Industria farmacéutica
La fuerte experiencia personal que inspiró a esta farmacéutica a desarrollar productos para la piel: “Quiero dejar un legado”
Paola Monroy Moreno, gerencia una compañía que combina ciencia, resiliencia y nuevas soluciones para el bienestar de los pacientes.

Beryn Farmacéutica nació en 2020 en Panamá y este año aterrizó en Colombia con una apuesta clara: innovar en un sector golpeado por la escasez de medicamentos y la incertidumbre regulatoria. Al frente está Paola Monroy Moreno, gerente general para América Latina, quien convirtió una experiencia personal en el motor de un laboratorio que combina salud integral, accesibilidad y calidad; avanza en proyectos en oncología, cicatrización y bienestar; y busca posicionarse como referente regional.
¿Cómo nació Beryn Farmacéutica y cuáles fueron los principales retos durante sus primeros años?
PAOLA MONROY MORENO: Beryn Farmacéutica nace a raíz de dos episodios: un accidente personal en el que sufrí quemaduras en el 30 por ciento de mi cuerpo, y la pandemia, que nos obligó a adoptar una posición resiliente y a buscar alternativas. La compañía surge con valores de valentía, fortaleza, coraje y resiliencia, bajo un concepto de laboratorio farmacéutico y, al mismo tiempo, de distribución y logística para Centroamérica. Es decir, desde el inicio buscamos ofrecer soluciones farmacéuticas accesibles para los pacientes.
¿Cuál es hoy la dimensión de la compañía en Colombia y en la región?
P.M.M.: En Colombia comenzamos operaciones en marzo de 2025. Esperamos cerrar este año con más de 50 empleados y la venta de unas 15.000 unidades de nuestros productos de marca propia. Afuera, en los últimos cuatro años, hemos vendido más de 413.000 unidades de medicamentos y alimentos en Panamá, Costa Rica, México y El Salvador.
¿Qué significa para ustedes la innovación y cómo la aplican en el desarrollo de productos?
P.M.M.: Innovar es entender al paciente y sus necesidades reales para diseñar soluciones accesibles, tanto en alimentos como en medicamentos. Nos preocupa el aumento de enfermedades como la obesidad y la diabetes en la región. Por ejemplo, en Panamá el 13 por ciento de la población sufre de diabetes y obesidad; en Colombia, el 9,1 por ciento padece obesidad. En Beryn Farmacéutica sabemos que no basta con entregar un medicamento: tenemos la responsabilidad de educar al paciente y generar conciencia sobre hábitos que pueden prevenir estas patologías.
¿Qué impacto tienen estas soluciones en el bienestar de los pacientes?
P.M.M.: Trabajamos con varios aliados que nos garantizan productos de alta calidad y precios competitivos, entre ellos Fitobiocell, en Cali, y Smart, una empresa boyacense de Chiquinquirá especializada en productos de origen natural, que nos permite ofrecer opciones nutritivas que contribuyen a mejoras reales en la salud. Queremos que el paciente sienta la ventaja de una buena relación costo beneficio: bajo costo y buena su salud, porque en un contexto económico difícil como el de Colombia, es vital brindar alternativas que cuiden la economía del paciente sin sacrificar calidad.
¿Cuál es su diagnóstico sobre la disponibilidad de medicamentos e insumos en Colombia?
P.M.M.: El desabastecimiento es multicausal. En mi criterio, gran parte se debe al no pago oportuno de la UPC por parte del Gobierno a gestores y EPS. Esto ha llevado a la quiebra o liquidación de entidades, y el paciente termina siendo el más afectado. Hay que replantear el sistema y concertar soluciones, porque al final los más damnificados son los pacientes crónicos que no pueden suspender sus tratamientos. De todos modos, aunque el sistema de salud colombiano tiene fallas, sigue ofreciendo aportes que no se encuentran en otros países de la región, lo cual deberíamos valorar más.
¿Cómo percibe el marco regulatorio actual y qué ajustes considera necesarios?
P.M.M.: Hay temor de inversión en el sector. Nosotros decidimos apostar por Colombia, pero la última reforma tributaria dejó cargas muy altas para las empresas. Más allá de la producción, que podemos resolver con maquila en distintos países, el mayor obstáculo es el tema tributario. Creo que las compañías en Colombia pagan demasiado, y esto afecta a todos los sectores. Es necesario que el próximo gobierno replantee esta situación y escuche a las empresas.
¿Qué innovaciones y proyectos prepara Beryn para los próximos años?
P.M.M.: Estamos construyendo una planta de producción en Guayaquil, de 8.000 metros cuadrados, que fabricará inyectables estériles, cápsulas blandas, tabletas y jarabes. Además, desarrollamos un producto oncológico para cáncer de próstata. Así mismo, tenemos un proyecto muy personal: trabajar en una molécula que atenúe las cicatrices por quemaduras. Colombia es pionera en el manejo de pacientes quemados, y yo misma soy testimonio de ese tratamiento, pero falta investigación para mejorar su calidad de vida. Queremos ampliar esto a enfermedades de la piel como la epidermólisis bullosa. Esperamos lanzamientos entre 2027 y 2028.
Como fundadora, ¿qué legado quisiera dejar?
P.M.M.: Después de experiencias difíciles, uno debe aprovechar la oportunidad para dejar un legado de valentía, coraje y resiliencia. Nuestro eslogan es “Siempre es posible”: siempre es posible cumplir sueños, mejorar síntomas, elevar la calidad de vida. Ese es el legado que quiero dejar con Beryn, brindar soluciones accesibles que pongan al paciente en el centro y que lo hagan sentir que, aun en la adversidad, siempre hay una alternativa.
*Contenido elaborado con apoyo de Beryn Farmacéutica