El próximo 14 de abril, desde las 8:00 de la noche en las calles payanesas se vivirá la Procesión del Pueblo, bautizada así desde 2017 debido a la participación de los barrios populares y pueblos de ascendencia afro que llegan de todas partes de la región.

El proceso de recuperación de esta tradición, que dejó de celebrarse durante más de un siglo, comenzó en 2016, cuando se cumplieron 110 años desde que se pausó la procesión del Lunes Santo. Luis Eduardo Ayerbe es el arquitecto que rescató esta tradición, motivado en la declaración que hizo la Unesco en 2009 de las procesiones de Semana Santa en Popayán como Patrimonio Inmaterial de la Humanidad.

“Aún no se explica por qué la procesión del Lunes Santo fue la única que desapareció por tanto tiempo, pero era necesario recuperarla”, aseguró Ayerbe, quien advirtió que estos ritos son parte fundamental de la identidad caucana. “El sentimiento procesional lo llevamos desde que nacemos”, recordó.

En 2017, Ayerbe creó la Junta Procesional del Lunes Santo y acudió a la Corte Constitucional para que declarara las procesiones de Semana Santa en Popayán como Patrimonio Cultural de la Nación, otorgándoles una protección especial por parte del Estado.

“Ese mismo año, entre aplausos, desfilamos por las calles marcando un hito al permitir la participación de todos los caucanos”. Y este año, por fin, se materializará la recuperación total de la conmemoración del Lunes Santo.

Los personajes

Las procesiones de Semana Santa en Popayán se han caracterizado por sus personajes. El principal es el carguero. Ayerbe explicó que así como los silleteros de Medellín, ser carguero en Popayán es un gran honor, porque son los encargados de llevar las esculturas sobre andas, plataformas de madera decoradas con flores amarillas.

Al inicio de la procesión van las sahumadoras, mujeres que purifican el camino con incienso y mirra. Llevan la vestimenta tradicional payanesa, la ñapanga, que consiste en un faldón colorido y un mantón que representa a la mujer rural durante la colonia. Las sahumadoras son mujeres de pueblos afro, que este 2025 llegarán, en su mayoría, desde el municipio de El Patía.

El encargado de la organización es el síndico, que custodia las imágenes, lidera a los cargueros y asegura el cumplimiento de los protocolos de acuerdo a la tradición. Este personaje cuenta con el apoyo de los nuevos regidores, quienes mantienen el ritmo de la procesión y aseguran el orden de quienes participan.

Imágenes sacras

Este año, el Lunes Santo contará con 17 pasos con imágenes alusivas a la pasión, muerte y resurrección de Cristo. Entre ellas se destacan figuras de los apóstoles traídas desde Ibarra, Ecuador; mientras que otras llegaron a Popayán desde hace más de tres siglos, como es el paso central, el Señor de la Eucaristía.

Alrededor de esta tradición, Popayán ha impulsado a los artistas locales para la elaboración de imágenes sacras, como el Cristo en Agonía y el Cristo de las Lágrimas, tallados por Francisco Perugache, un artista de la Comuna 3 de Yanaconas, el barrio más antiguo de Popayán, que ha trabajado por aumentar su participación en la procesión del Lunes Santo.

“Es un orgullo ver que el pueblo también participa en la procesión, yo por ejemplo, he sido parte de esta tradición gracias a mi obra”, aseguró Perugache, quien siguió las instrucciones del arquitecto para crear una figura inspirada en El Cristo de la Clemencia de Sevilla, España. El trabajo le tomó un año y en 2022 Perugache entregó a la junta una figura hecha de cedro a la que bautizó el Cristo de las Lágrimas, que se ha convertido en uno de los principales atractivos de la procesión del Lunes Santo.