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Fiebre de Salsa: el exitoso proyecto digital de una pareja de colombianos que enseña a más de 70 mil personas en el mundo a bailar salsa al mejor estilo caleño
Fallon Torres y José Benítez convirtieron su amor por la salsa en una poderosa herramienta para enseñar este ritmo. A través de Instagram y YouTube sus seguidores aprenden pasos básicos, disfrutan de rutinas de ejercicio y liberan estrés.
En tan solo un año el pasatiempo de pandemia de Fallon Torres y su novio José Benítez de subir rutinas de baile en redes sociales se convirtió en un exitoso proyecto que siguen más de 70 mil personas en todo el mundo. Con Fiebre de Salsa la pareja logró llegar a curiosos y aficionados en Canadá, Londres, Barcelona y Nueva York con deseos de aprender a bailar salsa al estilo caleño, así como demostrar que no hace falta tener un don especial para moverse al son de ritmos afroantillanos.
Fallon y Jose se conocieron hace tres años. Él daba clases de salsa al mediodía en la empresa en donde trabajaba como director de tecnología. Ella hacía parte del área de publicidad y mercadeo. “En las pausas activas nos unimos los empleados a bailar un poco y en una de esas apareció Fallon en mi vida”, recuerda José. No pasó mucho tiempo para que empezaran a salir y se enamoraran a ritmo de salsa.
“Después de aprender y perfeccionar mis pasos de baile, empezamos a hacer videos en medio del confinamiento. Familiares y amigos los recomendaban y algunos nos escribían para tomar clases virtuales”, cuenta Fallon. Al poco tiempo estaban dando clases a personas en diferentes ciudades de Colombia, Canadá, Nueva York y Barcelona. “Cuando menos pensamos ya teníamos toda la semana llena para dar clases en los espacios que nos dejaba el trabajo”, agrega José.
En ese momento se dieron cuenta de que su pasatiempo de pandemia se podía convertir en un proyecto de vida, aprovechando las redes sociales y las facilidades que les ofrecía el mundo digital. “Como a mi mamá le gusta la película Fiebre de Sábado en la Noche, decidimos tomar como base ese título para llamarnos Fiebre de Salsa”, comenta Fallon.
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Crearon las cuentas de Fiebre de Salsa en redes sociales y empezaron a incluir en su contenido frases célebres de canciones y algunos videos cortos donde enseñaban rutinas. “Nunca pensamos en que nos vieran bailar y ya, nosotros queríamos que las personas aprendieran”, dice Fallon, y agrega que así comenzaron a conectarse con los ‘afiebrados’, como les dicen a sus seguidores. “Les demostramos que la salsa se puede aprender a cualquier edad”, añade.
En YouTube la pareja decidió realizar sesiones de ejercicio rítmicas. “Nos empezaron a escribir personas con problemas de obesidad y ansiedad que compartían sus testimonios y eso fue una motivación muy grande”, expresa Jose, para quien siempre fue importante enseñar a partir de lo simple. “Eso permite que las personas se identifiquen y sientan que lo pueden hacer”, asegura.
Sube la temperatura
Fiebre de Salsa empezó a crecer después de que Instagram lanzó los reel, un formato que imitaba a Tik Tok. “Cuando una herramienta es nueva se le da mucha visibilidad, así que planteamos minitutoriales de pasos básicos en reels que se convirtieron en un boom”, comenta Fallon.
Jose recuerda el momento exacto en que uno de esos videos fue destacado por Instagram mientras estaban dando una clase virtual a personas de Barcelona. “Cuando la iniciamos teníamos 600 seguidores, cuando la finalizamos ya eran 1.000. Haciendo la pieza para celebrar llegamos a 2.000, después a 5.000, era una locura”, señala.
Actualmente cuentan con más de 70.000 seguidores, realizan talleres presenciales en diferentes ciudades y siguen fortaleciendo las clases y contenidos virtuales. “Estamos planeando clases pregrabadas para aquellas personas que no tienen horarios fijos, como los médicos. La virtualidad nos permite llegar a más personas”, comenta Fallon.
La pareja destaca que esta iniciativa les ha permitido vivir nuevas experiencias. Sin embargo, lo que más les ha gustado es la conexión con las personas. “Algunos nos escriben que se han soltado más, que dejaron la timidez, incluso que han mejorado en su ansiedad o que les aportamos en el manejo de la depresión”, afirma José.
Por su parte, Fallon recuerda una anécdota con una familia de Canadá. “Hace poco nos contó la mamá que su hija estaba muy feliz, porque tenía un problema de motricidad y con las clases de salsa ha logrado mejorar muchos aspectos de su vida”, recuerda, y concluye diciendo que esos mensajes son energía para continuar llevando la Fiebre de Salsa a más personas.