Impacto social

Solidaridad por Colombia: una fundación que construye futuro desde la primera infancia

Desde hace 50 años, la Fundación acompaña a niños, jóvenes y familias en situación de vulnerabilidad. Su modelo de atención integral promueve el desarrollo desde la primera infancia hasta la educación superior.

6 de agosto de 2025, 6:33 p. m.
Una historia de vida transformada por la Fundación Solidaridad por Colombia
“A través del arte, los niños aprenden a expresar lo que sienten, a pensar de manera crítica y a construir su propia voz frente a la vida”, explica Hoyos. | Foto: SEMANA

Durante cinco décadas, la Fundación Solidaridad por Colombia ha sido un referente en transformación social a través de un modelo de atención integral que acompaña a la niñez, juventud y familias en situación de vulnerabilidad desde la primera infancia hasta la vida profesional. Gracias a este enfoque, más de 50.000 personas han sido beneficiadas en distintas regiones del país.

“Solidaridad por Colombia es una organización sin ánimo de lucro que lleva 50 años trabajando por el desarrollo social en Colombia. Es una de las fundaciones más antiguas de América Latina”, afirma María Carolina Hoyos Turbay, presidenta de la Fundación. La historia de Danna, una de sus beneficiarias, ilustra la profundidad del impacto: a los ocho meses ingresó al jardín infantil de la Fundación en Bogotá, lo que permitió a su mamá -una vendedora de frutas y madre soltera- retomar su trabajo mientras su hija recibía atención de calidad.

“Danna ingresó a nuestro programa de primera infancia, donde más de 15 mil niños han sido beneficiarios”, señala Hoyos. Esta etapa marca el inicio de un acompañamiento que no se detiene. Cuando cumplió 6 años, ingresó a Semillitas Solidarias, un programa que potencia el pensamiento crítico, la resolución de conflictos y la formación en valores a través del arte y el juego.

“Lo que buscamos es que a través del arte, los niños aprendan a tener conceptos críticos sobre la vida, posiciones claras y aprendan a resolver conflictos”, explica Hoyos.

Con la adolescencia, llegó una nueva etapa en el proceso formativo de Danna, desde el programa Jóvenes Solidarios, una escuela de ciudadanía global y liderazgo social que ha impactado a más de 35.000 adolescentes en distintos departamentos del país. “Cuando ella tenía 12 años entró a este programa, que es el más antiguo de la Fundación. Allí los jóvenes descubren su rol en la sociedad y aprenden a liderar desde la empatía y la acción”, destaca.

Hoy, Danna tiene 17 años y cursa estudios universitarios gracias al programa de becas Diana Turbay, una iniciativa que ha permitido que más de 2.000 jóvenes accedan a formación técnica, tecnológica y profesional. “Nos enorgullece saber que hoy muchos de nuestros beneficiarios ya son profesionales que están aportando a sus comunidades”, afirma Hoyos.

Pero la transformación no es completa si no impacta a las familias, por ello, se creó la Red de Familias Solidarias que ha formado a más de 6.000 padres, madres y cuidadores en habilidades parentales, crianza amorosa y fortalecimiento del entorno familiar. “Hemos entendido que para transformar la vida de un niño o un joven, también debemos trabajar con su familia. Sin familias fortalecidas, no hay transformación posible. Ellas son el corazón de todo lo que hacemos”, enfatizó la vocera.

Más allá de las cifras, lo que la Fundación ha logrado durante medio siglo es generar oportunidades reales donde antes solo había carencias. “Hay niñas que dejaron de ser cuidadoras para convertirse en estudiantes. Adolescentes que ya no repiten ciclos de violencia. Madres que hoy caminan con la frente en alto. Ese es el tipo de cambio que realmente nos guía”, subraya.

El modelo intergeneracional de Solidaridad por Colombia ha sido replicado con éxito en distintas regiones, pero el reto continúa. “Miles de niños y jóvenes aún esperan una oportunidad, y quisiéramos hacer más, pero los recursos disponibles no siempre nos permiten llegar tan lejos como quisiéramos. Pero, seguiremos buscando más manos, más recursos y más aliados para seguir transformando vidas”, concluye Hoyos.