Minería
¿Es posible un carbón sostenible? Esto dice una experta mundial
Michelle Manook, directora general de la organización mundial FutureCoal, que busca consolidar una alianza global por un carbón más sostenible, habla sobre las perspectivas de este mineral.
Precisamente, Michelle Manook, directora general de la organización mundial FutureCoal, fue una de las expertas que analizó el papel geopolítico del carbón colombiano. Manook habló con SEMANA sobre el rol de este mineral para la industria.
¿Cuál será el rol del carbón en el futuro de las industrias?
Michelle Manook (M. M.): Personalmente creo que, y es algo que las cifras pueden demostrar, el rol del carbón en el futuro va a ser totalmente estratégico, va a continuar con mucha presencia. La gente no entiende que la contribución del carbón va más allá de la industria energética. Hay un conjunto de actividades más allá de la combustión, como la industria del hidrógeno, los minerales críticos y productos de alto valor, como los productos químicos, todos fundamentales para la vida moderna, en el que se usa carbón. Con las tecnologías actuales, el carbón puede producir hidrógeno azul reduciendo hasta en un 90 % las emisiones de CO2.
Pero se necesita un entorno político de igualdad de condiciones, tanto en el sector financiero como en el gubernamental, para que eso pueda avanzar. Y lo que estamos viendo en las dos mayores economías basadas en el carbón, India y China, es que lo están considerando como un producto multicommodity. Le apuntan a extraer la mayor cantidad de valor a cada tonelada del carbón, tanto en términos económicos como medioambientales.
¿Y qué rol tiene en Colombia esta industria?
M. M.: El carbón en Colombia tiene un rol estratégico, no solo en términos de su contribución a su economía local, sino que es además un contribuyente importante al PIB. En términos de generación de electricidad, ustedes son uno de los mayores exportadores térmicos del mundo, así que imagínese aprovecharla para su propia estabilidad energética. Colombia tiene que buscar la manera de participar, como lo están haciendo otros países, con un ecosistema energético. Para eso es necesario reconsiderar cada proceso en la cadena de valor. Allí hay todo un nuevo componente de exportaciones con mucho potencial.
¿Cómo enfrenta su organización los crecientes desafíos regulatorios y sociales en torno al uso del carbón?
M. M.: Pasó algo muy importante el pasado mes de noviembre con la Alianza global para el carbón sostenible. Construimos un manifiesto, al que llamamos Sustainable Coal Stewardship (Guía del carbón sostenible), que es una muy buena herramienta para los encargados de hacer las políticas públicas. La hemos utilizado en Estados Unidos, Australia, China, India y Sudáfrica. Estamos hablando de una constante búsqueda por modernizar el sector, no solo en el sentido de prácticas inteligentes o digitalización, sino además en términos de la reducción de las emisiones y mayor eficiencia. Todo esto para que se puedan tomar mejores decisiones. Pero es una mirada muy amplia que analiza cada etapa del proceso del carbón, con la idea de que podamos seguir contribuyendo a la sociedad.
¿Cómo se está preparando la industria para la transición energética?
M. M.: Yo no creo que debamos concentrarnos en hablar de una transición energética. Creo que lo correcto sería hablar de una ‘adición energética’. Es difícil hablar de hacer una transición a algo para lo que no estamos preparados. Eso más bien haría a los países más vulnerables, energéticamente hablando.
Hoy las energías renovables no son una alternativa ciento por ciento fiable. Por esto debemos hablar de una adición energética. Para eso es importante que las energías renovables sean parte de ese complejo entramado energético, pero también es fundamental que aportemos tecnologías sostenibles para energías a base de carbón, nucleares, entre otras.
Recordemos que la conversación en París no se trató sobre la eliminación de un combustible o una tecnología en particular, sino de la eliminación gradual de las malas tecnologías. Hablar de adición de energía implica hacerlo con un enfoque claro en innovación y tecnología, asegurándonos de que los principios de seguridad energética, acceso y fiabilidad. Ese sigue siendo el objetivo supremo.
¿Cómo están las relaciones con gobiernos que reducen su dependencia del carbón?
M. M.: FutureCoal ha tomado una decisión muy clara: ser una organización multilateral y neutral. Entendemos que para algunos países el carbón es importante, pero para otros no lo es. Es muy importante analizar esto, porque no hay una única solución para todos. Así que trabajamos en construir una serie de soluciones energéticas que funcionen para cada caso en particular, que cumplan con sus ambiciones económicas y medioambientales, que creen seguridad energética, asequibilidad, fiabilidad y todo lo que acabamos de mencionar. Somos muy neutrales sobre esto porque este debate no se trata de decir que el carbón es bueno para todos. Para los países que sí es importante, tenemos la responsabilidad de apoyarlos para avanzar con la mejor tecnología disponible.
¿Cómo trabajan con otras industrias para asegurar que el carbón siga siendo parte de la conversación global sobre energía?
M. M.: Esas conversaciones están aumentando porque desde industrias con dinámicas tan distintas, como la del acero, agricultura, cemento o químicos, reconocen que es necesario educar sobre el carbón y sus diferentes usos. Así que una de las claves es asegurarnos de un adecuado conocimiento de cómo el carbón tiene influencia directa e indirecta en una gran serie de productos, industrias y países. Así que es muy crítico decir que se va a eliminar un elemento tan importante. Tenemos que llevar la discusión a algo basado en hechos, no emociones. Hoy en día el carbón es una opción viable y legítima para muchas naciones. Por eso estamos revisando cuál es el camino más responsable que deben tomar.