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A vísperas de las elecciones presidenciales en Ecuador, el país se preocupa por la seguridad, afectada por el narcotráfico
El presidente de Ecuador, Daniel Noboa, y la opositora Luisa González, cercana al exmandatario socialista Rafael Correa, se medirán el domingo.
Ubicado en el Pacífico y con una economía dolarizada, Ecuador se convirtió en una apetecida ruta para el tráfico de droga y un centro de acopio del contrabando disputado por organizaciones enfrentadas a muerte.
La creciente violencia renovó las preocupaciones, en un país que hasta hace unos años era un oasis entre Colombia y Perú, los mayores productores de cocaína.
“El primer problema en el que piensan los ecuatorianos es la seguridad, seguido del tema económico”, le dice a la AFP la politóloga Tatiana Quinga.
Actualmente, los ecuatorianos resienten los estragos de un estado endeudado —casi 50.000 millones de dólares, 40 % del PIB— con una pobreza de 28 % y enfocado en financiar la costosa guerra contra el narcotráfico.
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Desde el 2023, más de 30 políticos fueron asesinados, incluyendo al candidato a la presidencia Fernando Villavicencio, al salir de un mitin en Quito a días de la primera vuelta de las elecciones de ese año.
El pasado 3 de enero, el presidente Noboa decretó un nuevo estado de excepción, una medida que ya había tomado desde el año pasado para mitigar la inseguridad en el país.
Desde el 9 de enero del 2024, Ecuador viva bajo una declaratoria de “conflicto armado interno” por su tasa de 46 homicidios por cada 100 mil habitantes".
Los primeros días de la medida declarada por Noboa se presentaron atentados, sicariatos, el secuestro de 200 funcionarios y guías carcelarios en siete prisiones que fueron controladas por organizaciones criminales. Además de un asalto a un canal de televisión que estaba en una transmisión en vivo.
Organismos de derechos humanos denuncian que detrás de su plan de seguridad hay abusos. Cuatro niños fueron asesinados y calcinados en Guayaquil tras un operativo militar a finales del año pasado, cuando fueron retenidos por una patrulla de 16 militares. El caso sigue en investigación.
La intención de voto la lideran Noboa, del partido ADN, y Luisa González, del movimiento Revolución Ciudadana y seguidora del exgobernante socialista Rafael Correa, quien estuvo en el poder desde 2007 al 2017.
Entre los 16 candidatos predominan las propuestas encaminadas a apaciguar la inseguridad y el conflicto de la nación.
La mayoría de encuestas no anticipa una definitiva en primera vuelta y señala que habría que esperar hasta el 13 de abril para conocer al futuro gobernante —que liderará desde este 2025 hasta el 2029—. Los ecuatorianos ejercerán el voto obligatorio el domingo para elegir un binomio presidencial, 151 asambleístas y cinco parlamentarios andinos.
En el poder desde noviembre de 2023, el actual presidente apuesta por la reelección. Noboa ganó los comicios extraordinarios anteriores para completar hasta mayo el período de Guillermo Lasso, quien disolvió el Congreso y llamó a elecciones anticipadas para evitar que este lo destituyera tras un juicio político por corrupción.
Noboa también enfrentó una crisis diplomática con México por ordenar una incursión armada en su embajada para detener al asilado exvicepresidente de Correa Jorge Glas, así como una inédita sequía que derivó en apagones de hasta 14 horas diarias. Su gobierno estuvo marcado por una mala relación con el Legislativo y con su vicepresidenta Verónica Abad, que debió marcharse tras ser enviada por Noboa como embajadora a Israel y luego a Turquía.
Abad acusa a Noboa de violencia de género tras sus intentos de suspenderla del cargo y él dice que fue un “error” escogerla como dupla.
Con información de AFP.