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Conmoción en Nepal por príncipe de Baréin que llegó con 2.000 vacunas de covid-19 para poder escalar el Everest
El país investiga al jeque Mohamad Hamad Mohamad Al Jalifa, que llevó las vacunas para donarlas a una aldea.
Nepal está investigando cómo un príncipe de Baréin, que quiere escalar el Everest, llegó al país con 2.000 dosis de vacunas contra el coronavirus sin la aprobación oficial, según las autoridades.
El jeque Mohamad Hamad Mohamad Al Jalifa, que llegó a Katmandú el lunes, tenía la intención de donar las dosis de la vacuna de AstraZeneca a una aldea, según la embajada de Nepal en Baréin.
Las dosis de vacunas “entraron sin seguir el procedimiento necesario y sin la aprobación previa de nuestra oficina, estamos investigando y decidiremos si se pueden utilizar”, dijo el miércoles a la AFP Santosh KC, portavoz del departamento de administración de medicamentos.
El príncipe y su equipo, que incluye a miembros de la guardia real bareiní, volvían a Nepal, donde en octubre ya habían escalado dos picos del Himalaya, el Manaslu (8.163 m), el octavo más alto del mundo, y el Lobuche (6.119 m).
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Las autoridades concedieron entonces un permiso especial al jeque y su grupo para entrar en el país, a pesar del cierre de las fronteras por la pandemia de coronavirus.
Nepal ha abierto sus fronteras a los escaladores, y el príncipe y su equipo fueron entre los primeros en llegar.
Los sherpas se preparan
Los “icefall doctors” de Nepal, experimentados sherpas, se preparan para trazar un itinerario seguro para los alpinistas extranjeros que esperan recibir en el Everest, tras el desastre de la última temporada turística, destrozada por la pandemia de covid-19.
Cada primavera, estos veteranos sherpas son los primeros en llegar al techo del mundo (8.848,86 m) para abrir un circuito seguro, apartado de las vertiginosas grietas y a través del hielo, en constante cambio, como la peligrosa cascada de hielo del glaciar de Khumbu.
“Un equipo de ocho hombres (...) llegó al campamento base del Everest, donde se está preparando”, declaró a la AFP Nishan Shrestha, del Comité de Control de la Contaminación de Sagarmatha, que dirige la organización del circuito.
El año pasado, la pandemia de coronavirus se declaró justo antes de la temporada alta de alpinismo y obligó a Nepal a cerrar sus fronteras.
La ausencia de excursionistas y escaladores extranjeros ha pasado factura a la economía de este país pobre, donde el turismo representa el 8% del PIB y genera más de un millón de empleos, según el World Travel and Tourism Council.
Pero este año, el país ha reabierto sus fronteras y aunque los extranjeros tengan que cumplir una cuarentena de siete días y presentar un test negativo de covid-19 antes de ir de expedición, la situación parece aclararse.
“Ahora está mucho mejor. No creo que el Everest vea tantos alpinistas como en 2019, pero nos vamos acercando”, declaró Mira Acharya, una responsable del departamento de Turismo, que entrega los permisos a quienes quieren ascender al pico.
El lado tibetano del Everest, en cambio, continúa cerrado a los extranjeros este año, algo de lo que Nepal podría beneficiarse.
Nepal comenzó su campaña de vacunación en enero, tras recibir un millón de dosis de vacunas de AstraZeneca procedentes de India.
*Con información de AFP.