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La empresa que le da una segunda oportunidad a las pospenadas en Quindío
Gloria Alzate, coach ontológica y fundadora de la compañía Divicentro Construcciones, explica cómo funciona el programa de pospenadas con el que su empresa ha logrado cambiarle la vida a muchas mujeres en el Quindío.
Uno de los grandes retos para la población pospenada tiene que ver con la empleabilidad tras salir de la cárcel, en su gran mayoría por la estigmatización que existe sobre las personas que, a pesar de haber cumplido sus condenas, tienen serias dificultades para su inclusión en el mercado laboral. Precisamente por esa razón, la compañía Divicentro Construcciones emprendió un revolucionario plan que terminaría por cambiarle la vida a muchas mujeres en el Quindío.
En noviembre de 2023, esta compañía que se dedica a fabricar e instalar acabados en obras arquitectónicas, remodelaciones y contrucciones en general, empezó un potente programa de empleabilidad en beneficio de la población pospenada, específicamente con la Cárcel de Mujeres de Armenia.
Se trata de una iniciativa que no solamente le brinda oportunidades de empleo a estas mujeres, en las mismas condiciones que los demás empleados, sino que además rompe imaginarios de que en la construcción existan trabajos inherentemente masculinos, empleando a las mujeres en las plantas de producción donde se corta el aluminio, el vidrio y se emsamblan las ventanas.
“Nos vinculamos a este programa debido a que también hay en el sector de la construcción un espacio no explorado con respecto a la fuerza que se necesita. Hemos visto a estas personas desarrollar no solo su fuerza física, sino desarrollar esa felicidad de poder nuevamente estar en un espacio donde se le brinda oportunidad, donde se le da amor, pero sobre todo es ver ese brillo en esas personas al portar su uniforme, al saber que tienen un espacio que les genera una entrada para sus familias”, relata Gloria Alzate, CEO de Gloria Alzate Coach & Mentor – CREíDAS y fundadora de Divicentro Construcciones.
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De acuerdo con la encargada del proyecto en la compañía, Angélica Cuartas, la idea surgió de la necesidad de mano de obra en el sector y personas que quisieran aprender, por lo que decidieron ponerse en contacto con la cárcel, donde encontraron gran apoyo hacia la iniciativa. Para poder ejecutar el programa, debieron contar con el acompañamiento de psicólogos con la ARL y trabajar duro para que la inclusión de las pospenadas se diera positivamente.
Desde entonces, ha pasado más de un año y hoy son varias mujeres que trabajan en tareas de producción de la empresa y además celebran la oportunidad de inclusión que les ofreció Divicentro en el sector de la construcción, en el que históricamente la mano de obra ha sido predominantemente masculina.
“El poder comprender que en la vida no necesitamos juzgar a una persona por una sola situación, sino que todos podemos generar un cambio y que esas personas pueden entregar a la sociedad amor y una versión distinta de lo que algún día cometieron como error. La idea es que ellas sean una huella de lo que es posible para otras personas que tengan esta situación”, precisa Alzate, quien a su vez desde su labor como coach en CREíDAS ayuda a empresarias y altas ejecutivas a que superen los autosaboteos que les impiden avanzar.
¿Cómo se vincula al programa de pospenadas?
Según Angélica Cuartas, la forma de vinculación a este programa tiene que ver con una articulación con la Cárcel de mujeres de Armenia, donde los funcionarios del penal van identificando los talentos de las mujeres, revisando por ejemplo las que saben manejar maquinaria, analizan el comportamiento dentro de la cárcel, entre otros factores.
De ahí, cuenta con emoción, es muy grato ver cómo las mujeres que ingresan en la compañía disfrutan tanto de su trabajo como de cada una de las actividades sociales organizadas por la compañía: “Ese amor es algo muy gratificante. Le abre a uno como la visión de no juzgar, de dar segundas oportunidades, de que las personas cambian”, finaliza.
De acuerdo con las cifras oficiales del INPEC, con corte a diciembre de 2023, en Colombia hay 6.621 mujeres privadas de la libertad intramural, respecto a un total de 101.622 personas.
*Contenido en colaboración con Gloria Alzate Coach & Mentor – CREíDAS.