alimenta el circuito del agua del mundo. Comprende el 44 por ciento del área terrestre de América del Sur. Comparten este ecosistema ocho países: Perú, Bolivia, Brasil, Colombia, Ecuador, Guyana, Surinam y Venezuela. No es proteger el bosque por proteger el bosque. Es saber que un solo árbol allí puede producir al día 1.000 litros de agua. Los bosques están desapareciendo en todo el mundo. En la Amazonía todavía queda un gran reservorio. La voluntad es preservarlo, porque la Amazonía es vida para Colombia, es vida para el mundo.

Tenga en cuenta  algunos consejos que le permitirán disfrutar de su estadía en el Amazonas
Amazonas en una de las fuentes más importantes de agua en el planeta. | Foto: Captura de pantalla Google Maps

SEMANA: ¿Qué amenazas se ciernen sobre el Amazonas?

S.F.: Principalmente, la acción humana. Todas las amenazas contra el Amazonas, son amenazas contra el agua. Hay altas tasas de deforestación no solo en el lado de Colombia, sino también en el lado de Brasil. ¿Por qué sucede? Porque hay una presión para cultivar, para la ganadería. Y vale la pena preguntarse si esas actividades no pueden hacerse de manera sostenible. La consecuencia de no hacerlo es que se están mermando las conexiones que tiene este bosque. En Colombia, conocí la historia del jaguar, un animal que no solo representa la salud del sistema amazónico, sino también la tradición cultural de sus pueblos. Saber que el jaguar se puede mover desde Centroamérica hasta la Patagonia es fascinante. Pero solo lo puede hacer si hay conexiones, a través de la Amazonía.

SEMANA: Hoy la discusión sobre el agua es muy política. ¿Le hace daño al debate?

S.F.: Uno lo puede mirar de muchas maneras, pero el agua es fundamental para la vida. Ha sido fuente de civilización a lo largo de muchos años. Donde hay agua, ha habido asentamientos urbanos. Yo pensaría que el tema del agua no debería tener color. No es de izquierda, ni de derecha. El agua es un medio de vida fundamental y es un recurso finito que, si no se cuida, realmente nos pone en una situación muy vulnerable. También es el motor de desarrollo humano y, por supuesto, sin agua no hay sistema productivo en ningún país del mundo. Si no lo entendemos de esta forma integral, realmente nos estamos poniendo en una posición muy vulnerable y de extinción.

SEMANA: ¿Por qué el PNUD comenzó a liderar esta discusión en Colombia?

S.F.: Al PNUD lo que más le preocupa es el desarrollo humano, que es la posibilidad que tengan las personas de elegir vidas plenas, ricas y en libertad. Para vivir una vida así, tenemos un índice en el que vemos tres cosas: el ingreso, la educación y la salud. El agua es un motor de desarrollo humano, es un motor de medios de vida. Permite vidas saludables, pero también crear economías sólidas. Entonces, para nosotros, el agua no es un bien en abstracto. En el mundo hay países que han logrado este equilibrio entre alto desarrollo humano y, al mismo tiempo, un uso sostenible de los recursos. Países como Finlandia, Suecia, Noruega, pero ningún país está en el ideal de sostenibilidad. Colombia todavía está a tiempo de tomar decisiones que no degraden más ecosistemas estratégicos para el país.

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