Especial Bolívar y Cartagena

Palenque: esta es la ruta secreta del primer pueblo libre de América

A solo 50 kilómetros de Cartagena, San Basilio de Palenque esconde una ruta turística que incluye la historia de la liberación cimarrona, expresiones culturales y una gastronomía única. Un viaje fascinante para reencontrarse con la historia.

31 de marzo de 2025, 1:10 p. m.
Palenque - Mejor Colombia
La música es el eje transversal del quehacer palenquero. | Foto: León Darío Peláez

La sangre de Neudis Marimón es auténtica sangre palenquera. Este hombre conoce todos los rincones de San Basilio de Palenque (Bolívar) y por eso reivindica su historia, la del primer pueblo negro libre de América, con fervor y sin equívocos. Hace algunos años fundó una asociación de turismo comunitario e hizo la promesa de inmortalizar el legado de Benkos Biohó, fundador del pueblo: la lucha cimarrona. Esa es su alegría.

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San Basilio de Palenque fue proclamado en 2005 como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad por la Unesco. | Foto: César David Martínez

“El término ‘palenque’ se refiere a un lugar poblado por cimarrones, pero para nosotros es sinónimo de lucha, resistencia y libertad. A través del turismo comunitario buscamos conectar a los visitantes con nuestro origen y mostrarles la riqueza cultural que nos precede”, aseguró Marimón, director de Benkos Tour.

La experiencia inicia en la plaza principal, donde reposa el monumento más valioso de los palenqueros: el Biohó. Allí se relatan los elementos más importantes para la libertad de sus ancestros. “En el peinado se tejían rutas de escape y se guardaban las semillas que los cimarrones sembraban en el palenque. También se usaba el tambor como medio de comunicación”, explicó.

A solo 53 kilómetros de Cartagena y con menos de 5.000 habitantes, San Basilio de Palenque fue proclamado en 2005 como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad por la Unesco. Sus calles, que parecen detenidas en el tiempo, esconden lugares como la Casa Tradicional de Masu, la Casa Museo Musical de Kombilesa Mí o los murales de lengua vernácula.

“En la Casa Masu les mostramos a los visitantes cómo vivían los ancestros y cuáles eran los componentes de una casa tradicional. También los llevamos hasta los patios medicinales y la casa de Kombilesa Mi, el grupo musical de la comunidad. Ellos fortalecen nuestra lengua a través de la música”, apuntó el gestor.

En Palenque la música es imparable: los ritmos tradicionales –el son de negro, el bullerengue– acompañan siempre a los palenqueros. “La música es el eje transversal del quehacer palenquero: está en la cocina, en el campo o en los funerales. Incluso hacemos turismo con música e invitamos a los turistas a bailar”, aseguró Marimón.

El recorrido continúa en las calles, donde los artistas pintan las paredes para inmortalizar la lengua. Son recordatorios llamativos. Frases como “Suto atá jarocho agué pokke smiling a sendá merisina suto”, que en español traduciría “Estamos felices hoy, porque sonriendo somos medicina”.

Luego, los turistas visitan el monumento de Kid Pambelé, quien en 1973 fue campeón mundial de boxeo. Este deporte, que además les ofrece oportunidades a los jóvenes, se consagró como una insignia del territorio. “El boxeo es nuestro orgullo y por eso los turistas pueden tener clases”, dijo Marimón.

La ruta culmina con platos hechos en fogón al bijao, para que los visitantes degusten los mejores sabores de Palenque. “Nuestra cocina está asociada a la energía, la sazón. Hay platos como el arroz con bleo, una planta silvestre que nace en los montes y que sirve mucho de acompañamiento. Eso sí: el paso a paso me lo reservo”, concluyó.

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