Movilidad
Metro de Bogotá: así transformará la movilidad de la ciudad
Una vez finalizada la Línea 1 del Metro de Bogotá, que hoy tiene un avance del 64,85 por ciento, la vida de millones de habitantes cambiará gracias a que se acortarán los tiempos de desplazamiento. Más allá de un sistema de transporte, será un catalizador de progreso para todos.
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Bogotá, una ciudad de contrastes y movimiento constante, está a las puertas de un cambio histórico. La construcción de la primera línea del Metro no solo representa un hito en infraestructura, sino una transformación profunda en la forma en que los bogotanos viven, se mueven y se relacionan.
Este proyecto, que conectará nueve localidades con 16 estaciones, es una apuesta por devolverles el tiempo a las personas, mejorar su calidad de vida y construir una ciudad más equitativa, sostenible y conectada.
Con un avance del 64,85 por ciento se espera que antes de finalizar 2025 lleguen los primeros cuatro trenes, cada uno con seis vagones. Para octubre de 2026, la flota completa de 30 trenes estará operativa, lista para revolucionar la movilidad urbana.

El principal impacto del Metro se traduce en menos tiempo de desplazamiento y más oportunidades para la familia, el estudio, el trabajo o el descanso. Un trayecto entre Bosa y Chapinero, que hoy puede tomar hasta dos horas en medio del tráfico, se reducirá a 27 minutos entre el Portal Américas y la calle 72. Este ahorro es significativo en una ciudad donde el transporte consume gran parte del día.
El sistema está diseñado para movilizar 72.000 pasajeros por hora en cada sentido, lo que equivale a más de un millón de personas al día, aliviando la presión sobre otros medios como TransMilenio, con el que 10 de las 16 estaciones estarán integradas.
Además, el Distrito implementará un sistema interoperable de recaudo que permitirá pagar un solo pasaje para combinar diferentes modos de transporte en una ventana de tiempo, simplificando la experiencia del usuario y haciéndola más accesible.
El Metro no solo transformará la movilidad, también el paisaje urbano de Bogotá. Las 16 estaciones —Gibraltar, Portal Américas, Hospital de Kennedy, Av. Boyacá, Av. 68, Puente Aranda, Sena, Hospitales, Av. Jiménez, Calle 45, Calle 63, Calle 72 y cuatro aún sin nombre definido— serán puntos de anclaje para la renovación de las zonas circundantes. Se estima que el proyecto generará 1,34 millones de metros cuadrados de espacio público, creando áreas más amigables para los peatones y fomentando la convivencia. Estas estaciones actuarán como nodos de desarrollo, incentivando proyectos de uso mixto que combinen vivienda, comercio y espacios recreativos.

Este enfoque de desarrollo urbano integrado convertirá las áreas cercanas en polos de actividad económica y social, atrayendo inversión y mejorando la calidad del entorno. Además, la generación de 15.000 empleos durante la construcción y operación del Metro dinamizará la economía local, ofreciendo oportunidades a miles de familias.
Compromiso ambiental
El Metro de Bogotá también responde a los desafíos ambientales de la capital del país. Al operar con trenes eléctricos automatizados bajo el sistema GoA4, será eficiente y sostenible. Se proyecta un ahorro anual de 19 millones de galones de combustibles fósiles, equivalente al impacto ambiental de 12 parques Simón Bolívar. Esto reducirá las emisiones de gases de efecto invernadero y el ruido de los motores, promoviendo un futuro más limpio. La menor dependencia de vehículos privados y buses de combustión mejorará la calidad del aire, un problema crítico en una ciudad donde la contaminación afecta la salud de millones de personas.
Más allá de los beneficios prácticos, el Metro será un espacio de formación cívica y cultura ciudadana. La convivencia en los vagones, el respeto por las normas y la puntualidad se fomentarán de manera natural. Iniciativas como Recorriendo Nuestro Metro, Vagón Escuela, Vagón de los Sueños y talleres de movilidad sostenible, que han impactado a más de 40.000 niños y jóvenes, construyen un sentimiento de orgullo e inclusión, haciendo del Metro un símbolo de progreso compartido y un escenario para el ejercicio de los derechos ciudadanos.
La modernidad de todos sus trenes, controlados mediante el espectro radioeléctrico, garantizará intervalos cortos entre unidades, ofreciendo un servicio ágil y confiable alineado con los más altos estándares tecnológicos.
La primera línea del Metro conectará nueve localidades, desde las más densas y populosas hasta los centros económicos y culturales, facilitando el acceso a empleos, educación y servicios, y reduciendo las brechas de desigualdad. La integración con TransMilenio y el sistema de recaudo unificado hará el transporte más accesible, especialmente para quienes viven en las periferias. Además, el Metro contribuirá a reducir la accidentalidad vial, protegiendo vidas y aliviando la carga sobre los servicios de emergencia.
El Metro de Bogotá no es solo un medio de transporte; es un motor de cambio que devolverá tiempo a los ciudadanos, impulsará el desarrollo urbano, protegerá el medio ambiente y fortalecerá la cultura ciudadana. En cada estación y cada vagón se construirá una ciudad más conectada, equitativa y sostenible. Para los bogotanos, el Metro no es solo un destino, sino un viaje hacia una mejor calidad de vida.
