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Cierre de gobierno en Estados Unidos: qué significa el ‘shutdown’ y cómo impacta
Con dicha medida, se espera que cientos de miles de trabajadores gubernamentales serán puestos en licencia sin goce de sueldo.


El gobierno federal de Estados Unidos entró en estado de shutdown o de cierre el 1 de octubre de 2025, luego de que el Congreso no consiguiera aprobar a tiempo la financiación del presidente Donald Trump necesaria para sostener las operaciones del Ejecutivo. Este fenómeno, relativamente frecuente en la política estadounidense, implica la suspensión parcial de muchas funciones públicas, hasta tanto se resuelva el impasse legislativo.
Un shutdown ocurre cuando el Congreso no logra aprobar los 12 proyectos de ley de apropiaciones que financian las agencias federales para el nuevo año fiscal, o cuando no se promulga una resolución temporal que prorroga esos fondos. Al producirse esa falta de financiamiento, las agencias deben cerrar o reducir sus operaciones no esenciales mientras los servicios considerados “esenciales” continúan aunque sin pago inmediato.
En este ciclo presupuestario, la Cámara de Representantes aprobó una resolución temporal hasta el 21 de noviembre, pero el Senado la rechazó, bloqueando el camino para evitar el cierre. Durante el cierre de gobierno, algunas agencias deberán cesar actividades o dejar de emitir servicios no urgentes.
Cientos de miles de trabajadores gubernamentales serán puestos en licencia sin goce de sueldo. En agencias de salud federales, por ejemplo, se prevé que hasta el 41 % del personal del Departamento de Salud y Servicios Humanos quede fuera de servicio.

La Administración Federal de Aviación (FAA) preparó recortes: se espera que más de 11.000 empleados sean suspendidos, aunque los controladores del tráfico aéreo y agentes de seguridad seguirán trabajando sin pago inmediato.
Las aerolíneas ya advierten que esto podría ralentizar vuelos y provocar inconvenientes para pasajeros. Por otro lado, servicios como Medicare, Medicaid y la Seguridad Social continúan operando, pues se consideran gastos obligatorios y no dependen del presupuesto anual aprobado por el Congreso.
Un shutdown genera repercusiones tanto para el gobierno como para la ciudadanía. El reporte del Congressional Budget Office proyecta que cientos de miles de trabajadores podrían ser suspendidos y recibir pagos retrasados.
Las interrupciones pueden afectar préstamos federales, ayudas sociales, revisión de permisos, procesos regulatorios y la investigación científica. Muchos pacientes, proyectos universitarios y actividades médicas sensibles podrían verse frenados.
Además, agencias federales sitas en salud pública, como los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC), tendrán gran parte de su plantilla fuera, lo que afecta la comunicación de riesgos sanitarios.

Este cierre de gobierno difiere de otros por su énfasis en posibles despidos permanentes. Un memorando de la Oficina de Administración y Presupuesto (OMB) solicita que las agencias preparen planes de Reduction in Force para programas no alineados con las prioridades presidenciales si no se aprueban los fondos.
Este enfoque endurece las consecuencias del cierre y presiona a los legisladores. El estancamiento tiene raíces políticas. Los demócratas condicionaron su apoyo a la extensión presupuestaria con la restauración de subsidios del seguro de salud (ACA) y correcciones a recortes recientes en programas sociales.
Mientras tanto, los republicanos exigían financiamiento limpio sin añadidos sociales. El Senado no alcanzó los votos necesarios para debatir la propuesta de financiamiento, y el proyecto fue bloqueado en una votación 55–45.
Hasta que el Congreso apruebe una nueva ley de financiamiento o una resolución temporal con concesiones, el gobierno permanecerá parcialmente cerrado. Las agencias esperan instrucciones del OMB para manejar recursos disponibles.