Opinión
Sanemos las heridas, todos somos caucanos: el llamado del Gobernador del Cauca para este fin de año
Octavio Guzmán comparte un mensaje de reconciliación. El 2024 no ha sido fácil para el departamento y por eso durante estas fiestas decembrinas quiere invitar a todos los colombianos a expresar más amor, gratitud y alegría.
En este fin de año, mientras el calendario nos invita a cerrar un capítulo y abrir otro lleno de esperanza, quiero hablarles desde lo más profundo de mi corazón. Este es un momento especial, una oportunidad para reflexionar sobre lo que hemos vivido, para unirnos como pueblo y para reencontrarnos con los valores y principios que nos hacen grandes como caucanos. Este es un llamado a mirar más allá de nuestras diferencias, a abrazar nuestras raíces y a construir juntos un futuro de paz y solidaridad.
El Cauca es una tierra de diversidad y riqueza cultural incomparables. Somos un mosaico de tradiciones, lenguas y creencias que coexisten en un paisaje que nos llena de orgullo. Desde las danzas ancestrales que honran nuestra herencia indígena, pasando por los cantos afrodescendientes que resuenan con fuerza en nuestras comunidades, hasta las manifestaciones de fe que unen corazones en cada rincón de nuestro territorio. Cada expresión cultural cuenta una historia, nuestra historia. Este fin de año es el momento perfecto para recordar que estas diferencias nos enriquecen y nos fortalecen como pueblos hermanos.
Quiero hacer un llamado especial a la familia en todas sus formas y expresiones de inclusión, el primer espacio donde aprendemos a amar, a compartir y a respetar. En un mundo que parece estar lleno de prisa y desconexión, regresemos al calor del hogar y de la comunidad, de los amigos, los vecinos, los compadres y comadres, el calor que solo el afecto sincero siempre otorgará. Volvamos a las charlas alrededor de la mesa, a los abrazos sinceros y a las palabras que consuelan. En este tiempo de celebración, hagamos de nuestros entornos refugios de amor y respeto, donde las nuevas generaciones puedan aprender el valor de la unidad y el servicio a los demás.
Este año nos ha puesto a prueba, como siempre lo hacen los desafíos. Pero también nos ha dado la oportunidad de crecer, aprender y cambiar. La reconciliación no es solo una palabra bonita; es un acto de valentía. Reconciliarnos significa tender la mano, incluso cuando cueste. Significa mirar al otro con respeto, reconociendo que todos llevamos nuestras propias luchas. Que este fin de año sea un tiempo para sanar heridas, tanto en nuestras relaciones personales como en nuestra comunidad. Cada pequeño gesto de reconciliación es un ladrillo más en la construcción de una sociedad justa, en equidad y en prosperidad.
Lo más leído
No puedo dejar de resaltar el espíritu solidario que caracteriza al pueblo caucano. En nuestras comunidades siempre hay manos dispuestas a ayudar y corazones listos para acoger al necesitado. En estas fechas, cuando muchos enfrentan carencias y dificultades, les invito a que hagamos un esfuerzo extra por compartir con quienes más lo necesitan. No se trata solo de dar cosas materiales; una sonrisa, una palabra amable o un rato de compañía pueden ser el regalo más valioso. Recordemos que el verdadero espíritu de esta época no está en lo que compramos, sino en lo que damos de corazón.
El amor y el afecto son fuerzas poderosas que pueden transformar vidas. Este fin de año, permitámonos expresar más amor, más gratitud y más alegría. Abrazar al otro no es solo un acto físico, es un mensaje: “te veo, te respeto, te valoro”. En un mundo que a veces parece estar dividido, abracemos más y juzguemos menos. Dejemos que el espíritu de estas fechas nos llene de humildad y nos impulse a ser mejores personas.
Finalmente, quiero recordarles algo esencial: somos caucanos. Somos un pueblo que ha enfrentado adversidades con valentía, que ha cantado sus alegrías y que ha encontrado maneras de levantarse incluso en los momentos más oscuros. Ser caucano es un orgullo y también una responsabilidad. Es cuidar nuestra tierra, nuestras tradiciones y nuestras relaciones. Es trabajar juntos por un Cauca más justo, más unido y más pacífico.
Así que, en este fin de año, los invito a que celebremos con alegría y gratitud. Reflexionemos sobre el año que termina, celebremos nuestros logros y aprendamos de nuestras dificultades. Y, sobre todo, comprometámonos a hacer del próximo año un tiempo de esperanza, unidad y trabajo conjunto. Construyamos el Cauca que sueñan nuestros hijos y honremos el legado de quienes caminaron antes que nosotros.
Que el amor, la paz y la solidaridad llenen cada rincón de nuestro departamento. Que cada familia caucana encuentre en este fin de año una razón para sonreír y un motivo para seguir adelante. Y que, juntos, sigamos escribiendo una historia de la que todos podamos sentirnos orgullosos.
*Gobernador del Cauca